¿Sabías que solo necesitas unas gafas especiales y un móvil para conseguir una experiencia en la que puedas trasladarte, en cuestión de segundos, a mundos de ensueño en 3D? Gracias a la realidad virtual aumentada puedes quedar “sumergido” en un entorno de escenas u objetos de apariencia real, pero que no lo son. Este mundo se crea sobre las imágenes del mundo real combinadas con imágenes digitales y nos permite disfrutar de realidades antes inaccesibles para muchos, como playas de ensueño o ciudades futuristas, pero sin la necesidad de trasladarnos físicamente.
Pero la realidad virtual no se limita sólo al sector del ocio y el entretenimiento, si no también está siendo muy útil en el de la salud, abriendo una gran cantidad de posibilidades a los profesionales del sector: formando a estudiantes, como apoyo en operaciones de cirugía o con el tratamiento de enfermedades.
Pero, ¿cómo es esto posible? La realidad virtual consigue escenarios muy parecidos al real. En el caso de los estudiantes de medicina, les permite aprender y prepararse para utilizar diferentes herramientas complicadas como la endoscopia o la laparoscopia de una manera segura y efectiva, a través de simulaciones. También, la realidad virtual es muy útil en el tratamiento de enfermedades psicológicas como las fobias. Estas técnicas exponen al paciente a situaciones con el objetivo de superar sus miedos y hacen posible la disminución de los umbrales de ansiedad de una manera controlada y progresiva.
Otra área donde la realidad aumentada está siendo fundamental es en terapias con personas con amputaciones físicas. La realidad virtual permite que el paciente pueda restaurar el estado cerebral anterior a la amputación. El método se lleva a cabo con un monitor, una cámara y poniendo un marcador en la amputación. La persona ve los movimientos en la pantalla gracias a unos electrodos que captan la actividad eléctrica de sus músculos, lo que conseguirá mejorar su “dolor fantasma”. De esta manera si el paciente quiere mover su mano fantasma, la mano virtual se moverá, y así el paciente aprenderá a manejar su miembro amputado dentro un mundo virtual, mejorando su nivel de ansiedad considerablemente.
Pero la realidad virtual no se limita sólo al sector del ocio y el entretenimiento, si no también está siendo muy útil en el de la salud, abriendo una gran cantidad de posibilidades a los profesionales del sector: formando a estudiantes, como apoyo en operaciones de cirugía o con el tratamiento de enfermedades.
Pero, ¿cómo es esto posible? La realidad virtual consigue escenarios muy parecidos al real. En el caso de los estudiantes de medicina, les permite aprender y prepararse para utilizar diferentes herramientas complicadas como la endoscopia o la laparoscopia de una manera segura y efectiva, a través de simulaciones. También, la realidad virtual es muy útil en el tratamiento de enfermedades psicológicas como las fobias. Estas técnicas exponen al paciente a situaciones con el objetivo de superar sus miedos y hacen posible la disminución de los umbrales de ansiedad de una manera controlada y progresiva.
Otra área donde la realidad aumentada está siendo fundamental es en terapias con personas con amputaciones físicas. La realidad virtual permite que el paciente pueda restaurar el estado cerebral anterior a la amputación. El método se lleva a cabo con un monitor, una cámara y poniendo un marcador en la amputación. La persona ve los movimientos en la pantalla gracias a unos electrodos que captan la actividad eléctrica de sus músculos, lo que conseguirá mejorar su “dolor fantasma”. De esta manera si el paciente quiere mover su mano fantasma, la mano virtual se moverá, y así el paciente aprenderá a manejar su miembro amputado dentro un mundo virtual, mejorando su nivel de ansiedad considerablemente.