2.- Aspectos referentes a los recursos necesarios para la ejecución del proyecto.
En este punto conviene distinguir entre los que son recursos económicos y los que son recursos humanos, aunque, en algunas partidas, se puedan solapar.
2.1.- Recursos Económicos
Para la consideración de los primeros, los monetarios, convendrá establecer un sistema que permita determinar el coste de las actividades de una forma homogénea y equilibrada, decidiendo qué tipo de información vamos a necesitar, dónde podremos obtenerla y quién será el responsable de captarla y mejorarla, si fuera necesario.
En este punto juega un papel muy importante la formación de un banco de datos que se pueda ir nutriendo de la información, principalmente externa, que se vaya acumulando, así como de los resultados de otros proyectos ya ejecutados.
Esto simplifica mucho la propia gestión de los datos. Al mismo tiempo, será necesario implantar un sistema de información que facilite el tratamiento y ágil recuperación de los mismos.
Es básico comprobar que, en todo el proceso, no queda ninguna tarea o actividad sin contabilizar y que todos los costes han sido considerados, con lo que se evitan o, por lo menos, se reducen los problemas posteriores que pudieran surgir.
2.2.- Recursos Humanos
Respecto a los recursos humanos, su importancia va a radicar tanto en el número necesario de participantes para ejecutar cada tarea, como en las características específicas que deberán tener.
También es determinante establecer quién es el responsable de cada actividad o de un conjunto de actividades relacionadas entre sí, o de una fase completa del proyecto.
Esto implica diseñar los perfiles idóneos que deberán tener los participantes, así como los sistemas de selección y remuneración correspondientes.
Este aspecto cobra especial importancia en los casos en los que sea necesario reclutar personal externo o de otras áreas de la organización, ya que permite profesionalizar el proyecto y evitar la participación de personas no adecuadas que quisieran “aterrizar” en el mismo.
Si en el proyecto de Marketing Social participan varios equipos diferentes, se impone el establecimiento formal de una estructura organizativa, aunque sea mínima, que los relacione entre sí y con la dirección del proyecto.
Esta estructura deberá contemplar, en lo posible, los canales de Comunicación, tanto internos como externos, necesarios para hacer públicos, a los diferentes stakeholders, los resultados que se vayan obteniendo, así como los sistemas de control implantados para garantizar la eficacia y eficiencia de todos los componentes implicados.
En el próximo artículo analizaremos los otros tres factores que influyen en el óptimo desarrollo de un proyecto de Marketing Social.
En este punto conviene distinguir entre los que son recursos económicos y los que son recursos humanos, aunque, en algunas partidas, se puedan solapar.
2.1.- Recursos Económicos
Para la consideración de los primeros, los monetarios, convendrá establecer un sistema que permita determinar el coste de las actividades de una forma homogénea y equilibrada, decidiendo qué tipo de información vamos a necesitar, dónde podremos obtenerla y quién será el responsable de captarla y mejorarla, si fuera necesario.
En este punto juega un papel muy importante la formación de un banco de datos que se pueda ir nutriendo de la información, principalmente externa, que se vaya acumulando, así como de los resultados de otros proyectos ya ejecutados.
Esto simplifica mucho la propia gestión de los datos. Al mismo tiempo, será necesario implantar un sistema de información que facilite el tratamiento y ágil recuperación de los mismos.
Es básico comprobar que, en todo el proceso, no queda ninguna tarea o actividad sin contabilizar y que todos los costes han sido considerados, con lo que se evitan o, por lo menos, se reducen los problemas posteriores que pudieran surgir.
2.2.- Recursos Humanos
Respecto a los recursos humanos, su importancia va a radicar tanto en el número necesario de participantes para ejecutar cada tarea, como en las características específicas que deberán tener.
También es determinante establecer quién es el responsable de cada actividad o de un conjunto de actividades relacionadas entre sí, o de una fase completa del proyecto.
Esto implica diseñar los perfiles idóneos que deberán tener los participantes, así como los sistemas de selección y remuneración correspondientes.
Este aspecto cobra especial importancia en los casos en los que sea necesario reclutar personal externo o de otras áreas de la organización, ya que permite profesionalizar el proyecto y evitar la participación de personas no adecuadas que quisieran “aterrizar” en el mismo.
Si en el proyecto de Marketing Social participan varios equipos diferentes, se impone el establecimiento formal de una estructura organizativa, aunque sea mínima, que los relacione entre sí y con la dirección del proyecto.
Esta estructura deberá contemplar, en lo posible, los canales de Comunicación, tanto internos como externos, necesarios para hacer públicos, a los diferentes stakeholders, los resultados que se vayan obteniendo, así como los sistemas de control implantados para garantizar la eficacia y eficiencia de todos los componentes implicados.
En el próximo artículo analizaremos los otros tres factores que influyen en el óptimo desarrollo de un proyecto de Marketing Social.