CONOCIMIENTO: Fernando Davara

Bitácora

En mi artículo de introducción al blog, al destacar la Formación como uno de los temas de interés, aseguraba que nos permite obtener Capital intelectual, al que considero como uno de los activos intangibles más importantes de una sociedad u organización.

Durante este tiempo de ausencia, he recibido algunas preguntas y comentarios al respecto, donde se me muestra una cierta extrañeza pues, aparentemente, olvido al Capital humano, enfatizando el Intelectual.

Tales interrogantes me suscitan a presentar esta aclaración del motivo por el que me decanto por la formación, como fuente del segundo de los capitales mencionados, cuando parece ser más importante la obtención del primero de ellos.

Mis comunicantes tienen razón al plantear sus dudas, si estas se exponen en el ámbito de una concepción amplia, generalista, de la formación, donde obviamente el Capital humano es prioritario. Pero, como ya anticipé al presentar el blog, este se orienta al Conocimiento e Innovación Tecnológica y a sus relaciones e interacciones con la sociedad actual. Es en este contexto, más particular, donde hay que considerar a quien, y para qué, es necesario procurar formación.

A continuación, trataré de hacer un breve análisis del razonamiento en que se basaba mi aseveración.

En una sociedad moderna y avanzada, el individuo, la persona, goza (o debería gozar) de una serie de prerrogativas, como son la igualdad o la participación, que le “diferencian equitativamente” del conjunto de la comunidad en la que vive. Además existen otras, de carácter colectivo, tales como la educación, sanidad y justicia, que buscan mejorar la vida de los individuos como miembros de esa sociedad.

En este entorno, donde todas las personas son iguales, pero cada una es a su vez diferente, no existe duda alguna; la formación y educación son elementos fundamentales que permiten adquirir las capacidades necesarias para intentar asegurar individualmente un nivel de vida digno.

Si el dominio a analizar tiene un carácter colectivo, la educación ha de pasar de lo individual a lo general, orientándose a la creación de Capital humano, y a dar valor añadido al que ya existe, contribuyendo a aumentar este recurso de vital importancia para el desarrollo de la sociedad.

Sin embargo, cuando se trata del Conocimiento y la Innovación tecnológica, el Capital humano no es suficiente; es necesario contar con un elemento mas, tal como la capacidad de generar y utilizar el conocimiento de forma colectiva, por medio de organizaciones, asociaciones, etc., para poder responder a los retos de una sociedad creativa, innovadora, poniendo estos activos al servicio del conjunto de sus ciudadanos.

En consecuencia, desde esta perspectiva no puede considerarse el Capital humano de forma aislada, sino como parte de un conjunto de recursos donde se genera, utiliza y difunde Conocimiento. Tal acervo de saber colectivo lo denominamos Capital intelectual.

Llegados a este punto la pregunta parece obvia ¿estos recursos constituyen realmente un Capital intelectual?

En este dominio, como en muchos otros, no existe una definición universal, o ampliamente reconocida, dado que las acepciones del término se utilizan en diferentes contextos (principalmente económicos, financieros, de empresa, etc.) donde se trata de adoptar una definición próxima al entorno donde se aplican.

En el ámbito mas limitado del Conocimiento y la Innovación tecnológica, que es nuestro caso particular, como objeto del blog, entendemos como Capital intelectual el Conocimiento que poseen los miembros de una sociedad u organización, tanto de forma individual como colectiva, que genera valor o bien es capaz de hacerlo en el futuro.

Es pues un concepto mas universal, relacionado directamente con el Conocimiento, que incluso puede ampliarse incorporando también los procesos que permiten mejorar de forma significativa este Capital Intelectual. Se trata en esencia de que no solamente se acumule Conocimiento, sino que también se gestione su aplicación, empleándolo en apoyo del desarrollo de la sociedad depositaria de tal capital. Es decir, lo que se conoce como Gestión del Conocimiento.

En este mismo contexto, al afirmar que este Capital intelectual es uno de los activos intangibles mas importantes de una sociedad u organización, es obvio que no lo hago desde una perspectiva o enfoque “contable”, en la que existen no solo activos sino también pasivos (bien tangibles, bien intangibles). Es el Conocimiento el que se contempla como uno de los activos intangibles, al que, siguiendo este razonamiento, algunos autores tratan de cuantificar para poder así medir el Capital intelectual.

En conclusión, de acuerdo con el enfoque del blog, considero que la Formación del Capital intelectual, como suma del Conocimiento de los miembros de una organización o sociedad, así como del acumulado en ella, es un elemento clave para el desarrollo de esta.

Al integrar este Capital intelectual no solo el conocimiento individual, sino también el que cuentan las organizaciones o sociedades, es evidente que su dimensión supera la del capital acumulado individualmente. Por ello, si contáramos únicamente con Capital humano sería difícil, por no decir imposible, afrontar desafíos tales como la investigación e innovación, una de las bases del desarrollo socio económico. Necesitamos el Capital intelectual para dar forma al Conocimiento colectivo así como para que aumente y se utilice.

Este es el nexo que une Capital intelectual y Formación, y es en este campo donde las instituciones, comunidades científica y de investigación, organizaciones académicas, etc., deben adoptar y representar uno de los papeles mas importantes para que, a la vez que se forma Capital humano, se asegure la capacidad de la sociedad para generar, ampliar y aplicar el Conocimiento conjunto, en definitiva, el Capital intelectual.

Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Sábado, 1 de Abril 2006 a las 01:09

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Fernando Davara
Fernando Davara
Fernando Davara es Artillero (General de Brigada y Diplomado de Estado Mayor) Físico (Especialidad de Automática e Informática) y Doctor “cum laude” en Ingeniería Informática, complementando esta formación con diversos cursos en las áreas de Inteligencia Artificial y Sistemas Expertos, Tecnologías de la Información, Gestión del Conocimiento, Seguridad y Defensa, etc., así como con la obtención del Diploma de Suficiencia investigadora de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid.

Ha dedicado más de 25 años de trabajo y estudio, siendo autor de numerosos trabajos y monografías, fundamentalmente en los dominios del Espacio y sus aplicaciones, Gestión de crisis, Geomática, Medio Ambiente y Seguridad, Nuevas tecnologías de la Información y las Comunicaciones e Inteligencia Económica. En este mismo contexto ha participado en gran número de seminarios y coloquios (nacionales e internacionales), llevado a cabo varias actividades investigadoras y ha ocupado diversos cargos nacionales y extranjeros, entre ellos seis años como Director del Centro de Satélites de la Unión Europea.

Actualmente es Director y Patrono de la Fundación “ESPAÑA DIGITAL”, Presidente y consultor sénior de “Circulo de Inteligencia” (consultora especializada en Inteligencia Económica y Estratégica), miembro del Consejo Asesor del Clúster de Seguridad y Confianza de Madrid Network y Rector de Honor de la Sociedad de Estudios Internacionales.

Asimismo es profesor y asesor de diversos Máster y Cursos de Postgrado, entre ellos del Área de Inteligencia Económica del Curso de Especialista Universitario en Servicios de Inteligencia del Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado” y del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES) de ICADE y MAS Consulting, así como de Inteligencia Económica y Planificación Estratégica en Cursos y Maestrías en diversas instituciones en España e Iberoamérica, principalmente Colombia, y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21”.

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