Las tecnologías nos han cambiado tanto que nuestro propio cuerpo se ve modificado notablemente a causa de su uso. Pongamos algunos ejemplos que a veces se nos pasan desapercibidos. Las personas que se cuidan y van al gimnasio a hacer ejercicio van cambiando paulatinamente su cuerpo. Pensemos, por ejemplo, en un hombre que hace mucho ejercicio y se ha puesto “cachas”. Esta persona ha modificado tanto su cuerpo que ha desarrollado sus músculos en una manera muy concreta. De hecho, los nadadores no tienen el mismo físico que un culturista.
Otro ejemplo nos lo encontramos en el uso de los ordenadores que han generado nuevas patologías provenientes del uso del ratón. Pero, además, se ha comprobado que los jóvenes tienen muy desarrollado el pulgar por el uso de los teléfonos móviles. En relación con la alimentación podemos comprobar que el uso de alimentos con bifido-bacterias hace que tengamos un intestino colonizado de la misma manera en la que la teníamos cuando éramos pequeños.
Otros casos interesantes son las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías médicas, cosméticas y estéticas. Ellas nos mantienen con apariencia juvenil durante mucho más tiempo. El mero uso de tintes o postizos ha sido un primer paso en nuestra transformación corporal. Actualmente las liposucciones, los solarium y los implantes van transformando nuestro propio cuerpo superando, entre otras cosas, la dependencia de la gravedad como factor cambiante.
Todo ello hace que la tecnología esté evolucionando diariamente con nosotros. De tal manera que nuestra vida se convierte en un tránsito por una especie de senda donde las piedras son ratones de ordenador, los árboles son placas bases, las hierbas son pequeños frascos de laboratorios, etc. La cuestión está en saber si la tecnología va a dirigir nuestras vidas o nosotros conduciremos su desarrollo.
Otro ejemplo nos lo encontramos en el uso de los ordenadores que han generado nuevas patologías provenientes del uso del ratón. Pero, además, se ha comprobado que los jóvenes tienen muy desarrollado el pulgar por el uso de los teléfonos móviles. En relación con la alimentación podemos comprobar que el uso de alimentos con bifido-bacterias hace que tengamos un intestino colonizado de la misma manera en la que la teníamos cuando éramos pequeños.
Otros casos interesantes son las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías médicas, cosméticas y estéticas. Ellas nos mantienen con apariencia juvenil durante mucho más tiempo. El mero uso de tintes o postizos ha sido un primer paso en nuestra transformación corporal. Actualmente las liposucciones, los solarium y los implantes van transformando nuestro propio cuerpo superando, entre otras cosas, la dependencia de la gravedad como factor cambiante.
Todo ello hace que la tecnología esté evolucionando diariamente con nosotros. De tal manera que nuestra vida se convierte en un tránsito por una especie de senda donde las piedras son ratones de ordenador, los árboles son placas bases, las hierbas son pequeños frascos de laboratorios, etc. La cuestión está en saber si la tecnología va a dirigir nuestras vidas o nosotros conduciremos su desarrollo.