Bitácora
Domingo, 18 de Mayo 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
En el transcurso de la campaña electoral que se desarrolla estos días para la elección de representantes en el Parlamento europeo podemos comprobar cómo los candidatos se afanan en utilizar Internet no solamente con objeto de mostrar su compromiso con sus votantes sino también, de forma especial, para tratar de influir en el voto de aquellos que no lo son.
Tanta actividad muestra que los políticos finalmente han comprendido la importancia de la Web 2.0 como gran foro de debate público y acuden a ella para crear su identidad digital, su propia marca, como parte fundamental de las estrategias de campaña, contando con el apoyo de expertos en comunicación y marketing para que la gestionen adecuadamente.
La creación de una identidad digital está orientada, no solamente en la política, a interaccionar con el entorno con el propósito de influir en él. No obstante, no debe olvidarse que existe una clara diferencia entre la imagen que se trata de propagar por la Web y la percepción que los internautas tienen de ella. En consecuencia la eficacia de la pretendida influencia estará muy condicionada por la opinión o consideración que se tenga de nosotros en la red, es decir por la reputación.
La dependencia entre estos dos conceptos, a los que conocemos como e-influencia y e-reputación, induce a que en ocasiones se utilicen como iguales o similares, lo cual es un error que estimo necesario evitar en particular en el ámbito de la Inteligencia Económica y Competitiva donde ambos constituyen parte integral de la moderna práctica de esta disciplina.
Es cierto que influencia, identidad, marca, imagen, reputación, etc., no son términos modernos y sobre ellos se ha escrito y debatido desde hace mucho tiempo. Pero el mundo real se hace cada día más virtual y los conceptos demandan ser abordados desde la perspectiva digital, particularmente en el marco de la Web 2.0, caracterizada por la adición del prefijo “e”.
La Web social (personalmente prefiero seguir la corriente que califica así a la Web 2.0) se ha convertido en un inmenso espacio de intercambio de ideas y opiniones donde interactúan todos, Estados, organizaciones, empresas grandes y minúsculas y los propios ciudadanos, impactando de forma directa en la reputación individual y colectiva. Por esta razón, si se desea crear y propagar una identidad propia no hay otra elección que hacerlo también en el ciberespacio, dotándola de un amplio contenido digital y difundiéndola por medio de acciones de e-influencia con objeto de conseguir una percepción o imagen positiva por los internautas.
Tal percepción que se tiene de una persona u organización en la Web social representa lo que conocemos como e-reputación, concepto que se describe de múltiples y a veces dispares formas. En síntesis podemos definirlo mediante una extrapolación al espacio “e-“ de la que se refleja en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE): “opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo”; en otras palabras: la imagen percibida en la Web de nuestra identidad digital.
El artículo completo puede leerse en: Inteligencia económica, e-influencia y e-reputación
Tanta actividad muestra que los políticos finalmente han comprendido la importancia de la Web 2.0 como gran foro de debate público y acuden a ella para crear su identidad digital, su propia marca, como parte fundamental de las estrategias de campaña, contando con el apoyo de expertos en comunicación y marketing para que la gestionen adecuadamente.
La creación de una identidad digital está orientada, no solamente en la política, a interaccionar con el entorno con el propósito de influir en él. No obstante, no debe olvidarse que existe una clara diferencia entre la imagen que se trata de propagar por la Web y la percepción que los internautas tienen de ella. En consecuencia la eficacia de la pretendida influencia estará muy condicionada por la opinión o consideración que se tenga de nosotros en la red, es decir por la reputación.
La dependencia entre estos dos conceptos, a los que conocemos como e-influencia y e-reputación, induce a que en ocasiones se utilicen como iguales o similares, lo cual es un error que estimo necesario evitar en particular en el ámbito de la Inteligencia Económica y Competitiva donde ambos constituyen parte integral de la moderna práctica de esta disciplina.
Es cierto que influencia, identidad, marca, imagen, reputación, etc., no son términos modernos y sobre ellos se ha escrito y debatido desde hace mucho tiempo. Pero el mundo real se hace cada día más virtual y los conceptos demandan ser abordados desde la perspectiva digital, particularmente en el marco de la Web 2.0, caracterizada por la adición del prefijo “e”.
La Web social (personalmente prefiero seguir la corriente que califica así a la Web 2.0) se ha convertido en un inmenso espacio de intercambio de ideas y opiniones donde interactúan todos, Estados, organizaciones, empresas grandes y minúsculas y los propios ciudadanos, impactando de forma directa en la reputación individual y colectiva. Por esta razón, si se desea crear y propagar una identidad propia no hay otra elección que hacerlo también en el ciberespacio, dotándola de un amplio contenido digital y difundiéndola por medio de acciones de e-influencia con objeto de conseguir una percepción o imagen positiva por los internautas.
Tal percepción que se tiene de una persona u organización en la Web social representa lo que conocemos como e-reputación, concepto que se describe de múltiples y a veces dispares formas. En síntesis podemos definirlo mediante una extrapolación al espacio “e-“ de la que se refleja en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE): “opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo”; en otras palabras: la imagen percibida en la Web de nuestra identidad digital.
El artículo completo puede leerse en: Inteligencia económica, e-influencia y e-reputación
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Domingo, 18 de Mayo 2014 a las 08:15
Bitácora
Lunes, 21 de Abril 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
Continuando la serie de artículos dedicados a los MOOC, en el contexto de mis reflexiones sobre la educación digital, destinaré este a exponer las principales características que diferencian entre sí a los cursos de este tipo, así como algunas de de las varias tipologías existentes.
En el breve período de tiempo transcurrido desde que surgieron los MOOC se ha producido tal difusión y evolución que los cursos actuales ya no responden al modelo único que podría deducirse de las siglas. La diversidad de tipos conduce a que hoy en día se establezcan diferencias entre ellos en términos tales como la interacción entre los participantes, la propia estructura de los cursos, las formas de evaluar los conocimientos adquiridos o los objetivos de la enseñanza o aprendizaje.
