Actores/intervinientes en un debate
- Locutores directos, las dos partes A y B. (Que pudieran estar representadas cada una por una sola persona o por varias).
- El moderador, si lo hay. Es un actor indirecto que interviene con intensidad variable.
- El público, que es un interviniente pasivo, pero de una presencia determinante en la conducción de los movimientos o jugadas de los partes activas y directas, A y B.
EL MODERADOR
El moderador es frecuentemente un tercer jugador.
Su rol principal es velar por que las reglas del juego sean respetadas: las reglas acordadas y convenidas de antemano. El orden del día al que han de atenerse los locutores es una de las reglas más decisivas. Estas reglas preestablecidas pueden jugar en ventaja de uno de los locutores.
Es discutible si el moderador debe también extender su control al respeto de las reglas de moralidad en el debate. Mucho más discutible aún si puede intervenir cuando alguien viola flagrantemente las reglas de la lógica utilizando la falacia, la inducción incompleta, el dato falso o inexacto, etc.
Tareas positivas del moderador
Es tarea del moderador construir el espacio de diálogo y hacerlo avanzar en caso de estancamiento.
Si no lo hacen los actores principales es necesario que alguien:
a) introduzca el tema,
b) ayude a definir las posiciones contradictorias que son la materia prima del debate,
c) aporte un suplemento de energía al debate, o a veces la modere,
d) lleve la agenda del debate,
e) administra equitativamente los tiempos de palabra.
El moderador puede asumir muchos roles orientados hacia la eficacia y la brillantez de la discusión. Entre ellos los de lanzador de ideas, informador, investigador, secretario, observador, comentador, estimulador, mediador, protector o creador de valores, ser quien eleve el nivel del debate, etc.
Intervenciones negativas del moderador
Un moderador puede trocar un desarrollo de ideas, cambiar de tema, neutralizar la ventaja adquirida por uno de los contendientes mediante una broma, una desviación de atención, etc. O ayudar a evitar ciertos temas, a camuflarlos, a tratarlos superficialmente, etc.
El rol del moderador es flexible en principio. Y ya que puede ser decisivo, convendría que estuviese claramente definido y convenientemente delimitado. Antes que nada para evitar favoritismos y “partis pris”, claramente detectables por un analista objetivo en algunas emisiones de las televisiones españolas. (Por ejemplo en algunos 59”).
LOS ESPACIOS EN QUE SE PRODUCEN LOS MOVIMIENTOS DE LOS ACTORES
El fenómeno del debate televisivo es tanto una instancia de juego como una situación de comunicación.
Los actores producen, durante el proceso del debate, una sucesión de movimientos que pueden ser repertoriados en los espacios siguientes:
1. El Espacio de Comunicación, que cubre la Comunicación no verbal (lenguaje corporal) y verbal (locución).
2. El Espacio del Juego Dialéctico donde se registran los intercambios de razonamientos, su despliegue y variaciones.
3. El Espacio del Juego Psicológico o de confrontación de dos personalidades. Por momentos, los juegos pueden abandonar el aséptico terreno de las ideas y devenir fuertemente personalizados implicando intensamente las personas mismas de los actores. (Por ejemplo, a consecuencia de una argumentación ad hominem). Muchos de los movimientos más significativos de un proceso tienen lugar en ese que llamamos Espacio Psicológico.
En estos espacios se sitúan los movimientos de los locutores y en ellos tienen lugar las batallas de las ideas y las confrontaciones implícitas o explícitas.
Las descripciones de los movimientos y las trayectorias o jugadas sobre esos espacios nos permiten detectar lo esencial de lo que ocurre en un debate. Como se suele decir en la literatura, desvelar el “kernel “ o núcleo de todo otro proceso de interacción, conflicto o negociación.
Es evidente que existen jugadas individuales que se proyectan simultáneamente sobre dos espacios o sobre los tres a la vez.
