Una vez que se ha determinado la problemática que nos preocupa, que se han establecido los objetivos, tanto general como específicos, y que tenemos decidida la metodología a emplear, se procede a la realización del Trabajo de Campo.
Esta fase, a su vez, está constituida por una serie de sub-etapas que, normalmente, son tres:
- Entrenamiento de Encuestadores
- Trabajo de Campo, propiamente dicho
- Control de las encuestas realizadas.
El Entrenamiento de Encuestadores, también denominado "briefing", consiste en mentalizar a los profesionales que van a realizar las entrevistas con el trabajo que van a efectuar.
Lógicamente, hay que insistir en la importancia que va a tener la captación adecuada de datos. Conviene, en esta sub-fase, explicarles los objetivos que se pretende alcanzar con el Estudio para que sean conscientes de la importancia de su actividad.
Se les hace leer el cuestionario varias veces, con el objeto de que no tengan ninguna duda, fomentando las preguntas aclaratorias. Es básico que salgan de este entrenamiento conociendo, casi de memoria, el cuestionario y sin tener ninguna duda o reticencia ante las preguntas que van a formularse.
Es conveniente que, en este entrenamiento, se "pasen" el cuestionario unos a otros para familiarizarse más con él.
En esta sub-etapa, también, se explica el sistema de selección de la unidad muestraria, es decir, de la persona a encuestar en función de las características tipológicas de la muestra representativa.
Suele utilizarse, en aquellos casos en los que haya que hacer "barridas" muestrales en grandes ciudades, el denominado "Método de las Rutas" del que trataremos en otro artículo específico, debido a su importancia y aplicación.
Una vez dominado el cuestionario y conociendo el sistema de elección del encuestado, se procede al trabajo de campo propiamente dicho, es decir, a la realización de la encuesta.
Por último, la tercera sub-fase es el control de las entrevistas realizadas. Procurando que la calidad del Estudio sea máxima, se deberá efectuar una serie de controles que, previamente, se han puesto en conocimiento de los entrevistadores.
Los tipos de controles son tres, indicados de menor a mayor efectividad:
- Postal
- Telefónico
- Personal
El postal consiste en enviar una carta al entrevistado para que confirme que ha sido encuestado por el técnico correspondiente. Es un sistema en desuso, ya que su nivel de respuesta es muy limitado.
El telefónico y el personal consisten en repetir, con cualquier disculpa, alguna de las preguntas cuantitativas que se han realizado a lo largo de la encuesta. La coherencia de las respuestas indicará la bondad del trabajo del encuestador.
La diferencia entre ambos sistemas corresponde, exclusivamente, en cómo se efectúa la segunda tanda de preguntas, bien de forma telefónica, bien personalmente por medio de los inspectores de encuestas. El porcentaje adecuado para estos tipos de controles está alrededor del diez por ciento.