Con objeto de aportar alguna luz en la interpretación del lenguaje críptico que se utiliza al hablar de los MOOC en las siguientes líneas haré un breve resumen de las diferentes clasificaciones al uso en la actualidad, lejos del modelo original que suele presentarse de forma genérica para describir este tipo de cursos, incluyendo un cuadro con una sencilla comparativa sobre el estado del arte
Una de las topologías más conocidas, y más tradicionales, que se proponen para clasificar los MOOC los cataloga de acuerdo con la teoría pedagógica a la que responden en su esencia, diferenciándolos entre los cMOOC y los xMOOC.
Los primeros se basan en la teoría conectivista o conectista (de ahí la c) propuesta por George Siemens (Connectivism: A Learning Theory for the Digital Age) que dio origen a los primeros MOOC. Este autor presenta el conectivismo como alternativa a las tres principales teorías de aprendizaje (conductismo, cognitivismo y constructivismo) argumentando que fueron desarrolladas en una época donde todavía no se había experimentado el impacto de las tecnologías de la era digital en los modelos pedagógicos.
Según el enfoque conectivista, el aprendizaje, que puede residir en dispositivos no humanos, es un proceso que se asienta en la capacidad de construir, enlazar, alimentar y mantener nodos o fuentes de información especializados conectados por medio de redes, haciendo posible un aprendizaje continuo.
Adoptando esta visión conectista, los cMOOC se basan en la interacción entre los participantes orientada a la generación conjunta de conocimiento, dando así lugar a una especie de aprendizaje colaborativo constante donde el elemento principal no es el profesor, cuyo papel queda parcialmente relegado a proporcionar el contenido inicial y a asegurar que la generación en red del nuevo conocimiento es eficaz de acuerdo con los objetivos del curso, sino el alumno quien, por medio de interacciones con los recursos proporcionados en plataformas abiertas en red, va creando o cogenerando nuevo contenido.
El artículo completo puede leerse en: La educación digital; los MOOC (II)
En el breve período de tiempo transcurrido desde que surgieron los MOOC se ha producido tal difusión y evolución que los cursos actuales ya no responden al modelo único que podría deducirse de las siglas. La diversidad de tipos conduce a que hoy en día se establezcan diferencias entre ellos en términos tales como la interacción entre los participantes, la propia estructura de los cursos, las formas de evaluar los conocimientos adquiridos o los objetivos de la enseñanza o aprendizaje.
Con objeto de aportar alguna luz en la interpretación del lenguaje críptico que se utiliza al hablar de los MOOC en las siguientes líneas haré un breve resumen de las diferentes clasificaciones al uso en la actualidad, lejos del modelo original que suele presentarse de forma genérica para describir este tipo de cursos, incluyendo un cuadro con una sencilla comparativa sobre el estado del arte
Una de las topologías más conocidas, y más tradicionales, que se proponen para clasificar los MOOC los cataloga de acuerdo con la teoría pedagógica a la que responden en su esencia, diferenciándolos entre los cMOOC y los xMOOC.
Los primeros se basan en la teoría conectivista o conectista (de ahí la c) propuesta por George Siemens (Connectivism: A Learning Theory for the Digital Age) que dio origen a los primeros MOOC. Este autor presenta el conectivismo como alternativa a las tres principales teorías de aprendizaje (conductismo, cognitivismo y constructivismo) argumentando que fueron desarrolladas en una época donde todavía no se había experimentado el impacto de las tecnologías de la era digital en los modelos pedagógicos.
Según el enfoque conectivista, el aprendizaje, que puede residir en dispositivos no humanos, es un proceso que se asienta en la capacidad de construir, enlazar, alimentar y mantener nodos o fuentes de información especializados conectados por medio de redes, haciendo posible un aprendizaje continuo.
Adoptando esta visión conectista, los cMOOC se basan en la interacción entre los participantes orientada a la generación conjunta de conocimiento, dando así lugar a una especie de aprendizaje colaborativo constante donde el elemento principal no es el profesor, cuyo papel queda parcialmente relegado a proporcionar el contenido inicial y a asegurar que la generación en red del nuevo conocimiento es eficaz de acuerdo con los objetivos del curso, sino el alumno quien, por medio de interacciones con los recursos proporcionados en plataformas abiertas en red, va creando o cogenerando nuevo contenido.
El artículo completo puede leerse en: La educación digital; los MOOC (II)
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Lunes, 21 de Abril 2014 a las 11:10
Bitácora
Sábado, 5 de Abril 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
Continuando la exposición sobre mi visión de la educación digital desde la perspectiva de la cibersociedad en la que vivimos, dedicaré este artículo a un tema de gran actualidad, no exento de polémica: los cursos de formación on line conocidos como MOOCs.
El vocablo es el acrónimo de las palabras Massive Online Open Courses, cuya traducción directa al español nos habla de Cursos Masivos Abiertos y En línea. Como suele ser habitual en la utilización de siglas, la simple unión de sustantivos y adjetivos no siempre expresa con claridad su verdadero significado dando lugar a confusiones e interpretaciones erróneas. Incluso se plantean dudas sobre cuál es su alcance y utilidad pues en casos como este de los MOOCs se manifiesta una relativa dificultad en diferenciar que cursos se rigen por este enfoque y cuáles no responden a él.
Como apoyo a los esfuerzos que se están realizando en diferentes entornos, públicos y privados, para desarrollar e implantar en la educación digital este nuevo modelo, en las líneas que siguen trataré de hacer una aproximación al paradigma MOOC que ha sido adoptado por numerosas entidades formativas y educativas, incluidas múltiples Universidades, pero que también, como todo fenómeno emergente, cuenta con diversos detractores, quienes hacen énfasis en sus inconvenientes y debilidades por encima de sus ventajas y fortalezas.
Los MOOCs no son algo nuevo; su primera aparición conocida fue en el año 2008 cuando Dave Cormier y Bryan Alexander propusieron este nombre para un curso sobre Conectivismo y Conocimiento (Connectivism and Connective Knowledge), organizado por George Siemens y Stephen Downes en la Universidad de Manitoba, el cual superó ampliamente los 2.000 alumnos, inscritos de forma gratuita.
A partir de entonces comenzó a popularizarse el concepto, particularmente en estudios superiores, organizándose múltiples cursos del tipo MOOC, como por ejemplo los promovidos por la Universidad de Stanford en 2011 que alcanzaron en su momento cifras de más de 100.000 inscritos, destacando entre ellos el de “Introducción a la Inteligencia Artificial” organizado por Sebastian Thrun, profesor de dicha Universidad y el Director de Investigación de Google, Peter Norvig, en el que se matricularon unas 160.000 personas.
