CONSIDERACIONES SOBRE EL TIEMPO Y SUS ABUSOS POR LOS MEDICOS
Un caso real
El Dr X de un Hospital Universitario convoca a una paciente hospitalizada en una residencia lejana para las 8 de la mañana y en su consulta. La paciente hubo de ser trasladada durante tres horas (ida y vuelta) en ambulancia especial, bajo una intensa dosis de morfina a causa de sus dolores. El Dr X se limitó a visionar las resonancias magnéticas ya existentes y a practicar un rápido examen clínico.Todo en menos de diez minutos. No hay manera de entender por qué haberla hecho venir de lejos, en circunstancias de dolor extremo. En esta situación es criticable la arrogancia del médico, su insensibilidad y el abuso inconsiderado del tiempo de la paciente, seguramente para economizar el suyo propio.
I. CONSIDERACIONES SOBRE EL VALOR DEL TIEMPO
El tiempo, es algo tan mio y tan propio que nadie me lo puede arrancar legítimamente. Cuando el tiempo se acabe para mí, yo estaré definitivamente acabado. Es el tiempo el ámbito en el que se despliega mi existencia.
Mientras viva, el tiempo es el bien más preciado que poseo, lo más íntimamente mío. Un espacio que se abree ante mí cada mañana para amueblarlo con emociones positivas. Esa es la razón de existir.
Time is money. Es más que eso. Es lo único que tenemos verdaderamente nuestro. Por esa razón, que alguien se apropie abusivamente de un jirón de mi propia vida.constituye un grave menosprecio.
El tiempo paradójico
Sin embargo …
A pesar de ser nuestro bien más preciado, no sabemos qué hacer con él. Lo malgastamos por nada en negociaciones inútiles y en interacciones banales con otras personas. Si al menos fuese para obtener en retorno un sincero gesto de amistad.
Del mal uso del tiempo
El ser humano vive tan desquiciado que para muchos el tiempo es un fardo insoportable con el que no saben qué hacer. ¿No le parece al lector que gastar el tiempo inútilmente y sin sentido constituye un grave problema existencial?
El valor del tiempo : ricos en tiempo
El empleo que damos a la mayor parte de nuestro tiempo es para venderlo por un plato de lentejas. Para subsistir tenemos que venderlo a quien nos emplee a cambio de dinero.
Pero paradójicamente, al venderlo también nos descargamos de la tarea de tenerlo que administrar.Y nos aliviamos de un peso. Dicho de otro modo, vendemos porciones de nuestra vida para comer y nos liberamos con ello del deber de dar sentido a las horas de nuestra existencia.
Unos han de vender su tiempo para subsistir y otros buscan cómo matarlo para evitar el sinsentido del aburrimiento, Entre estas dos finalidades, pasa la línea de demarcación entre ricos y pobres, según cuál sea la finalidad predominante en el uso del tiempo.
El tiempo en la interacción entre personas
El tiempo transcurrido en interacción con otras personas es un acontecimiento biológico mayor. Al conversar sincronizamos nuestros dos cerebros que, una vez focalizados ambos sobre el objeto común de la interacción, inician una cadena de intercambios de información verbal y sobre todo no verbal. Es un fenómeno en el que cada cerebro recibe información pero no a la manera pasiva de un magnetófono. Ambos cerebros, anclados en la interacción, conviven, comparten un fragmento de vida, entrando en sintonia, en comunión, o en acoplamiento estructural como dice el biólogo Maturana. No son meras máquinas de input/output porque la interacción transforma los cerebros.
Del mal uso del tiempo del otro
El tiempo que damos al que es de algún modo inferior a nosotros, ya sea por la edad o por el rango social, constitute un don que engrandece al Otro porque le da motivos para afirmarse en sí mismo.
Por el contrario, cuando abusamos del tiempo de Otro lo empequeñecemos. Incautar el tiempo del Otro, es minusvalorarlo. En ocasiones puede ser un robo vergonzoso.
No hay una vida que a priori valga más o que sea más preciada que la otra.
Sin embargo, en la realidad de todos los días, el tiempo- jirón de vida – no vale lo mismo tratándose de A que de B por más que creamos y proclamemos la igualdad de derechos y en particular la igualdad de toda vida humana.
Un error común : pensar que el tiempo es una categoría absoluta
El principio de la relatividad de Einstein establece que el tiempo físico no es un absoluto, es decir, que no es necesariamente igual aquí que allá, antes que ahora.
