En diversas ocasiones hemos hablado de esta idea del cyborg. Las personas somos eso, humanos y máquinas a la vez. Siempre necesitamos de algún elemento tecnológico para realizar alguna actividad cotidiana, lavarnos los dientes, comunicarnos, transportarnos, etc. El problema es que a menudo nos sentimos agredidos por el uso poco solidario que algunas personas hacen de esta tecnología.
Seguro que muchos de vosotros sois conscientes de algo que otra persona hace, mediado por la tecnología, y que os causa algún tipo de molestia. En esta ocasión os quiero comentar un asunto muy recurrente y muy chocante que tiene que ver también con una especie de idolatría de la seguridad.
Cuando utilizamos nuestro automóvil. ¿Eres de los que pones las luces antiniebla siempre o sin que sean necesarias? El uso de esta posibilidad tecnológica agrede a los demás conductores ya que estas luces, como es bien sabido, son muy potentes. Ello es obvio ya que su función es la que incrementar la visibilidad del automóvil en condiciones de, precisamente, reducción de la misma.
No tengo certeza científica de lo que ahora voy a afirmar, pero supongo (intuitivamente) que ese uso excesivo será debido a una especie de hipertrofia de nuestra sensación de seguridad. Creemos que seremos más visibles si utilizamos todos los mecanismos de iluminación del coche. Esto es cierto, se nos verá mejor seguro.
La otra posible opción que se me viene a la cabeza es la de incrementar nuestra propia visibilidad. La razón de esto puede ser doble, por un lado poder conducir más rápido (si veo mejor puedo aumentar mi velocidad), o bien es que tenemos cierto problema al ver la carretera.
Resulta obvio que las opciones de utilización de una tecnología son muchas y numerosas. El problema lo tenemos cuando ello choca frontalmente contra las demás personas con las que convivimos y las agredimos, aunque no de manera directa. Por esta razón, los condicionantes éticos de nuestra actividad siempre están presentes y sería recomendable, a mi juicio, que tuviésemos más conocimiento al respecto.
Seguro que muchos de vosotros sois conscientes de algo que otra persona hace, mediado por la tecnología, y que os causa algún tipo de molestia. En esta ocasión os quiero comentar un asunto muy recurrente y muy chocante que tiene que ver también con una especie de idolatría de la seguridad.
Cuando utilizamos nuestro automóvil. ¿Eres de los que pones las luces antiniebla siempre o sin que sean necesarias? El uso de esta posibilidad tecnológica agrede a los demás conductores ya que estas luces, como es bien sabido, son muy potentes. Ello es obvio ya que su función es la que incrementar la visibilidad del automóvil en condiciones de, precisamente, reducción de la misma.
No tengo certeza científica de lo que ahora voy a afirmar, pero supongo (intuitivamente) que ese uso excesivo será debido a una especie de hipertrofia de nuestra sensación de seguridad. Creemos que seremos más visibles si utilizamos todos los mecanismos de iluminación del coche. Esto es cierto, se nos verá mejor seguro.
La otra posible opción que se me viene a la cabeza es la de incrementar nuestra propia visibilidad. La razón de esto puede ser doble, por un lado poder conducir más rápido (si veo mejor puedo aumentar mi velocidad), o bien es que tenemos cierto problema al ver la carretera.
Resulta obvio que las opciones de utilización de una tecnología son muchas y numerosas. El problema lo tenemos cuando ello choca frontalmente contra las demás personas con las que convivimos y las agredimos, aunque no de manera directa. Por esta razón, los condicionantes éticos de nuestra actividad siempre están presentes y sería recomendable, a mi juicio, que tuviésemos más conocimiento al respecto.