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Los debates políticos en televisión (I)

Redactado por Blas Lara el Lunes, 28 de Enero 2008 a las 08:52


Les invito al primer ejercicio de este blog. Presentaré sucesivamente, en media docena de bitácoras, algunos instrumentos destinados a facilitar una interpretación personal y lúcida de los debates televisivos que van a tener lugar próximamente en nuestro país.

El debate en TV

El debate televisivo no es una altercación verbal, no es una defensa de tesis, ni es un procesamiento jurídico. Aunque puede tener algo de todo ello. Se sitúa entre dos modalidades extremas: el género propiamente expositivo, cortés y académico, y el esencialmente polémico, más del gusto de muchos espectadores.

El debate de TV es un combate sobre dos frentes. El primer frente es el que aparece en la pantalla del espectador: locutor A contra locutor B.

Pero hay un segundo frente que es el de cada locutor frente a todos los telespectadores, adversarios, amigos e indecisos; divididos a su vez por segmentos y categorías sociodemográficas.

Para introducirnos al estudio de los debates

- Necesitamos un útil de chequeo a fin de no olvidar ninguna información esencial.
- Necesitamos también un casillero mental en el que haya lugar para todas las informaciones pertinentes y en el que se las pueda clasificar cómodamente.

Para todo ello apelaremos a un paradigma conductor, el del juego deportivo.

Como el lector puede imaginar, la idea de juego viene de la Teoría del mismo nombre que tiene aplicación en numerosos dominios de la interactividad humana, como la guerra, la diplomacia, la competición comercial, etc. Por consiguiente, no hay más originalidad que en los detalles. Todo el aparato matemático ha sido eliminado.

Advierto al lector de que el modelo propuesto aquí es interesante para el análisis de cualquier disputa o controversia en la vida cotidiana.

¿Qué ingredientes son necesarios para que se dé una competición deportiva, por ejemplo una partida de tenis? : 1) Jugadores y espectadores, 2) terreno, 3) objetivos o finalidad del juego, 4) movimientos o jugadas y 5) reglas del juego.

1) Los jugadores o actores

¿Cómo caracterizar a los actores directos?

Lo que es cada uno de ellos: su carácter, personalidad, biografía, sistema de valores, formación, vida privada, sus ambiciones, etc.

Pero también los papeles que interpreta, lo que quiere parecer en la pantalla y en la vida. (Ver la galería de estereotipos al fin del texto).

Además es importante adivinar qué otros actores indirectos, detrás de los bastidores, van a influir con sus datos, análisis y consejos.

Y no se puede olvidar que, como dijimos, el debate se juega también “contra” los telespectadores, definidos por segmentos y caracterizados por variables sociodemográficas.

2) El terreno: Contexto del juego

Examinar el contexto físico en el que el debate tendrá lugar: marco o escenario, emplazamientos previstos para cada locutor, tiempo.

Analizar el contexto lógico, es decir el campo de las ideas, los espacios semánticos en los que presumiblemente se van a situar y mover las líneas argumentativas. Los grandes temas de la política que interpelan a los ciudadanos y ante los que cada candidato ha de posicionarse. O por el contrario los que van a tratar de evitar.

3) Finalidades, objetivos, motivaciones, intenciones de los actores

Una lista de conceptos entre los que se pueden hacer sutiles y útiles distinciones. Los unos son conceptos objetivos inherentes a la naturaleza misma del juego. Otros son subjetivos, porque los actores mismos los añaden.

A la lista hay que añadir uno particularmente significativo: lo que se están jugando realmente los actores, lo que está en juego sobre el tapiz verde. Existe un término en francés “enjeux” para el que me gustaría encontrar una buena traducción. (El término “apuestas” hoy de moda, no me satisface totalmente, porque se emplea desplazando su contenido semántico originario). Entretanto, propongo el neologismo enjuegos, “lo que está en juego”; en este caso la captación de votos, la imagen del político, y quizás otros enjuegos más concretos como impactar con un mensaje específico a tal sector del electorado.

La finalidad declarada del debate electoral debiera ser poner el dedo sobre la llaga de los problemas del país (recesión más que probable, política territorial, emigración e integración, sanidad, educación, investigación, terrorismo, etc.). Cada candidato presenta las soluciones que contempla el programa de su partido para que el ciudadano sea informado y pueda marcar su preferencia.

Sin embargo lo que realmente imprime hic et nunc la dinámica al juego interactivo son las motivaciones íntimas (del latín movere) de los locutores. La psicología de la persona entra aquí en contribución: su adrenalina, su temple, la energía que aporta al debate y su resistencia emocional para encajar.

