MANHATTAN

Redactado por Guadalupe García Catalán el Martes, 5 de Octubre 2010 a las 14:01

A mí me fascinó la primera vez que fui, allá por el año 1990, sencillamente me fascinó. Fui por acompañar a un grupo de colegas, y era escéptica total. Lo primero que me arrebató fue la escala. Todo en Manhattan es a lo bestia: las alturas de los edificios, el gentío, las luces, las longitudes de las calles…


La imagen que tenemos en la cabeza como “Nueva York” es en realidad la isla de Manhattan, como ya escribí en la entrada de hace unos días.

Su silueta, la Sky-Line tantas veces vista, sigue resultando espectacular. Los famosos puentes, también. Sí, esa es la palabra adecuada: espectacular.

Los planos no dan una idea, pero recorrer Manhattan de Norte a Sur a pie puede costar casi un día entero, y atravesarla de Levante a Poniente mínimo una hora. La isla mide unos 15 Kilómetros de largo por 3 de ancho.

Otra cuestión que sorprende es la linealidad de su trazado: las calles se organizan en una trama reticular cuyo eje principal (Norte-Sur) es la 5ª Avenida; así denominan las Avenidas: 1ª, 2ª … hasta la 10ª. Lo mismo sucede con las vías Oeste y Este, que toman el nombre de Calle con los números cardinales: 1, 2… 41, 41 St… y así hasta la Calle Noventaytantos. Se añade a las calles el Easth o West para indicar si quedan en el lado Este de la 5ª Avenida, o al Oeste. En suma, resulta sumamente práctico pues es muy fácil orientarse, pese al tamaño gigantesco de todo. Una sola excepción a esta ortogonalidad: la Calle Broadway, famosa por los teatros y musicales, que nace en el Downtown (sur de Manhattan) y cruza la Midtown diagonalmente hasta la Uppertown; he leído que era un antiguo camino indio aborigen que respetaron.

Podría parecer que Manhattan carece de encanto pero no es así, uno queda rápidamente atrapado por los gentíos, por las luces nocturnas, por los rascacielos compitiendo por “rascar el cielo”, por su gran oferta cultural y comercial, y por su parque central, que gravita como un pulmón en medio de esa inmensa nube edificada.
Otra cosa de las que más me impresionó en 1990 fue las desaparecidas “Twin Towers”. Me tumbé en un banco de la plaza contigua y se veían oscilar… ¡impresionante! Desde arriba, coches y personas se percibían como si de una maqueta se tratase.

CONTINUARÁ LA SERIE SOBRE NEW YORK...
| Guadalupe García Catalán
| Martes, 5 de Octubre 2010
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