¿Qué o quienes somos?. Fuente: pixabay.com
¿Quiénes somos todos, los más de siete mil millones , los más de siete que ya fueron y los más de siete veces siete que están por ser?
Los de Occidente y los de Oriente; los del Norte y los del Sur; los continentales y los isleños; los de los valles y los de las montañas; los de los desiertos y los de los oasis, los de las ciudades y los del campo o del mar.
Los de culturas milenarias y los de culturas más jóvenes o emergentes. Los de las culturas predominantes y los de las pequeñas culturas que son por sí mismas, sin pretender adoctrinamiento alguno sobre las otras.
Los hombres dominantes y las mujeres invisibles; los niños y las niñas recién llegadas y los viejos y las viejas que comienzan a despedirse. Los que empiezan a ser padre y madre y aquellos que renuncian porque consideran que ese no es su papel en la vida.
Los que se implican en el bien común y los que buscan su bien como único objetivo; los que equivocaron el camino y los que se lo encontraron ya hecho; los perdidos, los ausentes y los que todos los días son noticia de primera plana.
Los gobernantes y los que los han elegido, los empresarios y los que los enriquecen, a cambio de un escaso reparto de beneficio, en salarios que no alcanzan a sobrevivir. Todos somos un todo, enfundados y confundidos en una función que nos hace aparentar ser seres aislados y autosuficientes y que, en nuestro sueño, tratamos de buscar las razones por las cuales hemos de defendernos de los otros (supuestos adversarios) para que nada cambie y seguir haciendo lo mismo.
Los de Occidente y los de Oriente; los del Norte y los del Sur; los continentales y los isleños; los de los valles y los de las montañas; los de los desiertos y los de los oasis, los de las ciudades y los del campo o del mar.
Los de culturas milenarias y los de culturas más jóvenes o emergentes. Los de las culturas predominantes y los de las pequeñas culturas que son por sí mismas, sin pretender adoctrinamiento alguno sobre las otras.
Los hombres dominantes y las mujeres invisibles; los niños y las niñas recién llegadas y los viejos y las viejas que comienzan a despedirse. Los que empiezan a ser padre y madre y aquellos que renuncian porque consideran que ese no es su papel en la vida.
Los que se implican en el bien común y los que buscan su bien como único objetivo; los que equivocaron el camino y los que se lo encontraron ya hecho; los perdidos, los ausentes y los que todos los días son noticia de primera plana.
Los gobernantes y los que los han elegido, los empresarios y los que los enriquecen, a cambio de un escaso reparto de beneficio, en salarios que no alcanzan a sobrevivir. Todos somos un todo, enfundados y confundidos en una función que nos hace aparentar ser seres aislados y autosuficientes y que, en nuestro sueño, tratamos de buscar las razones por las cuales hemos de defendernos de los otros (supuestos adversarios) para que nada cambie y seguir haciendo lo mismo.