Bitácora
10/03/2007
España está más retrasada que casi todos los demás países desarrollados en la práctica del teletrabajo y, lo que resulta preocupante, en la incorporación a la sociedad de la información, en general. Y es que, como dice Emilio Sáez Soro en este artículo, “el número de teletrabajadores es un indicador del desarrollo de la economía ‘informacional’ en un país”.
Ya el Informe Telework 2002 de la UE decía que el boom del teletrabajo en Europa no había llegado a España, y presentaba una serie de tablas y gráficos en los que comparaba a nuestro país con otros nueve países europeos y con la cifras medias de todos ellos, incluida España. Tales cifras están referidas a 1999 (1) , pero las proyecciones que hace sobre la evolución del teletrabajo en estos países y en España han resultado acertadas en lo esencial, por lo que los resultados del estudio siguen siendo válidos desde el punto de vista cualitativo.
Después, presenta un mapa en el que claramente se ve que España, Francia e Italia, los más sureños de los países estudiados, ocupan los últimos lugares. Además, dice que la mayoría de los trabajadores hispanos no consideran la posibilidad de teletrabajar. “De acuerdo con las cifras que proporciona el estudio EcaTT, sólo el 13% de los trabajadores españoles que tienen conciencia del teletrabajo dice que han considerado teletrabajar, mientras que el 44% no lo consideran como una buena alternativa a la forma tradicional de trabajar en la oficina".
En el conjunto de la población, no sólo entre la trabajadora, "el nivel de interés que ha despertado el teletrabajo en España está en torno a un 65%, el nivel más bajo de los países europeos estudiados y cinco puntos porcentuales por debajo del promedio europeo". El estudio manifiesta también que los teletrabajadores españoles infrautilizan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación: "Los teletrabajadores españoles están a gran distancia de los niveles de utilización de las otras naciones europeas estudiadas".
Sin embargo, los españoles son los trabajadores que más consideran la oportunidad de teletrabajar en telecentros: "aunque los trabajadores españoles no parecen estar particularmente interesados en las diferentes formas de teletrabajar desde casa, tienen un gran interés en la posibilidad de trabajar en telecentros. España, junto con Italia, manifiesta los más altos niveles de interés". Esto puede ponerse claramente en relación con actitudes culturales.
Escasa presencia
Por lo que se refiere a las empresas, el estudio decía que "el teletrabajo todavía no se ha ganado la mentalidad de los empleadores españoles. Sólo una de cada seis empresas importantes utilizan alguna forma de teletrabajo de una forma regular. Esto sitúa a España en el noveno lugar dentro de los diez estudiados, por encima sólo de Italia... Esta escasa presencia del teletrabajo en las empresas latinas se refleja en casi todas las variables consideradas".
En cuanto al futuro, dice que "debe reconocerse que aunque la práctica actual es escasa, el teletrabajo ha empezado a despertar el interés entre los empleadores españoles. Según la información obtenida, 11 de cada 100 propietarios de empresas han expresado interés en introducir el teletrabajo en su empresa." La principal barrera es de tipo cultural: la mentalidad de los propietarios de las empresas".
El teletrabajo lleva consigo una alteración en la forma de trabajar y relacionarse con las personas, desde los directivos a los encargados de la planificación y la comunicación, y requiere cierto tipo de reestructuración de la organización. La falta de familiaridad con las nuevas capacidades de gestión es uno de los argumentos que dan los empleadores como razón para no poner en práctica el teletrabajo." En una tabla que incluye, los empleadores españoles presentan los porcentajes más altos de temor ante todos los inconvenientes que pudieran tener el teletrabajo.
En las conclusiones, el estudio vuelve a significar el retraso de España, pero concluye que "hay razones para ser optimista. Primero, porque el número de teletrabajadores se está incrementando y segundo por el crecimiento dinámico del sector de las telecomunicaciones en España en los últimos años que establecerá una atmósfera favorable y una estructura adecuada para poner en práctica el teletrabajo, todo ello junto con el fenómeno general de que el cada vez más importante desarrollo de las tecnologías hará prácticamente obligatoria la implantación de esta práctica en España”.
(1) Entre 1994 y 1999, la cifra de teletrabajadores en España había aumentado anualmente un 11%, mientras en Alemania había aumentado un 34%.
Editado por
Francisco Ortiz Chaparro
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