Parece una obviedad que las políticas energéticas deben cambiar y combinar, de manera decidida, estrategias que impliquen un mayor uso de fuentes de energía nuevas y renovables y de tecnologías de baja emisión de gases de efecto invernadero, incluidas tecnologías menos contaminantes para el aprovechamiento de los combustibles fósiles, y el uso sostenible de servicios energéticos tradicionales, y de aumentar la capacidad nacional para atender a la creciente demanda de energía, cuando corresponda, con el apoyo de la cooperación internacional en este ámbito y la promoción del desarrollo y la difusión de tecnologías energéticas adecuadas, asequibles y sostenibles, así como la transferencia de esas tecnologías en condiciones mutuamente convenidas.
Por este motivo, junto con la dirección del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, ONU-Energía, un grupo de coordinación de 20 organismos de las Naciones Unidas, preparan una nueva inciativa mundial denominada Energía Sostenible para Todos. Esta iniciativa busca hacer partícipes a los gobiernos, el sector privado y asociados de la sociedad civil en todo el mundo para lograr tres objetivos importantes para 2030:
Garantizar el acceso universal a servicios energéticos modernos.
Reducir la intensidad energética mundial en un 40%.
Incrementar el uso de la energía renovable a nivel mundial al 30%.
No obstante y pese a estas buenas intenciones la problemática es notable y no puede ser desdeñada. En futuros post iremos viendo algunos de los problemas que, a nuestro juicio, son relevantes y presentan dificultades de solución para que sean discutidos.
Por este motivo, junto con la dirección del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, ONU-Energía, un grupo de coordinación de 20 organismos de las Naciones Unidas, preparan una nueva inciativa mundial denominada Energía Sostenible para Todos. Esta iniciativa busca hacer partícipes a los gobiernos, el sector privado y asociados de la sociedad civil en todo el mundo para lograr tres objetivos importantes para 2030:
Garantizar el acceso universal a servicios energéticos modernos.
Reducir la intensidad energética mundial en un 40%.
Incrementar el uso de la energía renovable a nivel mundial al 30%.
No obstante y pese a estas buenas intenciones la problemática es notable y no puede ser desdeñada. En futuros post iremos viendo algunos de los problemas que, a nuestro juicio, son relevantes y presentan dificultades de solución para que sean discutidos.