Es esa una consideración filosófica de inmensa significación, pero abstracta. Lo que si se entiende bien es que la percepción que de tenemos de nuestro tiempo psicológico es subjetiva. Nuestra experiencia del tiempo vivido nos enseña que es tremendamente elástica según que sean tiempos de pena o tiempos de gozo, tiempos banales o tiempos entusiasmantes.
El tiempo, un precioso recurso en la negociación
El tiempo es asimismo un precioso recurso en la interacción humana entre dos personas. Y muy en particular en la negociación.
Disponer de todo el tiempo que se quiera y con toda libertad, puede constituir una baza valiosa en el proceso de la negociación,
La disponibilidad del tiempo y el valor que este recurso tiene para una y otra de las partes negociadoras, es frecuentemente diferente y a veces hasta muy diferente. Un caso claro aparece en la relación vendedor-comprador. Es evidente la asimetría del valor del tiempo para vendedor y para el comprador.
En resumen, el tiempo es poder en el momento de negociar.
El tiempo factor de injusticia y discriminación
El tiempo es un poder que ocasiona un desequilibrio entre partes negociadoras.
No hay más que acercarse a una cola de la Seguridad Social o ir a la sala de espera del dentista para constatar de manera casi insultante que el tiempo del médico vale incomparablemente más que el de los pacientes al que no se toma en consideración. Las colas de pacientes en espera recuerdan las tristes colas de distribución de alimentos en países de hambruna.
Cierto es que hemos de admitir que existen estructuras y condicionantes sociales que imponen casi necesariamente esa injusta discriminación del valor del tiempo – siempre un segmento de vida - entre las personas que son a priori iguales en derechos. Eso sucede hoy con el tiempo del médico.
II. EJEMPLOS DE ABUSO DEL TIEMPO DEL OTRO. LAS CONSULTAS MEDICAS
Para poner en evidencia la utilización no ética del tiempo propuse al principio el caso de una consulta médica. Hay sin dudas excusas justificadas o no del comportamiento de algunos médicos. Y es claro que el tema merece un análisis en profundidad que no haré aquí. Sólo lo trato como ejemplo que tiene el mérito de ser claro, además de chocante.
Todo el mundo admitirá que la vocación primera del médico es curar. Supongo que no todos los médicos aceptarían que se les considerase como simples consultores. Porque muchos piensan que el contrato jurídico implícito entre médico y paciente no prevee la curación del enfermo como contrapartida de dinero. Según esta perspectiva, el médico no vende resultados, es decir, no vende salud. Vende solamente su tiempo, independientemente de los resultados.
De ahí un primer abuso ya que el médico puede multiplicar innecesariamente el número de visitas de un paciente.
Verdad es que el tiempo del médico es un recurso escaso que hay que racionar, porque la demanda es alta y porque algunos pacientes tienden a abusar de él. (El racionamiento es un tema muy discutible que tiene una multitud de soluciones quizás parciales pero que aliviarían la situación actual de penuria).
Pero aún admitiendo la práctica del racionamiento actual, constatamos comportamientos que son absolutamente inaceptables. En la consulta médica se advierte con frecuencia un claro ejercicio de dominación.
No es ético desdeñar el valor del tiempo de otra persona, el paciente, sin ningún miramiento. Peor aún, sirviéndose de secretarias y otro personal subalterno como escudo para esquivar al paciente.
El tiempo del médico por principio no es tan valioso e importante que prime sobre cualquier otra consideración en situaciones como la de dolor extremo del paciente a quien se hace esperar. ¿Qué pensar de quién hace esperar a un angustiado paciente que teme un posible veredicto de cáncer ?
Otras prácticas corrientes del mal uso del tiempo igualmente reprobables
Acortar de manera unilateral la duración de una de consulta.
Presionar al paciente sin dejarle el tiempo necesario para exponer su caso.
Manejar el tiempo de consulta, gastándolo en cosas secundarias o en tareas técnicas rutinarias y burocráticas, acortando el tiempo de escucha real del paciente.
Programar unilateralmente la duración, el momento y el tiempo y lugar de la consulta puede tener sus excusas. Hacerlo con carácter imperativo y sin consideración a las graves molestias ocasionadas.
Conclusión
El menosprecio del tiempo del otro por parte de algunos médicos constituye un ejemplo de actitud y comportamiento que ofenden a los principios éticos elementales. Un motivo mmayor de indignación.
