Muchas veces no sabemos qué estrategia adoptar ante personas y situaciones difíciles. Si no disponemos de capacidades naturales de respuesta, la teoría y las técnicas, nos son de poca ayuda. Y es que el saber sobre estrategias de comportamiento está muy poco estructurado a pesar de los miles de libros de tipo bestseller que podemos encontrar en cualquiera de las grandes lenguas.
Una útil manera de estructurar un discurso sobre estrategias es ir a las fuentes. Buscar en las raíces animales los orígenes de nuestras estrategias. Es una idea fecunda la de explorar las líneas de despliegue de las estrategias conductuales de los animales y regresar al comportamiento humano para poner un poco de orden en lo que parece ser una densa selva de posibles variantes estratégicas. Creo que la idea vale la pena.
Para llevar a cabo esta exploración empezaremos por estudiar las estrategias animales de manera somera. Pidiendo disculpas por los considerables atajos a los que nos obligan las limitaciones de espacio.
LAS LINEAS DE DESPLIEGUE DE LAS ESTRATEGIAS ANIMALES
Se habla de las estrategias animales fight or flight. De competición y cooperación. Pero no son esquemas suficientes.
Falta notoriamente invocar la dimensión de inteligencia que explica muchas de las estrategias más interesantes en el mundo animal.
Organizaré el tema en torno a unas preguntas:¿Cómo aparecen las estrategias a lo largo de la evolución? ¿Según que líneas se desarrollan y despliegan las capacidades estratégicas? ¿Cómo se justifica su extensión al hombre?
Mencionaré solamente en los anexos algunas cuestiones filosóficas implícitas que pudieran inquietar a algún lector de estas líneas. No porque sean preguntas sin interés, sino porque no encuadran con el propósito de este artículo. ¿Los animales son realmente inteligentes en sentido propio o figurado? ¿Es el hombre un animal más? ¿Qué es el alma humana?
¿Cómo surgen las estrategias a lo largo de la evolución?
“Las estrategias de los animales se desarrollan como respuestas adaptativas a diferentes nichos ecológicos”. (PROPOSICION PRIMERA)
La variedad de nichos ecológicos (medio acuático, tierra, aire, temperatura, disponibilidad de alimentos, etc.) plantea problemas a los organismos han de resolver para sobrevivir, alimentarse y reproducirse con éxito. La solución de esos problemas interviene de manera escalonada sobre larguísimos períodos de tiempo de adaptación [1].
Si un organismo posee una particularidad que le confiere una ventaja selectiva en el entorno, entonces la selección natural lo va a favorecer. Esa particularidad adquiere una significación adaptativa en cuanto que de ella deriva un aumento de la tasa de supervivencia y del de reproducción.
La especiación significa a lo largo del tiempo variaciones morfológicas. Pero también la aparición de nuevas estrategias adaptativas para capturar una presa, para escapar a un depredador, para reproducirse.
En particular, la vida social es en sí una efectiva y compleja estrategia de supervivencia. Por sociedad entiendo una especie de simbiosis entre individuos de la misma especie que viven bajo un orden implícito de funcionamiento grupal. Las soluciones de problemas planteados por el entorno biosocial requieren unas previas representaciones cognitivas del entorno, que son ya formas de inteligencia animal.
La psicología comparativa actual nos muestra cómo la adaptación a los diferentes nichos ecológicos ha ocasionado el despliegue de las diferentes habilidades cognitivas y refinamientos estratégicos, como la huida, la ficción, el cálculo, etc. que van más allá del simple esquema behaviorista estímulo /respuesta. Y que suponen adaptaciones a lo largo del tiempo del sistema de control del organismo vivo. Me refiero especialmente al cerebro. Durante la evolución la fisiología animal va adquiriendo funciones nuevas al mismo tiempo que nuevas estructuras cerebrales se constituyen. Funciones y cerebro interactúan en bucle.
¿Según que líneas se desarrollan y despliegan las capacidades estratégicas?
“La adaptación de los animales a variadísimos ambientes dio lugar a una multitud de estrategias que se desplegaron según tres ejes de referencia”. (PROPOSICION SEGUNDA)
Las líneas de despliegue de las estrategias animales a través del tiempo se orientan para mayor eficacia y mejor fitness siguiendo tres ejes de desarrollo:
1. De la pasividad a la energía. El uso de la fuerza frente al competidor para sobrevivir, para nutrirse o para la reproducción.
2. Del egoísmo al altruismo. Las estrategias altruistas se desarrollan para la persistencia de grupos con la finalidad de salvaguardar y proteger el capital genético de descendientes o aparentados (kin selection).
3. De menor a mayor grado de inteligencia. Las estrategias exhiben (a) una creciente capacidad de representación cognitiva del entorno biosocial, (b) una creciente capacidad de solución de problemas de interacción.
