2.- EL PRODUCTO POLÍTICO
En general, el producto en Marketing Político es aquello que se va a ofrecer al mercado electoral. En el caso de Podemos, tiene una triple concepción muy marcada, ya que estaríamos hablando de tres subproductos: el partido, el programa y el candidato.
Son tres conceptos distintos, con peculiaridades muy diferentes, pero idénticos en su fin último que es conseguir el mayor número de votos.
Sin embargo, parece ser que, hoy por hoy, tanto el partido como el programa están supeditados al liderazgo del recientemente elegido Secretario General.
Analicemos los tres subproductos.
2.1.- El Partido
La importancia de un partido, en el tema que nos ocupa, estriba en su faceta organizativa y de gestión de toda la estrategia electoral. Su relación respecto a los otros dos subproductos es de correlación directa, ya que su imagen no es "per se" sino que viene influida por el programa y por el candidato. Y viceversa.
En el caso de Podemos, sin embargo, primero surge el líder y, con posterioridad, surgirán los otros dos productos. Es un caso singular ya que, por lo general, los líderes salen de las estructuras de los partidos constituidos.
Tendríamos que remontarnos a los grandes movimientos fascistas y comunistas del siglo pasado, principalmente, en los que la aparición de un líder carismático aglutinaba a masas de población que, con posterioridad, se organizaban como partidos o grupos de presión. Eran movimientos de aluvión.
Lo mismo que ocurre en cualquier otro tipo de institución, un partido debe contar con una estructura organizativa potente para sus fines y debe estar dirigido por auténticos profesionales de la gestión y no por meros aficionados a la Política. Aunque, no cabe la menor duda, el éxito de cualquier organización política está ligado a las características de liderazgo que tengan sus dirigentes, así como a la capacidad de formar equipos e influir en el grupo para conseguir los objetivos previstos.
De las cinco etapas que suelen establecerse en el ciclo de vida de un partido: Nacimiento, Despegue, Desarrollo, Estabilización y Declive, Podemos estaría, en mi opinión, entre la primera y la segunda por una serie de razones que expongo a continuación.
La etapa de Nacimiento es aquella en la que se necesita mucha imaginación y creatividad para atraer al mayor número de afiliados. Por ello, son necesarios dirigentes que intuyan la problemática social y los deseos y aspiraciones de los ciudadanos.
La estrategia de Podemos en esta fase ha sido la de pilotar el malestar, la indignación y la desesperación de la gente y denunciar, como causantes de dichos males, al bipartidismo, a los partidos clásicos, a "la casta" en definitiva.
No conviene olvidar que este partido es consecuencia de los movimientos de indignados del 15M que estaban constituidos por ciudadanos que tenían miedo a su futuro inmediato: parados, desahuciados, marginados sociales, etc.
La crisis, la corrupción de algunos políticos y empresarios, los diferentes problemas a los que, diariamente, se enfrentan las personas en esta sociedad, son agrupados en categorías y convertidos en puntos concretos que hay que solucionar.
Este es el éxito actual de Podemos: hablar de problemas reales y concretos; de lo que preocupa al ciudadano corriente y no de las entelequias a las que nos tienen acostumbrados las grandes organizaciones políticas.
El quid de la cuestión es pasar de las musas al teatro. Teorizar sobre la problemática es fácil; aportar soluciones simples a la desesperación es atractivo; lo difícil es resolver las necesidades de los ciudadanos. La demagogia sirve para atraer, pero no para gobernar con realismo ya que, en la práctica, resulta inoperante y, sobre todo, frustrante para el electorado.
Volveremos sobre este tema cuando desarrollemos el punto correspondiente al Programa.