En las teorías sobre gestión empresarial, se suele indicar que la Planificación es, de las cuatro funciones que pueden considerarse fundamentales: Planificación, Organización, Ejecución y Control, la de mayor importancia por su repercusión en las otras tres. Si una actividad está mal planificada, su ejecución será equívoca y el resto de las funciones, ineficaces.
En este sentido, la Planificación de la Comunicación debe ser un proceso sistemático que no puede dejarse al azar ni a la intuición o imaginación de un directivo, no experto en la materia, por muy alto que esté en el escalafón de la estructura organizativa.
Debe ser una labor específica de los profesionales de la Comunicación, ya que es su elemento de gestión, el que les va a facilitar la consecución de unos objetivos, de sus objetivos, previamente evaluados y en el contexto de un determinado marco temporal.
Tiene que establecerse, detalladamente, una Estrategia de Comunicación y una metodología comunicativa que deberá transmitirse al personal y a la dirección de la entidad pero, también, a los Grupos de Interés relacionados con la misma, para convencerlos de su eficacia y necesidad.
Realizar una correcta planificación de la Comunicación implica un proceso analítico y metódico del que se deducirá una elección racional de los objetivos a alcanzar y una selección de las posibles alternativas de actuación que podrán seguirse para lograrlos.
Debe considerarse, siempre, un horizonte temporal puesto que se realiza para operar en un futuro, más o menos, inmediato. De ahí que el Plan de Comunicación deba plantear los criterios básicos, tanto de la Comunicación Externa como de la Interna, durante un período previamente acordado.
Su importancia es tal que, durante ese período de tiempo, va a constituirse en el instrumento que marcará los criterios, políticas y estrategias de Comunicación de la institución, teniendo en cuenta que, de ser incorrecta su formulación, provocará una pérdida de Imagen y, como consecuencia, una disminución de las ventas de la compañía o un deterioro de su reputación.
Las etapas básicas que constituyen un Plan de Comunicación son las siguientes:
- Análisis de la Situación de partida
- Definición de los Objetivos del Plan
- Establecimiento de Hipótesis
- Selección del Eje de Comunicación
- Elaboración de la Arquitectura del Plan de Comunicación
- Diseño de los Programas
- Plan de Tiempos y Recursos
- Ejecución del Plan
- Supervisión y Control
- Marketing del Plan
En los próximos artículos, de esta serie, desarrollaremos cada uno de estos puntos.