Bitácora

La eternidad es una realidad imperceptible

Redactado por Alicia Montesdeoca el Viernes, 12 de Enero 2018 a las 10:53



| Viernes, 12 de Enero 2018

Sólo nuestro corazón es consciente de ello


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Percibir el universo fragmentado tiene como consecuencia no comprender lo real, es ajustar los acontecimientos a una visión que oculta en vez de destapar.
 
La realidad se manifiesta desnudamente, es la observadora o el observador quien desconoce y quien niega su plena manifestación a causa de la fragmentación que hace su mirada. No vemos porque miramos desde ángulos más o menos estrechos, aislando nuestro entorno de las interrelaciones de las distintas dimensiones de lo manifestado y de lo oculto.
 
Lo infinito no es una línea que se percibe en el horizonte, es una relación multidimensional, de lo denso que tiende a lo sutil y de lo sutil que tiende a lo denso. Esta danza eterna permite el surgimiento de infinitas realidades que se sostienen unas a otras, danzando en armonía para constituir lo que se manifiesta y lo que queda oculto. Todo sucede en el más absoluto silencio y en la más absoluta voluntad de anonimato.
 
Hablamos de procesos pero es también una manera de explicar que todo está en permanente movimiento, del que sólo somos capaces de captar lo que cabe en un instante fotográfico, lo que se materializa en formas; las cuales, siguiendo el movimiento, se van transformando a sí mismas hasta generar nuevas manifestaciones. En este juego de las formas surge la percepción de que cada acontecimiento se produce en un espacio-tiempo entre una forma y la otra.
 
Como consecuencia, nos quedamos con lo que podemos captar y esas imágenes, asumidas como realidades, son, precisamente, las que nos ocultan la eternidad.
 
Alicia Montesdeoca