¿Cómo se justifica su extensión al hombre?
“El hombre arranca probablemente de un ancestro común con el chimpancé”.(PROPOSICION TERCERA)
La especie humana presenta similitudes genéticas con chimpancés y gorilas, lo que sugiere la existencia de ancestros comunes. El análisis de las variaciones genéticas y sus recombinaciones mediante un modelo markoviano (matrices de transición entre estados) sugiere la especiación del hombre hace 4,1 millones de años separándose de un ancestro común con los chimpancés. Ancestro que a su vez procede de otro que agrupaba también a los gorilas. (Ver Asger Hobolth et al.)
El objetivo de la psicología evolucionista es explicar los mecanismos del pensamiento humano a partir de la teoría de la evolución biológica. El cerebro es un producto de la evolución y constituye por consiguiente una adaptación a las presiones de un entorno concreto con el que se han tenido que confrontar los antepasados de los hominídeos.
La inteligencia del hombre es una especialización que resulta de (1) representaciones cognitivas extraordinariamente ricas y complejas del entorno, (2) una capacidad acrecentada de solución de problemas. ( Alain Berthoz. La simplixité, Odile Jacob, 2009).
No hay ruptura de continuidad entre animales y hombres. No pienso que hay inconveniente de ningún orden para aceptar la hipótesis que nuestras estrategias conductuales tienen un origen animal tal como nos lo explica la psicología evolutiva.
Las tres actitudes o estilos estratégicos fundamentales en el Hombre
Las actitudes estratégicas humanas son prolongación de la de los animales. Se trata de una especialización de la “ola gigante” de la vida en la evolución. (El élan vital de Bergson).
Todas nuestras estrategias puntuales parecen en torno a los mismos tres ejes identificados en las estrategias animales. Postulo que cada estrategia concreta se situa con respecto a estos tres ejes:
I. El empleo de la fuerza y la energía frente a la pasividad, al retraimiento. En un semieje positivo se hallan la fuerza de vivir, la competición, la energía. En el otro la pereza, la cobardía, la flojera.
II. El segundo eje es el de la sensibilidad hacia el Otro, la empatía, la ética, frente al egoísmo, el ignorar al Otro. En un extremo se hallan el egoísmo, el mirar solo por sí mismo. En el otro extremo, el altruismo biológico, la cooperación, la empatía y las variadas formas del amor.
III. El tercer eje es el de la inteligencia. Es intus legere, insight, es decir, capacidad de interpretar el entorno y adecuar el comportamiento en consecuencia. Este eje va desde el sinsentido, el comportamiento condicionado, y no intencionalizado, hasta el uso del análisis racional de las situaciones. En un extremo se halla la ausencia de inteligencia, la banalidad, la ligereza, la improvisación. En el otro se hallan tanto las varias formas de racionalización como la ficción, la tergiversación y el disimulo. (Lo que supone que este eje se define haciendo abstracción de toda calificación moral).
Nota. Ampliaremos la discusión en un próximo artículo.
ANEXO I: ¿Los animales son realmente inteligentes en sentido propio o figurado?
Ha sido creencia popular a través de todas épocas que animales como los monos, los cuervos, los delfines, algunos cetáceos, algunos octópodos, los perros, los gatos, los elefantes, los cerdos, los loros, son inteligentes. Se ha dado por buena la idea de que en la naturaleza existe una jerarquía, una escala, y que los animales se encuentran en diferentes escalones y el hombre en el peldaño más elevado.
Un gran esfuerzo de investigación se viene realizando para buscar entre los animales análogos de las capacidades cognitivas del hombre. Se han puesto en evidencia unas áreas de despliegue de eso que llamamos comúnmente inteligencia que los animales comparten con los humanos, superándolos en algunas direcciones.
Los gorriones de mi jardín localizan rápidamente durante el vuelo los granos que he diseminado entre la hierba, demostrando con ello su capacidad para focalizar la atención entre diferentes componentes de un estímulo visual.
Herrnstein ha investigado la capacidad de los pájaros para reconocer no solo los estímulos presentados repetidamente sino, lo que es mucho más significativo, para distinguir entre categorías de estímulos. Eso quiere decir que en su cerebro se han constituido cascadas de categorías, es decir de configuraciones neuronales superiores que son excitadas por mecanismos hebbianos en asociación con las de nivel cero, que corresponden a las sensaciones.
En diferentes animales especialmente en los monos se ha podido identificar la memoria tanto a corto como a largo plazo, y la memoria de trabajo. Nos aventajan en memoria ciertas ardillas cuyos nichos ecológicos requieren que recuerden cientos de escondrijos.
Bien conocidos son las experiencias de Köhler con los chimpancés que llegaron a resolver problemas espontáneamente, “sin entrenamiento previo”.