En España la Universidad Politécnica de Madrid puso en marcha en marzo de 2012 el proyecto Crypt4you considerado como el pionero de los MOOCs españoles, dirigido por los profesores Jorge Ramió y Alfonso Muñoz, el cual se ha convertido en un curso de referencia en criptografía y seguridad de la información en lengua hispana al haber tenido hasta marzo de 2014 más de 270.000 accesos.
El artículo completo puede leerse en: La educación digital; los MOOCs (I)
El vocablo es el acrónimo de las palabras Massive Online Open Courses, cuya traducción directa al español nos habla de Cursos Masivos Abiertos y En línea. Como suele ser habitual en la utilización de siglas, la simple unión de sustantivos y adjetivos no siempre expresa con claridad su verdadero significado dando lugar a confusiones e interpretaciones erróneas. Incluso se plantean dudas sobre cuál es su alcance y utilidad pues en casos como este de los MOOCs se manifiesta una relativa dificultad en diferenciar que cursos se rigen por este enfoque y cuáles no responden a él.
Como apoyo a los esfuerzos que se están realizando en diferentes entornos, públicos y privados, para desarrollar e implantar en la educación digital este nuevo modelo, en las líneas que siguen trataré de hacer una aproximación al paradigma MOOC que ha sido adoptado por numerosas entidades formativas y educativas, incluidas múltiples Universidades, pero que también, como todo fenómeno emergente, cuenta con diversos detractores, quienes hacen énfasis en sus inconvenientes y debilidades por encima de sus ventajas y fortalezas.
Los MOOCs no son algo nuevo; su primera aparición conocida fue en el año 2008 cuando Dave Cormier y Bryan Alexander propusieron este nombre para un curso sobre Conectivismo y Conocimiento (Connectivism and Connective Knowledge), organizado por George Siemens y Stephen Downes en la Universidad de Manitoba, el cual superó ampliamente los 2.000 alumnos, inscritos de forma gratuita.
A partir de entonces comenzó a popularizarse el concepto, particularmente en estudios superiores, organizándose múltiples cursos del tipo MOOC, como por ejemplo los promovidos por la Universidad de Stanford en 2011 que alcanzaron en su momento cifras de más de 100.000 inscritos, destacando entre ellos el de “Introducción a la Inteligencia Artificial” organizado por Sebastian Thrun, profesor de dicha Universidad y el Director de Investigación de Google, Peter Norvig, en el que se matricularon unas 160.000 personas.
En España la Universidad Politécnica de Madrid puso en marcha en marzo de 2012 el proyecto Crypt4you considerado como el pionero de los MOOCs españoles, dirigido por los profesores Jorge Ramió y Alfonso Muñoz, el cual se ha convertido en un curso de referencia en criptografía y seguridad de la información en lengua hispana al haber tenido hasta marzo de 2014 más de 270.000 accesos.
El artículo completo puede leerse en: La educación digital; los MOOCs (I)
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Sábado, 5 de Abril 2014 a las 13:18
Bitácora
Martes, 25 de Marzo 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
El pasado fin de semana, en el transcurso de una reunión familiar, una de mis hermanas comentó su experiencia en la utilización de las nuevas herramientas digitales en la formación de personas con discapacidad, calificándola de muy beneficiosa para ellas.
Por el entusiasmo que ponía en su relato deduje que también había una gran dosis de satisfacción personal, muestra de la simbiosis entre educador y discípulo tan necesaria y gratificante en las tareas formativas. Estas conclusiones personales me condujeron a tratar un tema, el de la educación digital, al que hace tiempo quería dedicar algunas reflexiones.
Se trataba concretamente de la experiencia adquirida en el Colegio CEIP Arias Montano de Badajoz, (CEIP; Centro de Educación Infantil y Primaria) donde en su Aula de Pedagogía Terapéutica se educan alumnos con trastornos de hiperactividad con déficit de atención lo cuales, utilizando equipos digitales tan normales como ordenadores, consolas, tabletas, etc., alcanzan altos grados de motivación, aumentan el tiempo de atención sostenida y mejoran considerablemente la latencia y procesamiento de la información en comparación con los obtenidos con equipamiento tradicional o clásico.
El caso es un ejemplo evidente de cómo las nuevas tecnologías constituyen herramientas pedagógicas de la mayor importancia que permiten desarrollar habilidades y adquirir competencias a todos los alumnos y en cualquier nivel, incluidos aquellos que tienen más dificultades para adquirirlas, razón por la cual deben ser integradas en la totalidad de grados de enseñanza, formación y aprendizaje.
Es innegable que nos encontramos inmersos en una sociedad digital que sufre cambios tan intensos que a veces cuesta adaptarse a ellos, pero a los que no es posible sustraerse pues en múltiples ocasiones demandan la renovación de teorías, disciplinas, enfoques y metodologías. Y a ello no es ajena la educación, como tampoco lo fue en otras épocas de transformaciones profundas de la historia de la Humanidad.
En mis conferencias y presentaciones suelo incluir a la revolución de las TIC e Internet (la e-revolución) con las del Neolítico, hace 10.000 años, y la industrial, desde el siglo XVIII hasta principios del XX, pues las tres han dado lugar a grandes transformaciones sociales. Y en cada una de ellas se produjeron cambios importantes en la forma de transmitir el conocimiento.
De la transmisión oral, herramienta fundamental de la educación en los primeros tiempos de la Humanidad, se pasó a la escrita, y con ella al nacimiento de la pedagogía como actividad deliberada, complemento de la educación, y posteriormente, al conseguirse la capacidad de difusión impresa del conocimiento, se produjo una evolución hacia los nuevos enfoques y concepciones de la moderna pedagogía.
Continuando con este razonamiento es coherente pensar que la moderna revolución digital demanda también una revisión de los métodos pedagógicos para adaptarse a las nuevas exigencias de la sociedad digital.
El artículo completo puede leerse en: La educación digital; asignatura pendiente
Por el entusiasmo que ponía en su relato deduje que también había una gran dosis de satisfacción personal, muestra de la simbiosis entre educador y discípulo tan necesaria y gratificante en las tareas formativas. Estas conclusiones personales me condujeron a tratar un tema, el de la educación digital, al que hace tiempo quería dedicar algunas reflexiones.