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Un caso real
El Dr X de un Hospital Universitario convoca a una paciente hospitalizada en una residencia lejana para las 8 de la mañana y en su consulta. La paciente hubo de ser trasladada durante tres horas (ida y vuelta) en ambulancia especial, bajo una intensa dosis de morfina a causa de sus dolores. El Dr X se limitó a visionar las resonancias magnéticas ya existentes y a practicar un rápido examen clínico.Todo en menos de diez minutos. No hay manera de entender por qué haberla hecho venir de lejos, en circunstancias de dolor extremo. En esta situación es criticable la arrogancia del médico, su insensibilidad y el abuso inconsiderado del tiempo de la paciente, seguramente para economizar el suyo propio.
I. CONSIDERACIONES SOBRE EL VALOR DEL TIEMPO
El tiempo, es algo tan mio y tan propio que nadie me lo puede arrancar legítimamente. Cuando el tiempo se acabe para mí, yo estaré definitivamente acabado. Es el tiempo el ámbito en el que se despliega mi existencia.
Mientras viva, el tiempo es el bien más preciado que poseo, lo más íntimamente mío. Un espacio que se abree ante mí cada mañana para amueblarlo con emociones positivas. Esa es la razón de existir.
Time is money. Es más que eso. Es lo único que tenemos verdaderamente nuestro. Por esa razón, que alguien se apropie abusivamente de un jirón de mi propia vida.constituye un grave menosprecio.
El tiempo paradójico
Sin embargo …
A pesar de ser nuestro bien más preciado, no sabemos qué hacer con él. Lo malgastamos por nada en negociaciones inútiles y en interacciones banales con otras personas. Si al menos fuese para obtener en retorno un sincero gesto de amistad.
Del mal uso del tiempo
El ser humano vive tan desquiciado que para muchos el tiempo es un fardo insoportable con el que no saben qué hacer. ¿No le parece al lector que gastar el tiempo inútilmente y sin sentido constituye un grave problema existencial?
El valor del tiempo : ricos en tiempo
El empleo que damos a la mayor parte de nuestro tiempo es para venderlo por un plato de lentejas. Para subsistir tenemos que venderlo a quien nos emplee a cambio de dinero.
Pero paradójicamente, al venderlo también nos descargamos de la tarea de tenerlo que administrar.Y nos aliviamos de un peso. Dicho de otro modo, vendemos porciones de nuestra vida para comer y nos liberamos con ello del deber de dar sentido a las horas de nuestra existencia.
Unos han de vender su tiempo para subsistir y otros buscan cómo matarlo para evitar el sinsentido del aburrimiento, Entre estas dos finalidades, pasa la línea de demarcación entre ricos y pobres, según cuál sea la finalidad predominante en el uso del tiempo.
El tiempo en la interacción entre personas
El tiempo transcurrido en interacción con otras personas es un acontecimiento biológico mayor. Al conversar sincronizamos nuestros dos cerebros que, una vez focalizados ambos sobre el objeto común de la interacción, inician una cadena de intercambios de información verbal y sobre todo no verbal. Es un fenómeno en el que cada cerebro recibe información pero no a la manera pasiva de un magnetófono. Ambos cerebros, anclados en la interacción, conviven, comparten un fragmento de vida, entrando en sintonia, en comunión, o en acoplamiento estructural como dice el biólogo Maturana. No son meras máquinas de input/output porque la interacción transforma los cerebros.
Del mal uso del tiempo del otro
El tiempo que damos al que es de algún modo inferior a nosotros, ya sea por la edad o por el rango social, constitute un don que engrandece al Otro porque le da motivos para afirmarse en sí mismo.
Por el contrario, cuando abusamos del tiempo de Otro lo empequeñecemos. Incautar el tiempo del Otro, es minusvalorarlo. En ocasiones puede ser un robo vergonzoso.
No hay una vida que a priori valga más o que sea más preciada que la otra.
Sin embargo, en la realidad de todos los días, el tiempo- jirón de vida – no vale lo mismo tratándose de A que de B por más que creamos y proclamemos la igualdad de derechos y en particular la igualdad de toda vida humana.
Un error común : pensar que el tiempo es una categoría absoluta
El principio de la relatividad de Einstein establece que el tiempo físico no es un absoluto, es decir, que no es necesariamente igual aquí que allá, antes que ahora.