Por consiguiente la labor del analista, que pretende ser objetivo, consistirá en:
1) Ver cómo se crea un Espacio de Comunicación y cómo se mantiene y evoluciona.
2) Analizar los desplazamientos de los locutores en el Espacio de las Ideas.
3) Registrar los eventos en el Espacio Psicológico de la confrontación de las personalidades.
1 EL ESPACIO DE COMUNICACIÓN
La esencia última del debate: perspectiva de neurociencias
Asignamos al Espacio de Comunicación las secuencias de señales verbales y no verbales que los locutores mutuamente se dirigen, y más generalmente todas aquellas que cada emisor produce durante el proceso. Independientemente del hecho de que el Otro la reciba o no, ya que muchas de esas señales no serán captadas. E independientemente de que el receptor la descodifique incorrectamente.
“Cualquier interacción de la vida ordinaria entre la persona A y la persona B, puede ser descrita como una sucesión de intercambios de mensajes verbales y no verbales, que son secuencias de recepción de informaciones y de emisión de repuestas entre dos cerebros. En última instancia, toda interacción binaria es una confrontación en sincronía entre dos cableados cerebrales diferentes, el de A versus el del B.” (El Cerebro es una Máquina Imperfecta. Blas Lara. Tendencias21.net. 06/10/2007).
En el momento mismo en que entran en interacción dos cerebros comienzan a vivir en común un “juego”, con todos los elementos que lo constituyen, tal como fue definido en una bitácora precedente (Los debates políticos en televisión. En este mismo blog).
En el debate las percepciones de los actores se sincronizan sobre unos objetos comunes, aunque después las representaciones diverjan y de ahí que generen oleadas de intereses y emociones límbicas que podrían ser muy diferentes. (Si no difiriesen en nada, no habría espacio para jugadas, movimientos y confrontación. Se acabaría el juego).
Los instintos de base son convocados y estimulados por las percepciones del mundo exterior. Son ellos los que a lo largo del intervalo de sincronización inducen una variedad de emociones en los cerebros de los actores. Y los que conducirán a los actores a producir cadenas de respuestas de competición, depredación, posesión, victoria sobre el otro, etc.
Grados de sincronización
Por sincronización entendemos la vivencia simultánea por dos cerebros de unas experiencias comunes. (Aunque las activaciones emocionales puedan ser diferentes). Un modo de sincronización se presenta tanto en una simple venta en una tienda como, en otro extremo, en las interacciones intensas de una discusión acalorada acompañada de erupciones de sentimientos de odio o de amor.
La comunicación no verbal es una fuente muy fecunda de datos de primera mano para el analista que debe estar atento a una serie de señales emitidas por los locutores. Gestualidad agresiva o sumisa. Modos de control y cesión de la palabra. Las ceremonias y los rituales de cortesía. El asumir roles de enseñante en un debate sin que nadie se lo pida. Mostrar que cree uno en sí mismo, seguro en la expresión de sus ideas, quizás desprovisto de espíritu crítico.. O desarrollar espontánea o tácticamente un cierto grado de empatía con el otro locutor y con el público.
A lo largo del debate, en tanto que analistas, vamos a observar sin duda una evolución en el Espacio de Comunicación y algunas fluctuaciones en el grado de sincronización. Se pueden presentar debates sosos y debates ardientes. Procesos planos, horizontales y sin paisaje, versus procesos con picos altos y valles profundos. Los procesos de intercambio acabarán unas veces en un sentimiento exaltante de victoria y otras en el sentimiento inverso de derrota humillante que arruina la autoestima
Para caracterizar y medir esas fluctuaciones introduciremos la noción de perfil diacrónico del proceso, que es una forma de registrar los movimientos de los locutores en el Espacio de Comunicación. En una contribución próxima detallaré las técnicas de lo que he llamado “Análisis externo”, a fin de significar unos procedimientos objetivos y cuantificables, que dan lugar a enunciados exentos de partidismo.