El tiempo pasa y los cachorros crecen


Alexander V. O'Hara

8 de junio de 1915
Mientras que sigue la deriva del barco, tratamos de buscar distracción en todo lo que nos rodea y en especial en los cachorros que nacieron hace meses. También el resto de los perros son objeto de atención, en especial desde que Shackleton ha decidido llevar el Gran Derby Antártico.



Una imagen de hace unos meses. Ahora ya no se parecen en nada a esas bolitas de pelo.
La deriva del Endurance atrapado entre los hielos sigue inexorablemente en dirección Oeste-Noroeste. A veces observábamos un aumento de presión en los hielos, pero afortunadamente éste no se transmitía hasta el barco. Por el momento, en ese aspecto, estamos tranquilos.

La oscuridad es total, salvo en alrededor del mediodía cuando un débil crepúsculo nos recuerda que existe el sol, aunque hace tiempo que dejamos de verlo y todavía nos queda mucho para que vuelva a aparecer.

En este tiempo la única luz proviene de la luna que ilumina el entorno de hielo con una luz fría y majestuosa. Pero claro, no siempre la luna asoma por encima del horizonte, luego nos tenemos que consolar con lo que tenemos.

Los cachorros crecen
A mediados de enero les comentaba que una de las perras, a la que llamábamos Sally, había parido a cuatro cachorros que habían sido adoptados –y protegidos de los intrusos que éramos todos nosotros- por el bueno de Tom Crean.

Hoy, cinco meses después, los cachorros han crecido en tamaño y en el radio de acción de sus correrías, que ya llegan a todos los extremos del barco. Todos seguimos con mirada tierna sus zalamerías y jugamos con ellos a gusto. Creo que no hay un solo miembro de la tripulación que no disfrute de su presencia.

Los otros perros también les consienten lo suyo, en especial Amundsen, que aunque es el perro más grande de la jauría, con los cachorros es un autentico padrazo que les deja hacer todo lo que quieren.

Ya es una imagen habitual ver al pobre Amundsen fuera de su iglú, tumbado sobre el hielo bajo un frío -que todos ustedes se pueden imaginar-, porque el interior de su confortable iglú está lleno de okupas, que no son otros que los cachorros de Sally.

Y así, ante la mirada de filosófica resignación del bueno de Amundsen, vemos a Nelson, uno de los cachorros, que asoma por la puerta del iglú la cabeza y las patas delanteras. Mientras sus tres hermanos, Nelly, Roger y Toby, permanecen enroscados en el fondo del iglú.

Y lo peor era cuando se les daba de comer. Entonces es corriente ver al mismísimo Tom Crean vigilando al lado de la comida de Amundsen, para evitar que los descarados cachorros se la comiesen. Mientras el gran perro, que hubiera defendido a muerte su comida ante la agresión de cualquiera de los otros perros, retrocedía amablemente para dejarles el camino libre.

El Gran Derby Antártico se aproxima
Como los cachorros ya son grandes, Crean los está comenzando a entrenar para que la llegar la primavera puedan tirar de un trineo. Nos podemos pasar la horas mirando cómo trotan para tratar de mantenerse a la altura del trineo de Crean.

Da mucha pena cómo le miran implorantes para que les suba encima del trineo. Al final siempre lo hace dado que tiene que fortalecer a sus perros con vistas al Gran Derby Antártico.

El derby es una idea de Shackleton que dividió los perros en seis grupos y los puso bajo la dirección de algunos de sus mejores hombres: su lugarteniente Wild, el fotógrafo Hurley, el segundo oficial Tom Crean, el dibujante de la expedición Marston y los dos médicos, los doctores Macklin y Mcllroy.

Desde que empezaron los entrenamientos de los perros, han ido aumentando las rivalidades entre los equipos y las bravuconadas han dejado paso a un auténtico desafío que tendrá lugar el próximo 15 de junio. Luego, ese mismo día o el siguiente, les contaré el resultado del Gran Derby Antártico, que promete se emocionante.