Se trataba concretamente de la experiencia adquirida en el Colegio CEIP Arias Montano de Badajoz, (CEIP; Centro de Educación Infantil y Primaria) donde en su Aula de Pedagogía Terapéutica se educan alumnos con trastornos de hiperactividad con déficit de atención lo cuales, utilizando equipos digitales tan normales como ordenadores, consolas, tabletas, etc., alcanzan altos grados de motivación, aumentan el tiempo de atención sostenida y mejoran considerablemente la latencia y procesamiento de la información en comparación con los obtenidos con equipamiento tradicional o clásico.
El caso es un ejemplo evidente de cómo las nuevas tecnologías constituyen herramientas pedagógicas de la mayor importancia que permiten desarrollar habilidades y adquirir competencias a todos los alumnos y en cualquier nivel, incluidos aquellos que tienen más dificultades para adquirirlas, razón por la cual deben ser integradas en la totalidad de grados de enseñanza, formación y aprendizaje.
Es innegable que nos encontramos inmersos en una sociedad digital que sufre cambios tan intensos que a veces cuesta adaptarse a ellos, pero a los que no es posible sustraerse pues en múltiples ocasiones demandan la renovación de teorías, disciplinas, enfoques y metodologías. Y a ello no es ajena la educación, como tampoco lo fue en otras épocas de transformaciones profundas de la historia de la Humanidad.
En mis conferencias y presentaciones suelo incluir a la revolución de las TIC e Internet (la e-revolución) con las del Neolítico, hace 10.000 años, y la industrial, desde el siglo XVIII hasta principios del XX, pues las tres han dado lugar a grandes transformaciones sociales. Y en cada una de ellas se produjeron cambios importantes en la forma de transmitir el conocimiento.
De la transmisión oral, herramienta fundamental de la educación en los primeros tiempos de la Humanidad, se pasó a la escrita, y con ella al nacimiento de la pedagogía como actividad deliberada, complemento de la educación, y posteriormente, al conseguirse la capacidad de difusión impresa del conocimiento, se produjo una evolución hacia los nuevos enfoques y concepciones de la moderna pedagogía.
Continuando con este razonamiento es coherente pensar que la moderna revolución digital demanda también una revisión de los métodos pedagógicos para adaptarse a las nuevas exigencias de la sociedad digital.
El artículo completo puede leerse en: La educación digital; asignatura pendiente
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Martes, 25 de Marzo 2014 a las 13:45
Bitácora
Viernes, 21 de Marzo 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
La semana pasada una noticia socioeconómica y tecnológica acaparó las portadas de los principales medios de difusión: “Facebook adquiere WhatsApp por 19.000 millones de dólares”. Desde entonces, en un breve período de tiempo, se ha escrito mucho sobre las bondades o los errores de tal compra pero casi siempre en términos financieros, evaluando el negocio y los potenciales beneficiarios, olvidando que detrás de las cifras millonarias de dólares y de usuarios existen otros tema igualmente relevantes o preocupantes como puede ser el caso de la privacidad.
Si bien tengo mi opinión sobre las repercusiones financieras de esta compra estimo que este blog no es el lugar adecuado para exponerla; sin embargo, pensando en el gran número de habitantes de la cibersociedad que utilizan los servicios de ambas compañías decido plantear aquí algunas reflexiones personales sobre su impacto en los usuarios.
Recordemos que WhatsApp es un servicio de mensajería móvil multiplataforma creado en 2009 que actualmente cuenta con unos 450 millones de usuarios los cuales envían más de 50 mil millones de mensajes diariamente. ¿Qué razones pueden aconsejar la compra por tan elevada suma de una compañía que cuenta con 55 empleados y tal número de usuarios cuando quien la adquiere tiene unos 5.000 empleados y más de 1.200 millones de usuarios? ¿Qué están comprando exactamente?
La decisión de Facebook es claramente estratégica con un enfoque que puede estimarse tanto defensivo como ofensivo. En el primer caso se trataría de eliminar (por absorción) a un eventual adversario, impidiendo además que pase a manos de otros competidores. Pero también se adopta una posición más agresiva incorporándose al sector de la mensajería móvil de la mano de una de las aplicaciones más populares y utilizadas aumentando así la presencia de la red social que ya había alcanzado una cierta hegemonía en el ámbito de los equipos «de escritorio».
El artículo completo puede leerse en: Facebook adquiere WhatsApp; ¿afectará a nuestra privacidad?
Si bien tengo mi opinión sobre las repercusiones financieras de esta compra estimo que este blog no es el lugar adecuado para exponerla; sin embargo, pensando en el gran número de habitantes de la cibersociedad que utilizan los servicios de ambas compañías decido plantear aquí algunas reflexiones personales sobre su impacto en los usuarios.
Recordemos que WhatsApp es un servicio de mensajería móvil multiplataforma creado en 2009 que actualmente cuenta con unos 450 millones de usuarios los cuales envían más de 50 mil millones de mensajes diariamente. ¿Qué razones pueden aconsejar la compra por tan elevada suma de una compañía que cuenta con 55 empleados y tal número de usuarios cuando quien la adquiere tiene unos 5.000 empleados y más de 1.200 millones de usuarios? ¿Qué están comprando exactamente?
La decisión de Facebook es claramente estratégica con un enfoque que puede estimarse tanto defensivo como ofensivo. En el primer caso se trataría de eliminar (por absorción) a un eventual adversario, impidiendo además que pase a manos de otros competidores. Pero también se adopta una posición más agresiva incorporándose al sector de la mensajería móvil de la mano de una de las aplicaciones más populares y utilizadas aumentando así la presencia de la red social que ya había alcanzado una cierta hegemonía en el ámbito de los equipos «de escritorio».
El artículo completo puede leerse en: Facebook adquiere WhatsApp; ¿afectará a nuestra privacidad?
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Viernes, 21 de Marzo 2014 a las 19:08
Bitácora
Jueves, 20 de Marzo 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
Hojeando la prensa de estos días encuentro una noticia donde se califica a los Juegos Olímpicos de invierno que se están celebrando actualmente en la localidad rusa de Sochi, como los de la hiperconectividad y de BYOD.