¿Qué buscan realmente los actores en la interacción que analizamos?

El primer objetivo presunto para ambos es clarificar racionalmente una serie de temas ante la ciudadanía por el bien del país, en un espíritu de altruismo patriótico.

Sin embargo, existen otras motivaciones personales profundas -y quizás espurias- de las que a veces los actores mismos no son conscientes: la vanidad, hacerse oír, exhibir su capacidad retórica o elegancia verbal, posturismo narcisista. Así pues se han de discernir los objetivos concretos, sinceros declarados o no, de los puramente retóricos o fingidos.

4) Los posibles movimientos del juego

Para alcanzar su peculiar y amplia variedad de objetivos, los jugadores van a efectuar movimientos sobre cuatro espacios :

- el de los enjuegos concretos.
- el sicológico: por ejemplo, tentativas de dominar o de imponerse sobre el otro en el debate.
- el dialéctico: los razonamientos o argumentaciones potenciales. (Aquí conviene un análisis de contenidos).
- el de la comunicación : el control del uso de la palabra. (Al modo de la escuela de Palo Alto).

Las secuencias de movimientos de cada jugador serán espontáneas o seguirán estrategias y tácticas preprogramadas antes del encuentro. ¿Qué estrategias son posibles a priori, y cuáles son previsibles de parte de tal o tal jugador? (Nota. En próximas bitácoras iremos explicando con detalle la amplia variedad de estrategias disponibles y las tácticas correspondientes.)

5) Analizar las reglas del juego

Las reglas limitan la libertad de movimientos y hacen que el rugby sea el rugby y no el fútbol. No todos los movimientos está permitidos según las reglas del juego. Sin embargo hay quienes van al debate con ánimo de gladiador. Y el que está dispuesto al juego sucio. El hipócrita y el cínico.
Tipos de reglas en el debate

- Reglas explícitas establecidas de antemano sobre la de repartición del tiempo de palabra.
- Las leyes del razonamiento lógico. Lo contrario es la utilización de falacias, argumentaciones incompletas, etc.
- Reglas de la moralidad en el debate: La más importante es la veracidad. La responsabilidad en sus afirmaciones y que los datos que se aportan sean suficientemente probados. Respeto al otro. La cortesía.

Es previsible que se dé asimetría entre A y B porque en sus actitudes y en sus comportamientos se sometan diferentemente a estas reglas.

Negociación previa sobre las modalidades y reglas del debate

Es de gran importancia. Se ha convertido en un ejercicio clásico muy estudiado desde el debate Kennedy-Nixon en 1960.

Si las reglas no han sido inteligentemente negociadas, si son violadas, y si su cumplimiento no es vigilado por un moderador imparcial, el debate puede degenerar como se comprueba a veces en la emisión 59” de la TVE.


GALERIA DE ESTEREOTIPOS

Son interlocutores que por su carácter obligan al adversario a subir la guardia.
Todo parecido con alguno de los candidatos a la presidencia, del pasado o del presente, sería casi fortuito. Algunos locutores de la vida real responden a varios estereotipos a la vez
.

DEPREDADORES. El depredador se siente con derecho a dirigir y a decidir porque es él quien tiene razón. El poder le es debido porque se siente el mejor. Eso le da naturalmente derecho a criticar y agredir y a asfixiar el razonamiento del otro.

GATOS HUIDIZOS. Cordiales, elocuentes pero poco seguros de sí mismos. A veces reprimidos, reservados y poco seguros de sí mismos, y a veces locuaces. Huidizos. No tienen muchos escrúpulos en desdecirse.

BIENEFACTORES UNIVERSALES. Pretenden ayudar, pero no dan nunca algo por nada y sin retorno. Se aprovechan del otro, y llegan a pensar que lo hacen por buena fe. Son peligrosos por sus actitudes frailunas.

SEÑORES DEL UNIVERSO. Gente capaz y responsable, firmes y decisivos pero capaces también de aplastar a quien se interponga en su camino.

LEGALISTAS. Siempre con leyes y cifras en la mano. Superordenados, precavidos, analíticos, fríos, tozudos, minuciosos y lentos para decidir.

NADADORES. Emotivos, sociables, reactivos. Les gusta agradar. Pero intentando manipular. Optimistas. Se adaptan, pero no se mojan por nada.
Blas Lara | Lunes, 28 de Enero 2008 08:52

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