2.2.- Programa Electoral (Continuación)
A pesar de lo indicado anteriormente y refiriéndome al tema que nos ocupa, en el programa electoral de Podemos habría que distinguir, por ahora, dos etapas o, mejor, dos programas: el que se llevó a las elecciones europeas y el actual de cara a unos comicios generales.
El programa que presentaron para las primeras era de unos supuestos máximos que no tenían nada que ver con su aplicación en España y, de hecho, serían inviables en la actual coyuntura.
La diferencia entre aquellas elecciones y las que vienen ahora está en que las europeas tenían una circunscripción electoral única y una "urna" global para recoger todos los votos. En ellas servía un programa utópico porque Podemos no sabía el impacto que iban a tener en la sociedad española y valía cualquier propuesta contraria a lo establecido.
Por otro lado, y no nos engañemos, el interés de los ciudadanos por dichas elecciones es muy relativo y puede convertirse, y de hecho lo es, en un extraordinario instrumento de castigo para los partidos incumplidores.
En las municipales, autonómicas y generales, la cosa es distinta. Hay que tener líderes locales conocidos y sin mácula; hay que presentar programas concretos y no eslóganes revolucionarios y, en definitiva, hay que bajar al suelo, tocar tierra.
Y ésta es la problemática que, actualmente, tiene Podemos. El programa, principalmente la parte económica, que se está elaborando en estos momentos, difiere del anterior en aspectos sensibles como el abandono de la Renta Básica con carácter universal, la jubilación a los 60 años para todos o la reducción de la jornada laboral.
A pesar de que el origen ideológico de los principales líderes de la formación es el Marxismo, el modelo de programa que se está elaborando es, según sus propias palabras, socialdemócrata, como el que hizo que Felipe González ganara las elecciones del 82, o el aplicado en Dinamarca, el país más feliz, con los impuestos más altos y con apenas seis millones de ciudadanos.
El objetivo de los líderes, ahora, es poder demostrar que su proyecto es realizable y, sobre todo, que está dentro del sistema. Que no asusta, en definitiva.
Posponemos los otros dos elementos de Marketing Electoral, los candidatos y la estrategia de Comunicación, para cuando estén totalmente definidos y estén más cercanos los comicios electorales, ya que para entonces se habrán concretado aspectos que, en estos momentos, todavía son fluctuantes.