Para argumentar tal afirmación se detallan cifras de unos 120.000 dispositivos móviles conectados en un momento dado utilizando unos 2.000 puntos de acceso Wi-Fi y más de 30 canales de televisión en HD sobre protocolo IP (o IPTV) que permitirán a todos los actores y espectadores, incluidos los medios de comunicación, estar permanentemente conectados bien en las sedes o en las villas olímpicas mediante determinadas políticas de acceso automático a recursos de red.
Esta situación ya se había producido en menor medida en los anteriores Juegos Olímpicos celebrados en Londres en 2012 donde el Comité organizador autorizó a su personal a utilizar en el interior de las instalaciones todo tipo de tecnología móvil, como las tabletas o smartphones, siempre que se respetaran unas determinadas reglas de seguridad. Y se espera suceda algo parecido en la próxima Copa Mundial de fútbol a celebrar este verano en Brasil.
Esta noticia muestra claramente que la demanda de conectividad es una urgencia tecnológica de nuestra sociedad que obliga a la reconversión o reinvención de los actuales enfoques de redes si quieren responder a las necesidades de futuro, estimadas a corto plazo en millones de dispositivos interconectados utilizando simultáneamente aplicaciones y servicios, o a las demandas de los 1.300 millones de trabajadores móviles (el 37 por ciento de la fuerza laboral) que según IDC habrá el próximo año 2015 (Worldwide Mobile Worker Population 2011-2015 Forecast)
Pero sus redactores también utilizan estas noticias como medio de propagación de siglas, acrónimos y otros vocablos expresados de forma tan críptica que no suelen ser comprensibles para una gran parte de sus lectores. En este caso se hace referencia a BYOD, término muy conocido entre empresas y profesionales de las TIC, pero no tan accesible para otros; por esta razón utilizaré este post para en los siguientes párrafos tratar de presentar una aproximación al concepto y su evolución.
Por Bring Your Own Device (Trae tu propio dispositivo), o BYOD según su acrónimo en inglés, se conoce a un fenómeno en plena expansión en muchas compañías, normalmente en las pequeñas y medianas y en los cuadros medios y superiores, que favorece la utilización para usos profesionales de todo tipo de dispositivos personales móviles (como smartphones, tabletas, ordenadores portátiles, etc.) disminuyendo así el número de equipos que deben ponerse a disposición de los empleados.
El artículo completo puede leerse en: El fenómeno BYOD
Para argumentar tal afirmación se detallan cifras de unos 120.000 dispositivos móviles conectados en un momento dado utilizando unos 2.000 puntos de acceso Wi-Fi y más de 30 canales de televisión en HD sobre protocolo IP (o IPTV) que permitirán a todos los actores y espectadores, incluidos los medios de comunicación, estar permanentemente conectados bien en las sedes o en las villas olímpicas mediante determinadas políticas de acceso automático a recursos de red.
Esta situación ya se había producido en menor medida en los anteriores Juegos Olímpicos celebrados en Londres en 2012 donde el Comité organizador autorizó a su personal a utilizar en el interior de las instalaciones todo tipo de tecnología móvil, como las tabletas o smartphones, siempre que se respetaran unas determinadas reglas de seguridad. Y se espera suceda algo parecido en la próxima Copa Mundial de fútbol a celebrar este verano en Brasil.
Esta noticia muestra claramente que la demanda de conectividad es una urgencia tecnológica de nuestra sociedad que obliga a la reconversión o reinvención de los actuales enfoques de redes si quieren responder a las necesidades de futuro, estimadas a corto plazo en millones de dispositivos interconectados utilizando simultáneamente aplicaciones y servicios, o a las demandas de los 1.300 millones de trabajadores móviles (el 37 por ciento de la fuerza laboral) que según IDC habrá el próximo año 2015 (Worldwide Mobile Worker Population 2011-2015 Forecast)
Pero sus redactores también utilizan estas noticias como medio de propagación de siglas, acrónimos y otros vocablos expresados de forma tan críptica que no suelen ser comprensibles para una gran parte de sus lectores. En este caso se hace referencia a BYOD, término muy conocido entre empresas y profesionales de las TIC, pero no tan accesible para otros; por esta razón utilizaré este post para en los siguientes párrafos tratar de presentar una aproximación al concepto y su evolución.
Por Bring Your Own Device (Trae tu propio dispositivo), o BYOD según su acrónimo en inglés, se conoce a un fenómeno en plena expansión en muchas compañías, normalmente en las pequeñas y medianas y en los cuadros medios y superiores, que favorece la utilización para usos profesionales de todo tipo de dispositivos personales móviles (como smartphones, tabletas, ordenadores portátiles, etc.) disminuyendo así el número de equipos que deben ponerse a disposición de los empleados.
El artículo completo puede leerse en: El fenómeno BYOD
Bitácora
Domingo, 9 de Marzo 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
Reaccionando rápidamente a la autorización concedida por la administración del Presidente Obama, las principales compañías de Internet (Google, Facebook, Microsoft,….) han comenzado a divulgar en los primeros días de febrero datos cuantitativos sobre las peticiones de información que han recibido de las agencias estadounidenses de inteligencia.
La publicación de datos por parte de estas compañías no es algo inusual; por ejemplo Google publica semestralmente un informe de transparencia (véase mi artículo: De Assange, Wikileaks, Google, Twiter, Facebook,… y OSINT). Pero en este caso la especial circunstancia radica en que se trata de mostrar públicamente las cifras de peticiones de carácter secreto que reciben por parte de determinados organismos de inteligencia.
Cuando en junio de 2013 estalló el asunto Snowden los grandes grupos tecnológicos solicitaron al gobierno estadounidense una mayor transparencia en su relación con ellos, con la clara intención de mostrar que no se encuentran implicados en los programas de vigilancia de la NSA (National Security Agency).
En este contexto, Microsoft, Google, Yahoo, Facebook y LinkedIn (y posteriormente Apple) presentaron una demanda ante la FISC (Foreign Intelligence Surveillance Court), la Corte o Tribunal de vigilancia de inteligencia exterior creada en el marco de la ley FISA (Foreign Intelligence Surveillance Act) de 1978 que comprende los procedimientos de autorización judicial para la vigilancia física y electrónica de personas. En dicha demanda solicitaban se pudiera revelar el número de peticiones que reciben de las agencias de inteligencia, cuya publicación hasta la fecha estaba prohibida.