Hoy parece claro que existe una serie de especies capaces de resolver problemas que exigen una manera de razonamiento abstracto. Entre los córvidos de Nueva Caledonia se han observado muestras de razonamiento causal y por supuesto de aprendizaje.
El chimpancé común utiliza herramientas, como las ramas vegetales para extraer termitas. Algunos chimpancés de Senegal afilan la punta de los bastones para utilizarlos como jabalinas en la caza. Es quizás la primera manifestación de uso sistemático de armas entre los animales [2].
La conclusión de lo que precede sería que existe un mundo de inteligencia multifacético a través del panorama de la biodiversidad. Los diferentes animales poseen diferentes clases de procesos cognitivos correlacionados con su adaptación a diferentes nichos ecológicos.
Hoy se discute el concepto mismo de jerarquía de inteligencia entre animales. (Reznikova, 2007). Tiene más sentido reformular de otro modo la cuestión de si son o no inteligentes los animales: ¿Hasta qué punto las diferentes especies son inteligentes de la misma manera que los humanos? ¿Qué similitud existe entre sus procesos cognitivos? Una primera y evidente conclusión es que los grandes monos, que son nuestros parientes biológicos más cercanos, son también los que presentan procesos cognitivos más próximos a los nuestros.
ANEXO II: Consideraciones marginales de orden filosófico-religiosas
Las posiciones que preceden no invaden el terreno religioso. Excluyo el creacionismo, pero mis ideas no son ni siquiera incompatibles con el Diseño Inteligente. No tomo posición respecto al tema de la especiación instantánea, pero simpatizo intelectualmente con la noción de emergencia tan oportunamente enmarcada por las teorías matemáticas de la morfogénesis. (Ver René Thom).
¿Y la noción clave de azar? Gracias a un número casi infinito de tentativas del azar, gigantescas montañas de ladrillos se organizarían, como por encanto, en las soberbias construcciones arquitecturales que son la célula, los organismos, las diferentes especies. Yo presiento y hasta acepto el concepto de darwiniano de azar como “otro nombre de Dios” para recubrir nuestra limitación e ignorancia radicales. Dios pudiera manifestarse a través de la Naturaleza y de sus leyes, de las que no sé si son emergencias. Las leyes biológicas que organizan lo viviente no son eternas sino que aparecieron cuando apareció la vida. Mis escasos conocimientos no me autorizan a afirmar o negar que Dios no es el supremo “conceptor” de esas leyes. Pero me encontraría aún más desamparado de lo que me siento si se me dijera:“ las leyes son así, porque son así. Y pare Vd. la máquina de pensar”. Mi problema sería aún mayor.
Lo que distingue al hombre de manera especial es que percibe el bien y el mal, lo justo y lo injusto. (Aristóteles. Política)
Ha sido creencia popular a través de todas épocas que animales como los monos, los cuervos, los delfines, algunos cetáceos, algunos octópodos, los perros, los gatos, los elefantes, los cerdos, los loros, son inteligentes. Se ha dado por buena la idea de que en la naturaleza existe una jerarquía, una escala, y que los animales se encuentran en diferentes escalones y el hombre en el peldaño más elevado.
Un gran esfuerzo de investigación se viene realizando para buscar entre los animales análogos de las capacidades cognitivas del hombre. Se han puesto en evidencia unas áreas de despliegue de eso que llamamos comúnmente inteligencia que los animales comparten con los humanos, superándolos en algunas direcciones.
Los gorriones de mi jardín localizan rápidamente durante el vuelo los granos que he diseminado entre la hierba, demostrando con ello su capacidad para focalizar la atención entre diferentes componentes de un estímulo visual.
Herrnstein ha investigado la capacidad de los pájaros para reconocer no solo los estímulos presentados repetidamente sino, lo que es mucho más significativo, para distinguir entre categorías de estímulos. Eso quiere decir que en su cerebro se han constituido cascadas de categorías, es decir de configuraciones neuronales superiores que son excitadas por mecanismos hebbianos en asociación con las de nivel cero, que corresponden a las sensaciones.
En diferentes animales especialmente en los monos se ha podido identificar la memoria tanto a corto como a largo plazo, y la memoria de trabajo. Nos aventajan en memoria ciertas ardillas cuyos nichos ecológicos requieren que recuerden cientos de escondrijos.
Bien conocidos son las experiencias de Köhler con los chimpancés que llegaron a resolver problemas espontáneamente, “sin entrenamiento previo”.
Hoy parece claro que existe una serie de especies capaces de resolver problemas que exigen una manera de razonamiento abstracto. Entre los córvidos de Nueva Caledonia se han observado muestras de razonamiento causal y por supuesto de aprendizaje.
