Durante toda la noche y la mañana el Endurance ha seguido avanzando con relativa facilidad entre hielo suelto. A mediodía las mediciones de Worsley con el sextante nos ha permitido saber que estábamos a 72º 02’ de latitud Sur y 16º 07’ de longitud Oeste.
El capitán no podía estar más feliz cuando comunicó esta información a Shackleton y que, por lo tanto, en las últimas 24 horas habíamos avanzado prácticamente 250 kilómetros en dirección Sur.
A partir de ese momento Shackleton no se separó ni del puente ni de sus prismáticos. Creo que incluso estaba mirando por ellos cuando me contó con todo lujo de detalles que debíamos estar a punto de descubrir la costa antártica que había descubierto el explorador y científico escocés William Bruce en 1904 cuando se adentró en el mar de Weddell a bordo del Scotia.
Shackleton ha sido durante años Secretario de la Real Sociedad Geográfica Escocesa y fue allí donde conoció a Bruce, con el que entablo, según me ha comentado, una buena amistad. Precisamente antes de emprender el viaje estuvieron comentando los peligros de este mar, que por unos días dejó encerrado entre los hielos al Scotia.
Durante la tarde hemos seguido la línea de costa, que Bruce llamó Tierra de Coast, en honor de James y Andrew Coast, las dos personas que patrocinaron la mayor parte de su expedición. En realidad la línea de costa son unos acantilados de hielo de más de 30 metros de altura.
En las últimas horas, hemos pasado entre varias ballenas, cientos de focas cangrejeras descansando sobre los hielos y entre ellos las siempre atemorizantes aletas dorsales de algunas orcas buscando presas.
El capitán no podía estar más feliz cuando comunicó esta información a Shackleton y que, por lo tanto, en las últimas 24 horas habíamos avanzado prácticamente 250 kilómetros en dirección Sur.
A partir de ese momento Shackleton no se separó ni del puente ni de sus prismáticos. Creo que incluso estaba mirando por ellos cuando me contó con todo lujo de detalles que debíamos estar a punto de descubrir la costa antártica que había descubierto el explorador y científico escocés William Bruce en 1904 cuando se adentró en el mar de Weddell a bordo del Scotia.
Shackleton ha sido durante años Secretario de la Real Sociedad Geográfica Escocesa y fue allí donde conoció a Bruce, con el que entablo, según me ha comentado, una buena amistad. Precisamente antes de emprender el viaje estuvieron comentando los peligros de este mar, que por unos días dejó encerrado entre los hielos al Scotia.
Durante la tarde hemos seguido la línea de costa, que Bruce llamó Tierra de Coast, en honor de James y Andrew Coast, las dos personas que patrocinaron la mayor parte de su expedición. En realidad la línea de costa son unos acantilados de hielo de más de 30 metros de altura.
En las últimas horas, hemos pasado entre varias ballenas, cientos de focas cangrejeras descansando sobre los hielos y entre ellos las siempre atemorizantes aletas dorsales de algunas orcas buscando presas.