A raíz de la comparecencia pública del Presidente Obama en enero de este año, anunciando mayores controles y más transparencia, y la publicación de la Directiva presidencial del 17 del mismo mes sobre las actividades de inteligencia de señales, el Departamento de Justicia estadounidense comunicó la decisión de autorizar la publicación de información sobre las peticiones que se hacen de forma oficial, en concreto las del tipo NSL (National Security Letter) emitidas por el FBI y las de FISA.
Las cifras que proporcionan ahora estas compañías se refieren a las solicitudes sobre contenidos así como al número de cuentas de usuario a las que afectaban. Como era de esperar, son poco ilustrativas dado que la autorización comporta un cierto número de restricciones, entre ellas la de respetar un período de secreto de seis meses antes de informar sobre las peticiones (por lo que hasta la fecha no pueden publicarse datos posteriores a junio de 2013) o la de no poder mostrar los datos en valores absolutos, solamente en intervalos de 1.000, lo cual deja un amplio margen de interpretación pues, por ejemplo, entre 1.000 y 1.999 se encuentran 1.001 y 1.998 peticiones.
El artículo completo puede leerse en: Google, Facebook, Microsoft,… revelan sus cuentas con las agencias de inteligencia
La publicación de datos por parte de estas compañías no es algo inusual; por ejemplo Google publica semestralmente un informe de transparencia (véase mi artículo: De Assange, Wikileaks, Google, Twiter, Facebook,… y OSINT). Pero en este caso la especial circunstancia radica en que se trata de mostrar públicamente las cifras de peticiones de carácter secreto que reciben por parte de determinados organismos de inteligencia.
Cuando en junio de 2013 estalló el asunto Snowden los grandes grupos tecnológicos solicitaron al gobierno estadounidense una mayor transparencia en su relación con ellos, con la clara intención de mostrar que no se encuentran implicados en los programas de vigilancia de la NSA (National Security Agency).
En este contexto, Microsoft, Google, Yahoo, Facebook y LinkedIn (y posteriormente Apple) presentaron una demanda ante la FISC (Foreign Intelligence Surveillance Court), la Corte o Tribunal de vigilancia de inteligencia exterior creada en el marco de la ley FISA (Foreign Intelligence Surveillance Act) de 1978 que comprende los procedimientos de autorización judicial para la vigilancia física y electrónica de personas. En dicha demanda solicitaban se pudiera revelar el número de peticiones que reciben de las agencias de inteligencia, cuya publicación hasta la fecha estaba prohibida.
A raíz de la comparecencia pública del Presidente Obama en enero de este año, anunciando mayores controles y más transparencia, y la publicación de la Directiva presidencial del 17 del mismo mes sobre las actividades de inteligencia de señales, el Departamento de Justicia estadounidense comunicó la decisión de autorizar la publicación de información sobre las peticiones que se hacen de forma oficial, en concreto las del tipo NSL (National Security Letter) emitidas por el FBI y las de FISA.
Las cifras que proporcionan ahora estas compañías se refieren a las solicitudes sobre contenidos así como al número de cuentas de usuario a las que afectaban. Como era de esperar, son poco ilustrativas dado que la autorización comporta un cierto número de restricciones, entre ellas la de respetar un período de secreto de seis meses antes de informar sobre las peticiones (por lo que hasta la fecha no pueden publicarse datos posteriores a junio de 2013) o la de no poder mostrar los datos en valores absolutos, solamente en intervalos de 1.000, lo cual deja un amplio margen de interpretación pues, por ejemplo, entre 1.000 y 1.999 se encuentran 1.001 y 1.998 peticiones.
El artículo completo puede leerse en: Google, Facebook, Microsoft,… revelan sus cuentas con las agencias de inteligencia
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Domingo, 9 de Marzo 2014 a las 14:51
Bitácora
Viernes, 7 de Marzo 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
Big Data es una de las tendencias tecnológicas de mayor impacto en la actualidad cuyos efectos alcanzan a casi todos los aspectos de la sociedad de la información, marcada por las tecnologías TIC, sus aplicaciones y servicios. Sin embargo también despierta ciertos prejuicios y deja abiertas preguntas respecto a la forma de explotar de forma eficaz el inmenso volumen de datos que comporta el término.
Con objeto de aportar algo de luz y tratando de encontrar respuesta a algunas de esas preguntas decidí dedicar varios artículos a este tema de tanta relevancia hoy en día, tarea que inicié hace unas fechas (Big Data; ¿moda o necesidad?) exponiendo unas primeras consideraciones.
Continuando la serie, en este post me centraré en su aplicación a la práctica de la Inteligencia, en el marco de la acepción moderna del concepto sintetizada en la gestión y protección de la información estratégica (Inteligencia Económica y Seguridad Nacional), caracterizada en concreto por la Inteligencia Económica y Competitiva y otras disciplinas similares que se diferencian entre sí por los adjetivos que suelen acompañar al término (empresarial, estratégica, de negocios,….)
Las tecnologías de Big Data, así como los diferentes productos que se están desarrollando basándose en ellas, son herramientas de gran utilidad a las que la Inteligencia Económica no debe permanecer ajena por servir de apoyo a la realización de las labores propias de esta disciplina constituyendo, en determinados casos, un elemento diferenciador al proporcionar un importante valor añadido.
El artículo completo puede leerse en: Inteligencia Económica y Competitiva; el rol de Big Data
Con objeto de aportar algo de luz y tratando de encontrar respuesta a algunas de esas preguntas decidí dedicar varios artículos a este tema de tanta relevancia hoy en día, tarea que inicié hace unas fechas (Big Data; ¿moda o necesidad?) exponiendo unas primeras consideraciones.
Continuando la serie, en este post me centraré en su aplicación a la práctica de la Inteligencia, en el marco de la acepción moderna del concepto sintetizada en la gestión y protección de la información estratégica (Inteligencia Económica y Seguridad Nacional), caracterizada en concreto por la Inteligencia Económica y Competitiva y otras disciplinas similares que se diferencian entre sí por los adjetivos que suelen acompañar al término (empresarial, estratégica, de negocios,….)
