Eduard Punset uno de los grandes divulgadores tecnocientíficos españoles
Nosotros vivimos dentro de un gran sistema, el sistema social, constituido por un gran número de subsistemas que co-evoluciona haciendo que el gran sistema social se vea transformado paulatinamente. Uno de los grandes subsistemas es el tecnocientífico que condiciona enormemente nuestra vida, nuestras relaciones, nuestra comunicación, etc. No obstante, pese a que cada día vivimos más influenciada por la ciencia y la tecnología, estoy completamente de acuerdo con Nicanos Ursúa quien afirma que pese a todo ello la mayoría de los desarrollos tecnocientíficos siguen siendo un gran misterio para la mayoría de la ciudadanía.
Por ambos motivo, como bien afirma Alfredo Marcos, la comunicación tecnocientífica se está convirtiendo en una gran pieza fundamental para el correcto funcionamiento del sistema social y tiene efectos recíprocos entre el público, la tecnociencia y el subsistema político. En base a esto, tanto el propio Alfredo Marcos, como los reputados H. Nowotny, P. Scott y M. Gibbons, consideran, dicho de una manera un tanto herética, que existe una co-evolución tecnociencia-sociedad que se materializa en el fenómeno comunicativo proveniente del subsistema tecnocientífico.
La tecnociencia condiciona de tal medida nuestra vida que la toma de decisiones sobre lo que es adecuado investigar o no, tiene vital importancia en las sociedades más desarrolladas tecnocientíficamente. En esta toma de decisiones las personas necesitan estar informadas correctamente para que puedan tener elementos de juicio. Obviamente esta labor la realizarán los especialistas en este ámbito: los periodistas.
El problema de todo esto es que muchas veces la divulgación tecnocientífica es mal entendida y se hace lo que podría ser llamado mero espectáculo tecnocientífico. Hacer espectáculo tiene un lado muy positivo, se logra que, posiblemente, muchas personas se acerquen a una determinada "información". El problema es que el espectáculo puede quedarse en la mera consecución económica y perder su labor Informativa. Por todo ello, es fundamental que la divulgación siga siendo Información y no "información".
Seguiremos hablando del tema más adelante...
Por ambos motivo, como bien afirma Alfredo Marcos, la comunicación tecnocientífica se está convirtiendo en una gran pieza fundamental para el correcto funcionamiento del sistema social y tiene efectos recíprocos entre el público, la tecnociencia y el subsistema político. En base a esto, tanto el propio Alfredo Marcos, como los reputados H. Nowotny, P. Scott y M. Gibbons, consideran, dicho de una manera un tanto herética, que existe una co-evolución tecnociencia-sociedad que se materializa en el fenómeno comunicativo proveniente del subsistema tecnocientífico.
La tecnociencia condiciona de tal medida nuestra vida que la toma de decisiones sobre lo que es adecuado investigar o no, tiene vital importancia en las sociedades más desarrolladas tecnocientíficamente. En esta toma de decisiones las personas necesitan estar informadas correctamente para que puedan tener elementos de juicio. Obviamente esta labor la realizarán los especialistas en este ámbito: los periodistas.
El problema de todo esto es que muchas veces la divulgación tecnocientífica es mal entendida y se hace lo que podría ser llamado mero espectáculo tecnocientífico. Hacer espectáculo tiene un lado muy positivo, se logra que, posiblemente, muchas personas se acerquen a una determinada "información". El problema es que el espectáculo puede quedarse en la mera consecución económica y perder su labor Informativa. Por todo ello, es fundamental que la divulgación siga siendo Información y no "información".
Seguiremos hablando del tema más adelante...