La empresa es un organismo vivo que, para mantenerse y progresar, debe adaptarse permanentemente al entorno en el que actúa.
Su plantilla, lo mismo que el resto de los elementos que constituyen su organización, va cambiando, evolucionando y transformando sus aspiraciones personales y laborales. La conclusión de esta mutación es que la empresa “clásica” se ha convertido en un producto difícil de vender a este nuevo componente humano que, en demasiadas ocasiones, reacciona negativamente ante ella.
La empresa se ve abocada a establecer una estrategia social concreta y perfectamente planificada para responder a esta situación, debiendo aplicar técnicas, ya experimentadas con éxito en otros ámbitos de la gestión, pero que, aplicados al campo de los Recursos Humanos, suponen una auténtica novedad.
Entre las técnicas más recientes que permiten el diseño y el desarrollo racional de una estrategia social adaptada a la moderna empresa y al nuevo entorno en el que se ve forzada a operar, está el denominado Marketing Interno cuyo objetivo último es potenciar la motivación de la plantilla.
En consecuencia, podría definirse el Marketing Interno como el conjunto de políticas o técnicas que permiten “vender” la idea de empresa, con sus objetivos, estructuras, estrategias y demás componentes, a un “mercado” constituido por unos “clientes internos”, los trabajadores, que desarrollan su actividad en ella, con el fin de incrementar su motivación y, consecuentemente, su productividad.
Con el objeto de establecer las oportunas comparaciones entre los componentes del Marketing General e Interno, podemos efectuar las siguientes similitudes:
Marketing General Marketing Interno
- Cliente Externo - Trabajador
- Producto o Servicio - Empresa
- Técnica de Ventas - Comunicación Interna
- Fuerza de Ventas - Equipo Directivo
- Objetivo - Incrementar la Motivación
Veamos, someramente, estos elementos:
1.- Cliente = Trabajador. Es el cliente interno de la empresa, el interlocutor último, cuyas preferencias, deseos, preocupaciones, necesidades, etc., deberán ser conocidos y considerados si se desea evitar el fracaso de toda la estrategia social.
Con este interlocutor es con el que hay que negociar y llegar a acuerdos. A este cliente es al que hay que venderle el concepto de organización que se tiene o que se quiere y con el que hay que contar de cara al desarrollo futuro de la misma.
Para el conocimiento de todo lo relacionado con el cliente interno se utilizarán, de forma permanente, técnicas similares a las empleadas en la Investigación de Mercados del Marketing General: Encuestas, Paneles, Reuniones de Grupo, etc.
2.- Producto = Empresa. El producto a ofrecer a este cliente es la empresa con sus fortalezas y debilidades, con sus amenazas y oportunidades, con unos objetivos que es necesario alcanzar y con una estructura organizativa, unos planes y unas políticas en las que, para su desarrollo eficaz, va a ser precisa la participación de todos los que la integran.
Las características finales de este producto diseñado con las técnicas del Marketing serán unas mejores condiciones de trabajo, una mayor participación, una más alta productividad y, como colofón, un más elevado valor intrínseco del producto empresa.
3.- Técnica de Venta = Comunicación Interna. No se puede hablar de Marketing Interno en una institución si no se establece un plan completo de Comunicación Interna, se desarrolla y se fomenta el transvase de información entre todos los niveles y en todos los sentidos.
La Comunicación Interna descendente permitirá transmitir objetivos, políticas y acciones, es decir, vender la idea de empresa que se quiere conseguir. La ascendente facilitará el conocimiento de la opinión del mercado interno, contrastará la coherencia de los mensajes emitidos y medirá su grado de impacto.
4.- Fuerza de Ventas = Equipo Directivo. Todos los integrantes de la empresa y, especialmente, los mandos, deben convertirse en los vendedores de los ideales y de los objetivos de la institución.
El caldo de cultivo de una gestión de Recursos Humanos bajo la óptica de Marketing Interno, es una organización integrada y esta integración sólo es posible con una Dirección participativa. De no existir, difícilmente podrán aplicarse los principios del Marketing a este nuevo modelo de institución que se requiere.
5.- Objetivo Final = Incrementar la Motivación. El fin último que se pretende conseguir es un incremento de la motivación global de los trabajadores para, así, poder aumentar la productividad en su conjunto.
Hoy, con la aplicación de las NNTT de la Información y la Comunicación a todos los ámbitos de la gestión empresarial, el concepto de productividad individual ha dado paso al global o colectivo referido a una unidad orgánica completa o a la totalidad de la empresa. De ahí que los nuevos sistemas de gestión de Recursos Humanos incidan en aquellos aspectos que permiten maximizar ese factor y, concretamente, la integración del trabajador en el objetivo común de la empresa y la motivación individual y colectiva de la plantilla.
Una aplicación racional y pragmática de los principios del Marketing Interno, permitirá, como iremos viendo en sucesivos artículos, transformar las empresas en organizaciones más eficaces y, al mismo tiempo, más socialmente responsables.