Las tecnologías de Big Data, así como los diferentes productos que se están desarrollando basándose en ellas, son herramientas de gran utilidad a las que la Inteligencia Económica no debe permanecer ajena por servir de apoyo a la realización de las labores propias de esta disciplina constituyendo, en determinados casos, un elemento diferenciador al proporcionar un importante valor añadido.
El artículo completo puede leerse en: Inteligencia Económica y Competitiva; el rol de Big Data
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Viernes, 7 de Marzo 2014 a las 12:23
Bitácora
Jueves, 30 de Enero 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
La Fundación España Digital ha convocado la primera edición (2014) de los Premios “España Digital” que reconocerán los méritos y la labor de las personas, organismos y medios de comunicación que hayan destacado por su contribución al desarrollo de la economía y la sociedad digital en España.
Podrá optar a ellos cualquier persona, organismo, institución o entidad, pública o privada, que cumpla las condiciones que rigen la convocatoria, bien presentando directamente su propia candidatura o siendo propuestos por terceras partes; también se podrán presentar candidaturas conjuntas de personas, organizaciones o instituciones que se consideren incluidas en las condiciones expuestas en las bases establecidas por la Fundación.
Los Premios se clasifican en cuatro categorías; tres premios honoríficos, sin dotación en metálico, destinados a reconocer la labor de personas, organizaciones, medios de comunicación, actividades y proyectos que contribuyan (o hayan contribuido), en el período determinado en las mencionadas bases, a la difusión, desarrollo y promoción de la sociedad digital, y un cuarto premio, dotado con 3.000 €, que se otorgará a los trabajos periodísticos relacionados con la sociedad y economía digital que concurran a la convocatoria y se hayan publicado o emitido en cualquier medio de comunicación español (prensa escrita, audiovisual, online, radio, tv, etc.) durante el período comprendido entre el 1 de mayo de 2013 y el 1 de mayo de 2014.
Las candidaturas podrán presentarse hasta el día 15 de mayo de 2014, procediéndose a su evaluación por un Jurado integrado por representantes del Patronato de la Fundación España Digital, así como por destacadas personalidades de su Consejo Asesor y profesionales expertos invitados a formar parte del mismo. Los premios se entregarán en un acto público organizado por la Fundación a celebrar en el mes de junio de 2014.
La Fundación España Digital es una organización surgida como entidad independiente, sin ánimo de lucro, impulsada por profesionales de diferentes sectores sociales que han destacado por su trabajo y dedicación en la transformación digital de nuestro país, cuyo objetivo principal es contribuir al pleno desarrollo de la sociedad digital.
Entre sus objetivos estratégicos están también la colaboración con todo tipo de instituciones, organizaciones y entidades nacionales e internacionales que puedan facilitar o apoyar la transferencia del conocimiento y sus beneficios añadidos, mediante la realización de toda clase de actividades relacionadas con la función social, económica y medioambiental de las tecnología digitales.
Con tal orientación ha constituido estos premios como reconocimiento a aquellas personas, entidades, organizaciones y medios de comunicación social que favorezcan su desarrollo y aceleren su implantación, reivindicando desde la sociedad civil la transformación digital, entendida esta no solamente como un conjunto de herramientas tecnológicas puestas al servicio del ciudadano sino también, y mas importante, como el vector del cambio hacia esta nueva sociedad mas justa, participativa, interactiva y global.
Las bases de la convocatoria pueden obtenerse en la página de la fundación http://espanadigital.org
Podrá optar a ellos cualquier persona, organismo, institución o entidad, pública o privada, que cumpla las condiciones que rigen la convocatoria, bien presentando directamente su propia candidatura o siendo propuestos por terceras partes; también se podrán presentar candidaturas conjuntas de personas, organizaciones o instituciones que se consideren incluidas en las condiciones expuestas en las bases establecidas por la Fundación.
Los Premios se clasifican en cuatro categorías; tres premios honoríficos, sin dotación en metálico, destinados a reconocer la labor de personas, organizaciones, medios de comunicación, actividades y proyectos que contribuyan (o hayan contribuido), en el período determinado en las mencionadas bases, a la difusión, desarrollo y promoción de la sociedad digital, y un cuarto premio, dotado con 3.000 €, que se otorgará a los trabajos periodísticos relacionados con la sociedad y economía digital que concurran a la convocatoria y se hayan publicado o emitido en cualquier medio de comunicación español (prensa escrita, audiovisual, online, radio, tv, etc.) durante el período comprendido entre el 1 de mayo de 2013 y el 1 de mayo de 2014.
Las candidaturas podrán presentarse hasta el día 15 de mayo de 2014, procediéndose a su evaluación por un Jurado integrado por representantes del Patronato de la Fundación España Digital, así como por destacadas personalidades de su Consejo Asesor y profesionales expertos invitados a formar parte del mismo. Los premios se entregarán en un acto público organizado por la Fundación a celebrar en el mes de junio de 2014.
La Fundación España Digital es una organización surgida como entidad independiente, sin ánimo de lucro, impulsada por profesionales de diferentes sectores sociales que han destacado por su trabajo y dedicación en la transformación digital de nuestro país, cuyo objetivo principal es contribuir al pleno desarrollo de la sociedad digital.
Entre sus objetivos estratégicos están también la colaboración con todo tipo de instituciones, organizaciones y entidades nacionales e internacionales que puedan facilitar o apoyar la transferencia del conocimiento y sus beneficios añadidos, mediante la realización de toda clase de actividades relacionadas con la función social, económica y medioambiental de las tecnología digitales.
Con tal orientación ha constituido estos premios como reconocimiento a aquellas personas, entidades, organizaciones y medios de comunicación social que favorezcan su desarrollo y aceleren su implantación, reivindicando desde la sociedad civil la transformación digital, entendida esta no solamente como un conjunto de herramientas tecnológicas puestas al servicio del ciudadano sino también, y mas importante, como el vector del cambio hacia esta nueva sociedad mas justa, participativa, interactiva y global.
