El debate del autorreconomiento ante un espejo tiene gran importancia a nivel psicológico, evolutivo, filosófico e incluso teológico. Durante muchos años se han realizado gran cantidad de trabajos en los que se afirman que los grandes simios se diferencian de otros primates por su capacidad de auto-reconocimiento. Esto indicaría que estos primates tienen unas capaces intelectivas algo más desarrolladas que los otros y, además, cabría la posibilidad de pensar que podrían tener cierta autoconciencia.
Anderson y Gordon acaban de publicar en la revista PLos Biology una revisión acerca de los desarrollos recientes en este campo. Estos autores han hecho un análisis de los aspectos metodológicos que se han trabajado en los últimos años. Los dos investigadores, uno de la Universidad de Stirling y otro de la Universidad Estatal de Nueva York, parecen no estar de acuerdo con aquellas investigaciones que afirman que se ha ido produciendo un contínuo evolutivo y la mente se ha ido desarrollando paulatinamente.
Los autores del texto consideran que "el peso de la evidencia apoya la opinión de que la capacidad de dirigir la atención de uno a uno mismo implica un cambio cualitativo cognitivo, que se ha producido recientemente en la historia evolutiva de los primates y en relativamente pocas especies". De tal manera que, según este texto, la hipótesis de un proceso emergente a nivel evolutivo es más adecuada.