Es esa una consideración filosófica de inmensa significación, pero abstracta. Lo que si se entiende bien es que la percepción que de tenemos de nuestro tiempo psicológico es subjetiva. Nuestra experiencia del tiempo vivido nos enseña que es tremendamente elástica según que sean tiempos de pena o tiempos de gozo, tiempos banales o tiempos entusiasmantes.
El tiempo, un precioso recurso en la negociación
El tiempo es asimismo un precioso recurso en la interacción humana entre dos personas. Y muy en particular en la negociación.
Disponer de todo el tiempo que se quiera y con toda libertad, puede constituir una baza valiosa en el proceso de la negociación,
La disponibilidad del tiempo y el valor que este recurso tiene para una y otra de las partes negociadoras, es frecuentemente diferente y a veces hasta muy diferente. Un caso claro aparece en la relación vendedor-comprador. Es evidente la asimetría del valor del tiempo para vendedor y para el comprador.
En resumen, el tiempo es poder en el momento de negociar.
El tiempo factor de injusticia y discriminación
El tiempo es un poder que ocasiona un desequilibrio entre partes negociadoras.
No hay más que acercarse a una cola de la Seguridad Social o ir a la sala de espera del dentista para constatar de manera casi insultante que el tiempo del médico vale incomparablemente más que el de los pacientes al que no se toma en consideración. Las colas de pacientes en espera recuerdan las tristes colas de distribución de alimentos en países de hambruna.
Cierto es que hemos de admitir que existen estructuras y condicionantes sociales que imponen casi necesariamente esa injusta discriminación del valor del tiempo – siempre un segmento de vida - entre las personas que son a priori iguales en derechos. Eso sucede hoy con el tiempo del médico.
II. EJEMPLOS DE ABUSO DEL TIEMPO DEL OTRO. LAS CONSULTAS MEDICAS
Para poner en evidencia la utilización no ética del tiempo propuse al principio el caso de una consulta médica. Hay sin dudas excusas justificadas o no del comportamiento de algunos médicos. Y es claro que el tema merece un análisis en profundidad que no haré aquí. Sólo lo trato como ejemplo que tiene el mérito de ser claro, además de chocante.
Todo el mundo admitirá que la vocación primera del médico es curar. Supongo que no todos los médicos aceptarían que se les considerase como simples consultores. Porque muchos piensan que el contrato jurídico implícito entre médico y paciente no prevee la curación del enfermo como contrapartida de dinero. Según esta perspectiva, el médico no vende resultados, es decir, no vende salud. Vende solamente su tiempo, independientemente de los resultados.
De ahí un primer abuso ya que el médico puede multiplicar innecesariamente el número de visitas de un paciente.
Verdad es que el tiempo del médico es un recurso escaso que hay que racionar, porque la demanda es alta y porque algunos pacientes tienden a abusar de él. (El racionamiento es un tema muy discutible que tiene una multitud de soluciones quizás parciales pero que aliviarían la situación actual de penuria).
Pero aún admitiendo la práctica del racionamiento actual, constatamos comportamientos que son absolutamente inaceptables. En la consulta médica se advierte con frecuencia un claro ejercicio de dominación.
No es ético desdeñar el valor del tiempo de otra persona, el paciente, sin ningún miramiento. Peor aún, sirviéndose de secretarias y otro personal subalterno como escudo para esquivar al paciente.
El tiempo del médico por principio no es tan valioso e importante que prime sobre cualquier otra consideración en situaciones como la de dolor extremo del paciente a quien se hace esperar. ¿Qué pensar de quién hace esperar a un angustiado paciente que teme un posible veredicto de cáncer ?
Otras prácticas corrientes del mal uso del tiempo igualmente reprobables
Acortar de manera unilateral la duración de una de consulta.
Presionar al paciente sin dejarle el tiempo necesario para exponer su caso.
Manejar el tiempo de consulta, gastándolo en cosas secundarias o en tareas técnicas rutinarias y burocráticas, acortando el tiempo de escucha real del paciente.
Programar unilateralmente la duración, el momento y el tiempo y lugar de la consulta puede tener sus excusas. Hacerlo con carácter imperativo y sin consideración a las graves molestias ocasionadas.
Conclusión
El menosprecio del tiempo del otro por parte de algunos médicos constituye un ejemplo de actitud y comportamiento que ofenden a los principios éticos elementales. Un motivo mmayor de indignación.
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