Bitácora

Marketing Político: el nuevo tipo de votante (Conclusiones)

Redactado por Javier Barranco Saiz el Viernes, 12 de Abril 2019 a las 08:16

La conclusión de lo que hemos venido indicando en los dos artículos anteriores, consistiría en que si el elector potencial, el ciudadano con edad de participar en unos comicios, no vislumbra que el partido es una máquina electoral que le garantice mayores ventajas que las que le ofrecen los otros, dilapidará su voto o, lo que puede ser peor, se abstendrá de votar.

De ahí la necesidad que tienen, y preveo que tendrán durante mucho tiempo, los partidos políticos en desarrollar unas estrategias que se vayan adaptando a los deseos, necesidades y requerimientos de estos nuevos clientes que van a ser los electores presentes y futuros.



El ciudadano tiene que sentirse identificado con el partido al que va a votar. Si esta identificación no es ideológica, y ya hemos indicado que ésta, cada vez, será menos significativa, deberá ser “egoísta”, es decir: “¿cuál es el partido que me garantiza más beneficios en mi ámbito personal y social?”.

De no poder distinguir claramente al oferente de las mayores prebendas, el votante dudará entre los que se presenten dentro de un segmento más o menos determinado y si la duda continúa, se abstendrá de votar o lo hará irracionalmente.

La consecuencia inmediata es que, ante esta situación que, evidentemente, las organizaciones políticas no pueden aceptar impasibles porque se juegan su supervivencia, los partidos deberán cambiar su forma de actuar a la hora de intentar convencer al ciudadano.

La estrategia de Marketing Electoral de un partido, en estas circunstancias y ante un tipo de votante nuevo, con un perfil más diferente y complicado que el que se manejaba hasta este momento, debido, principalmente, a su mayor formación e información gracias a las nuevas tecnologías, pasa, en mi opinión, por los cuatro puntos siguientes:

1.- Detectar, conocer y definir las características psicológicas y sociológicas de aquellos ciudadanos, individuales o agrupados en segmentos idóneos del mercado político, que, potencialmente, puedan votarle, desechando a los que, a priori, están muy alejados de sus planteamientos y a los que, difícilmente, pueda llegar a convencer.

Esta selección permitirá aplicar los mayores esfuerzos, medios y recursos, y de una manera más efectiva, en aquellos segmentos que se vislumbre que son los más “rentables” electoralmente hablando.

2.- Diseñar y constituir una potente “imagen de marca” del partido, programa y candidatos, empleando tanto las nuevas tecnologías como los medios clásicos de Comunicación, pensando, especialmente, en aquellos ciudadanos que, todavía, no están conectados o son reacios a los nuevos sistemas informáticos.

3.- esta acción deberá encaminarse a lograr no sólo el conocimiento de los “productos” que ofrece el partido sino, lo más importante, la fidelización del elector a la hora de ejercer su derecho al voto ante la pléyade de partidos que se presentan.

4.- Esta fidelidad sólo la logrará el partido con una estrategia de diferenciación y con un refuerzo de aquellos valores que la ideología de la organización política en concreto representa.

La conclusión de todo lo indicado en estos tres artículos sería la siguiente: necesidad de disponer de un mayor conocimiento del nuevo votante; reforzar la imagen del partido y, consecuentemente, de su ideología ante un mercado electoral cambiante; y utilizar tanto los medios de Comunicación clásicos, como los modernos y así poder, en lo posible, potenciar y garantizar el conocimiento y la fidelidad del ciudadano elector.
Viernes, 12 de Abril 2019 | Javier Barranco Saiz
| Redactado por Javier Barranco Saiz el Viernes, 12 de Abril 2019 a las 08:16