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La digitalización del sector retail es un hecho. Los elementos tecnológicos están ayudando a crear una experiencia de compra que no solo se limita a la adquisición del producto en sí, sino a todo lo que ocurre desde que el cliente entra a la tienda hasta que sale por la puerta, lo que llamamos “Customer Journey Experience”.
Ahora bien, hay un aspecto fundamental en el que pocas veces se incide y que es crucial a la hora de lograr una verdadera transformación digital. El hecho de unir y relacionar los productos y servicios que, por un lado, mejoran la experiencia del cliente, y por otro, aquellos que analizan el comportamiento del comprador. Un ejemplo de ello son los probadores digitales que onthespot, empresa de Telefónica especializada en IoT para el sector retail, tiene ya instalados en diferentes tiendas de moda. Estos nacieron con la filosofía de mejorar la experiencia de compra en un momento crucial para el cliente, “el momento del probador”. Para algunos puede ser frustrante y una pérdida de tiempo tener que salir del probador y volver a entrar cuando nos damos cuenta de que hemos escogido una talla inadecuada, o cuando nos arrepentimos de no haber llevado más prendas para probar, por no ir cargados. El probador digital nos permite solicitar a nuestro personal shopper una talla más o cualquier otro consejo o indicación. Además, gracias a esta tecnología incluida en el probador digital, la tienda puede saber cuántas prendas hay en los probadores y reducir la posibilidad de fraude.
Si el cliente mejora su experiencia, la compra es más eficiente, y se refuerza la confianza depositada en la marca, lo que es mejor para todos los agentes del proceso comercial. La tecnología en este caso humaniza el proceso de compra. Pero, ¿qué puede la tienda aprender de ese comportamiento del cliente? Mientras se produce la experiencia de compra, los dispositivos inteligentes instalados en las tiendas recogen toda la información relativa a dichos procesos gracias al Big Data: cuántas prendas se introducen en cada uno de los probadores, cuánto tiempo pasan los clientes dentro de los probadores, cuántos solicitan una talla distinta, etc. Estos indicadores básicos permiten entender el comportamiento del cliente y tomar decisiones, pero ¿se puede ir más allá y explotar los datos a niveles más complejos? Podemos entender, por ejemplo, cuántas veces y en qué momento del día se llenan por probadores o ir, incluso, mucho más lejos y saber cuáles serán las tendencias de moda analizando por qué para determinadas prendas se solicitan más tallas nuevas. Todos estos datos, le permiten al retailer o vendedor entender si hay algún problema con el tallaje de las prendas y poder así solucionarlo en siguientes producciones, qué tipología de clientes frecuenta la tienda y mucho más, es decir, permite analizar una información muy valiosa para su negocio.
Ahora bien, hay un aspecto fundamental en el que pocas veces se incide y que es crucial a la hora de lograr una verdadera transformación digital. El hecho de unir y relacionar los productos y servicios que, por un lado, mejoran la experiencia del cliente, y por otro, aquellos que analizan el comportamiento del comprador. Un ejemplo de ello son los probadores digitales que onthespot, empresa de Telefónica especializada en IoT para el sector retail, tiene ya instalados en diferentes tiendas de moda. Estos nacieron con la filosofía de mejorar la experiencia de compra en un momento crucial para el cliente, “el momento del probador”. Para algunos puede ser frustrante y una pérdida de tiempo tener que salir del probador y volver a entrar cuando nos damos cuenta de que hemos escogido una talla inadecuada, o cuando nos arrepentimos de no haber llevado más prendas para probar, por no ir cargados. El probador digital nos permite solicitar a nuestro personal shopper una talla más o cualquier otro consejo o indicación. Además, gracias a esta tecnología incluida en el probador digital, la tienda puede saber cuántas prendas hay en los probadores y reducir la posibilidad de fraude.
Si el cliente mejora su experiencia, la compra es más eficiente, y se refuerza la confianza depositada en la marca, lo que es mejor para todos los agentes del proceso comercial. La tecnología en este caso humaniza el proceso de compra. Pero, ¿qué puede la tienda aprender de ese comportamiento del cliente? Mientras se produce la experiencia de compra, los dispositivos inteligentes instalados en las tiendas recogen toda la información relativa a dichos procesos gracias al Big Data: cuántas prendas se introducen en cada uno de los probadores, cuánto tiempo pasan los clientes dentro de los probadores, cuántos solicitan una talla distinta, etc. Estos indicadores básicos permiten entender el comportamiento del cliente y tomar decisiones, pero ¿se puede ir más allá y explotar los datos a niveles más complejos? Podemos entender, por ejemplo, cuántas veces y en qué momento del día se llenan por probadores o ir, incluso, mucho más lejos y saber cuáles serán las tendencias de moda analizando por qué para determinadas prendas se solicitan más tallas nuevas. Todos estos datos, le permiten al retailer o vendedor entender si hay algún problema con el tallaje de las prendas y poder así solucionarlo en siguientes producciones, qué tipología de clientes frecuenta la tienda y mucho más, es decir, permite analizar una información muy valiosa para su negocio.