Su plantilla, lo mismo que el resto de los elementos que constituyen su organización, va cambiando, evolucionando y transformando sus aspiraciones personales y laborales. La conclusión de esta mutación es que la empresa “clásica” se ha convertido en un producto difícil de vender a este nuevo componente humano que, en demasiadas ocasiones, reacciona negativamente ante ella.
La empresa se ve abocada a establecer una estrategia social concreta y perfectamente planificada para responder a esta situación, debiendo aplicar técnicas, ya experimentadas con éxito en otros ámbitos de la gestión, pero que, aplicados al campo de los Recursos Humanos, suponen una auténtica novedad.
Entre las técnicas más recientes que permiten el diseño y el desarrollo racional de una estrategia social adaptada a la moderna empresa y al nuevo entorno en el que se ve forzada a operar, está el denominado Marketing Interno cuyo objetivo último es potenciar la motivación de la plantilla.
En consecuencia, podría definirse el Marketing Interno como el conjunto de políticas o técnicas que permiten “vender” la idea de empresa, con sus objetivos, estructuras, estrategias y demás componentes, a un “mercado” constituido por unos “clientes internos”, los trabajadores, que desarrollan su actividad en ella, con el fin de incrementar su motivación y, consecuentemente, su productividad.
Con el objeto de establecer las oportunas comparaciones entre los componentes del Marketing General e Interno, podemos efectuar las siguientes similitudes:
Marketing General Marketing Interno
- Cliente Externo - Trabajador
- Producto o Servicio - Empresa
- Técnica de Ventas - Comunicación Interna
- Fuerza de Ventas - Equipo Directivo
- Objetivo - Incrementar la Motivación
Veamos, someramente, estos elementos:
1.- Cliente = Trabajador. Es el cliente interno de la empresa, el interlocutor último, cuyas preferencias, deseos, preocupaciones, necesidades, etc., deberán ser conocidos y considerados si se desea evitar el fracaso de toda la estrategia social.
Con este interlocutor es con el que hay que negociar y llegar a acuerdos. A este cliente es al que hay que venderle el concepto de organización que se tiene o que se quiere y con el que hay que contar de cara al desarrollo futuro de la misma.
Para el conocimiento de todo lo relacionado con el cliente interno se utilizarán, de forma permanente, técnicas similares a las empleadas en la Investigación de Mercados del Marketing General: Encuestas, Paneles, Reuniones de Grupo, etc.
2.- Producto = Empresa. El producto a ofrecer a este cliente es la empresa con sus fortalezas y debilidades, con sus amenazas y oportunidades, con unos objetivos que es necesario alcanzar y con una estructura organizativa, unos planes y unas políticas en las que, para su desarrollo eficaz, va a ser precisa la participación de todos los que la integran.
Las características finales de este producto diseñado con las técnicas del Marketing serán unas mejores condiciones de trabajo, una mayor participación, una más alta productividad y, como colofón, un más elevado valor intrínseco del producto empresa.
3.- Técnica de Venta = Comunicación Interna. No se puede hablar de Marketing Interno en una institución si no se establece un plan completo de Comunicación Interna, se desarrolla y se fomenta el transvase de información entre todos los niveles y en todos los sentidos.
La Comunicación Interna descendente permitirá transmitir objetivos, políticas y acciones, es decir, vender la idea de empresa que se quiere conseguir. La ascendente facilitará el conocimiento de la opinión del mercado interno, contrastará la coherencia de los mensajes emitidos y medirá su grado de impacto.
4.- Fuerza de Ventas = Equipo Directivo. Todos los integrantes de la empresa y, especialmente, los mandos, deben convertirse en los vendedores de los ideales y de los objetivos de la institución.
El caldo de cultivo de una gestión de Recursos Humanos bajo la óptica de Marketing Interno, es una organización integrada y esta integración sólo es posible con una Dirección participativa. De no existir, difícilmente podrán aplicarse los principios del Marketing a este nuevo modelo de institución que se requiere.
5.- Objetivo Final = Incrementar la Motivación. El fin último que se pretende conseguir es un incremento de la motivación global de los trabajadores para, así, poder aumentar la productividad en su conjunto.
Hoy, con la aplicación de las NNTT de la Información y la Comunicación a todos los ámbitos de la gestión empresarial, el concepto de productividad individual ha dado paso al global o colectivo referido a una unidad orgánica completa o a la totalidad de la empresa. De ahí que los nuevos sistemas de gestión de Recursos Humanos incidan en aquellos aspectos que permiten maximizar ese factor y, concretamente, la integración del trabajador en el objetivo común de la empresa y la motivación individual y colectiva de la plantilla.
Una aplicación racional y pragmática de los principios del Marketing Interno, permitirá, como iremos viendo en sucesivos artículos, transformar las empresas en organizaciones más eficaces y, al mismo tiempo, más socialmente responsables.