Las bases de la convocatoria pueden obtenerse en la página de la fundación http://espanadigital.org
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Jueves, 30 de Enero 2014 a las 08:36
Bitácora
Lunes, 27 de Enero 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
El Aula de Liderazgo Público acaba de publicar (diciembre de 2013) el sexto número de la colección “Papeles de Liderazgo” dedicado en esta ocasión al tema “Inteligencia Económica y Seguridad Nacional”. (El texto completo puede obtenerse en: Papeles de Liderazgo nº 6: “Inteligencia económica y seguridad nacional")
En el documento, del que soy autor, presento algunas reflexiones sobre la necesidad de que, ante la aparición de nuevos escenarios de confrontación y competición, los diferentes actores, públicos y privados, han de replantear sus estrategias y tomar sus decisiones haciendo uso de nuevas soluciones que permitan alcanzar unos niveles mínimos de seguridad. Como ejemplo de ellas incido en mi percepción de que la moderna disciplina de la IE debe constituirse en un elemento principal en la prevención y mitigación de riesgos y factor clave para la seguridad nacional y global.
No es fácil encontrar una definición ampliamente reconocida para el término de IE debido a su carácter multidisciplinar o a su todavía limitada implantación, sin olvidar que la importancia que está adquiriendo paulatinamente provoca que en cada sector de aplicación de tienda a utilizar una definición personalizada con la consecuencia de encontrarse interpretaciones de lo mas dispares.
Con objeto de contribuir a la búsqueda de una definición de consenso, en el documento propongo una definición que valoro como integradora pues puede acomodarse a cualquier sector u organización: “La Inteligencia económica es una disciplina de carácter multidimensional caracterizada por un proceso continuo, permanente e iterativo de planificación y obtención de información y su posterior análisis para transformarla en un producto de conocimiento e Inteligencia a utilizar en apoyo a la toma de decisiones estratégicas para todo actor económico, en cualquier ámbito de actuación”.
El artículo completo puede leerse en: Inteligencia Económica y Seguridad Nacional
En el documento, del que soy autor, presento algunas reflexiones sobre la necesidad de que, ante la aparición de nuevos escenarios de confrontación y competición, los diferentes actores, públicos y privados, han de replantear sus estrategias y tomar sus decisiones haciendo uso de nuevas soluciones que permitan alcanzar unos niveles mínimos de seguridad. Como ejemplo de ellas incido en mi percepción de que la moderna disciplina de la IE debe constituirse en un elemento principal en la prevención y mitigación de riesgos y factor clave para la seguridad nacional y global.
No es fácil encontrar una definición ampliamente reconocida para el término de IE debido a su carácter multidisciplinar o a su todavía limitada implantación, sin olvidar que la importancia que está adquiriendo paulatinamente provoca que en cada sector de aplicación de tienda a utilizar una definición personalizada con la consecuencia de encontrarse interpretaciones de lo mas dispares.
Con objeto de contribuir a la búsqueda de una definición de consenso, en el documento propongo una definición que valoro como integradora pues puede acomodarse a cualquier sector u organización: “La Inteligencia económica es una disciplina de carácter multidimensional caracterizada por un proceso continuo, permanente e iterativo de planificación y obtención de información y su posterior análisis para transformarla en un producto de conocimiento e Inteligencia a utilizar en apoyo a la toma de decisiones estratégicas para todo actor económico, en cualquier ámbito de actuación”.
El artículo completo puede leerse en: Inteligencia Económica y Seguridad Nacional
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Lunes, 27 de Enero 2014 a las 18:50
Editado por
Fernando Davara
Fernando Davara es Artillero (General de Brigada y Diplomado de Estado Mayor) Físico (Especialidad de Automática e Informática) y Doctor “cum laude” en Ingeniería Informática, complementando esta formación con diversos cursos en las áreas de Inteligencia Artificial y Sistemas Expertos, Tecnologías de la Información, Gestión del Conocimiento, Seguridad y Defensa, etc., así como con la obtención del Diploma de Suficiencia investigadora de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid.
Ha dedicado más de 25 años de trabajo y estudio, siendo autor de numerosos trabajos y monografías, fundamentalmente en los dominios del Espacio y sus aplicaciones, Gestión de crisis, Geomática, Medio Ambiente y Seguridad, Nuevas tecnologías de la Información y las Comunicaciones e Inteligencia Económica. En este mismo contexto ha participado en gran número de seminarios y coloquios (nacionales e internacionales), llevado a cabo varias actividades investigadoras y ha ocupado diversos cargos nacionales y extranjeros, entre ellos seis años como Director del Centro de Satélites de la Unión Europea.
Actualmente es Director y Patrono de la Fundación “ESPAÑA DIGITAL”, Presidente y consultor sénior de “Circulo de Inteligencia” (consultora especializada en Inteligencia Económica y Estratégica), miembro del Consejo Asesor del Clúster de Seguridad y Confianza de Madrid Network y Rector de Honor de la Sociedad de Estudios Internacionales.
Asimismo es profesor y asesor de diversos Máster y Cursos de Postgrado, entre ellos del Área de Inteligencia Económica del Curso de Especialista Universitario en Servicios de Inteligencia del Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado” y del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES) de ICADE y MAS Consulting, así como de Inteligencia Económica y Planificación Estratégica en Cursos y Maestrías en diversas instituciones en España e Iberoamérica, principalmente Colombia, y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21”.
Ha dedicado más de 25 años de trabajo y estudio, siendo autor de numerosos trabajos y monografías, fundamentalmente en los dominios del Espacio y sus aplicaciones, Gestión de crisis, Geomática, Medio Ambiente y Seguridad, Nuevas tecnologías de la Información y las Comunicaciones e Inteligencia Económica. En este mismo contexto ha participado en gran número de seminarios y coloquios (nacionales e internacionales), llevado a cabo varias actividades investigadoras y ha ocupado diversos cargos nacionales y extranjeros, entre ellos seis años como Director del Centro de Satélites de la Unión Europea.
Actualmente es Director y Patrono de la Fundación “ESPAÑA DIGITAL”, Presidente y consultor sénior de “Circulo de Inteligencia” (consultora especializada en Inteligencia Económica y Estratégica), miembro del Consejo Asesor del Clúster de Seguridad y Confianza de Madrid Network y Rector de Honor de la Sociedad de Estudios Internacionales.
Asimismo es profesor y asesor de diversos Máster y Cursos de Postgrado, entre ellos del Área de Inteligencia Económica del Curso de Especialista Universitario en Servicios de Inteligencia del Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado” y del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES) de ICADE y MAS Consulting, así como de Inteligencia Económica y Planificación Estratégica en Cursos y Maestrías en diversas instituciones en España e Iberoamérica, principalmente Colombia, y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21”.
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