El chimpancé común utiliza herramientas, como las ramas vegetales para extraer termitas. Algunos chimpancés de Senegal afilan la punta de los bastones para utilizarlos como jabalinas en la caza. Es quizás la primera manifestación de uso sistemático de armas entre los animales [2].
La conclusión de lo que precede sería que existe un mundo de inteligencia multifacético a través del panorama de la biodiversidad. Los diferentes animales poseen diferentes clases de procesos cognitivos correlacionados con su adaptación a diferentes nichos ecológicos.
Hoy se discute el concepto mismo de jerarquía de inteligencia entre animales. (Reznikova, 2007). Tiene más sentido reformular de otro modo la cuestión de si son o no inteligentes los animales: ¿Hasta qué punto las diferentes especies son inteligentes de la misma manera que los humanos? ¿Qué similitud existe entre sus procesos cognitivos? Una primera y evidente conclusión es que los grandes monos, que son nuestros parientes biológicos más cercanos, son también los que presentan procesos cognitivos más próximos a los nuestros.
ANEXO II: Consideraciones marginales de orden filosófico-religiosas
Las posiciones que preceden no invaden el terreno religioso. Excluyo el creacionismo, pero mis ideas no son ni siquiera incompatibles con el Diseño Inteligente. No tomo posición respecto al tema de la especiación instantánea, pero simpatizo intelectualmente con la noción de emergencia tan oportunamente enmarcada por las teorías matemáticas de la morfogénesis. (Ver René Thom).
¿Y la noción clave de azar? Gracias a un número casi infinito de tentativas del azar, gigantescas montañas de ladrillos se organizarían, como por encanto, en las soberbias construcciones arquitecturales que son la célula, los organismos, las diferentes especies. Yo presiento y hasta acepto el concepto de darwiniano de azar como “otro nombre de Dios” para recubrir nuestra limitación e ignorancia radicales. Dios pudiera manifestarse a través de la Naturaleza y de sus leyes, de las que no sé si son emergencias. Las leyes biológicas que organizan lo viviente no son eternas sino que aparecieron cuando apareció la vida. Mis escasos conocimientos no me autorizan a afirmar o negar que Dios no es el supremo “conceptor” de esas leyes. Pero me encontraría aún más desamparado de lo que me siento si se me dijera:“ las leyes son así, porque son así. Y pare Vd. la máquina de pensar”. Mi problema sería aún mayor.
Lo que distingue al hombre de manera especial es que percibe el bien y el mal, lo justo y lo injusto. (Aristóteles. Política)
Notas al pie
[1] Un ejemplo las protuberancias que corresponden a las aletas natatorias de algún pez –quizás el Coelacanthus- devienen miembros superiores en un animal terrestre posiblemente anfibio. Otro ejemplo, el comportamiento flight (huida, vuelo) ha evolucionado muchas veces en reptiles, el Pterosaurio, en pájaros, insectos y mamíferos(los murciélagos) gracias a su significación adaptativa (mayor facilidad para escapar de los depredadores, aumento de supervivencia, y finalmente de éxito reproductivo). En todos los casos, los organismos que se adaptan para volar, han de pasar a lo largo del tiempo por pre-adaptaciones que incluyen transformaciones anatómicas-también del sistema nervioso- y conductuales.
[2] El tema es tan vasto que no hay manera de evitar el ser elemental. Cito solamente algunas muestras más de inteligencia animal. El lenguaje:El mono de Gardner del proyecto Washoe logró aprender un buen número de signos del American Sign Language y comunicar gracias a él. Son famosas las experiencias de Jane Goodall que estudió las habilidades cognitivas de los chimpancés viviendo en su medio natural. Las formas de “conciencia del sí mismo” estudiadas con el test del espejo, etc.
[1] Un ejemplo las protuberancias que corresponden a las aletas natatorias de algún pez –quizás el Coelacanthus- devienen miembros superiores en un animal terrestre posiblemente anfibio. Otro ejemplo, el comportamiento flight (huida, vuelo) ha evolucionado muchas veces en reptiles, el Pterosaurio, en pájaros, insectos y mamíferos(los murciélagos) gracias a su significación adaptativa (mayor facilidad para escapar de los depredadores, aumento de supervivencia, y finalmente de éxito reproductivo). En todos los casos, los organismos que se adaptan para volar, han de pasar a lo largo del tiempo por pre-adaptaciones que incluyen transformaciones anatómicas-también del sistema nervioso- y conductuales.
[2] El tema es tan vasto que no hay manera de evitar el ser elemental. Cito solamente algunas muestras más de inteligencia animal. El lenguaje:El mono de Gardner del proyecto Washoe logró aprender un buen número de signos del American Sign Language y comunicar gracias a él. Son famosas las experiencias de Jane Goodall que estudió las habilidades cognitivas de los chimpancés viviendo en su medio natural. Las formas de “conciencia del sí mismo” estudiadas con el test del espejo, etc.