Bitácora

Marketing Interno y RSE (Conclusiones)

Redactado por Javier Barranco Saiz el Martes, 10 de Enero 2012 a las 08:58

La conclusión principal a la que podemos llegar como consecuencia del análisis que hemos venido realizando a lo largo de esta serie de artículos, es que, todavía, nos queda mucho por hacer, en el ámbito de la empresa, en lo que respecta al Marketing Interno. Pero mucho más, aún, en lo que supone la aplicación de una adecuada estrategia de Responsabilidad Social Empresarial al área de los Recursos Humanos, de una Responsabilidad Social Interna.

Hasta ahora, en ambos campos, nos hemos quedado en la parte suave, en la que es fácil de implantar y de desarrollar, pero no se ha logrado penetrar lo suficiente en la esencia de lo que ambos suponen.

Resulta necesario modificar, a fondo, los comportamientos internos de las organizaciones antes de proceder a impulsar políticas solidarias dirigidas a stackeholders externos a la empresa, ya que si no procedemos de esta forma, ambas estrategias serán, simplemente, acciones de Marketing sin contenido ni transcendencia.



4.2.- Acoso Laboral de Exclusión

Bajo este epígrafe se recogen las distintas formas de acoso al trabajador con el objetivo final de forzarle al abandono “voluntario” de su puesto de trabajo.

Como ya hemos indicado en los artículos anteriores, sus víctimas suelen ser personas profesionalmente brillantes, competentes, con un acendrado sentido de la Ética y difícilmente manipulables, cuya sola presencia es molesta para el acosador o para la propia organización.

Por el contrario, el acosador suele ser una persona mediocre, con un cierto complejo de inferioridad y tan cobarde que manifiesta un comportamiento diferente cuando están presentes otros individuos que pudieran convertirse en potenciales testigos del hecho.

Por ello es tan difícil presentar pruebas del acoso laboral, ya que el provocador procura no dejar ningún tipo de rastro que pudiera ser utilizado contra él. Actúa, normalmente, con alevosía.

Las modalidades del acoso laboral de exclusión son dos, principalmente: el vertical que es el más frecuente y el horizontal que es el más denigrante, ya que se produce entre iguales.

El vertical se origina entre el jefe y un subordinado, aprovechando aquel su posición jerárquica en la estructura organizativa para acosar al empleado. El horizontal se da entre compañeros, entre trabajadores de similares categorías, que aíslan al acosado por considerarlo un obstáculo para sus propios intereses laborales o, simplemente, por estar en sintonía con su jefe acosador.

Un caso, relativamente reciente, de este tipo de acoso horizontal se produjo contra una trabajadora de la Gerencia Municipal de Urbanismo de una importante ciudad de Galicia, que lo estuvo padeciendo durante cerca de veinte años.

La causa originaria fue el ascenso, por oposición, de esta empleada a Jefe de Grupo en la Inspección Técnica de Obras. A sus compañeros no les satisfizo que obtuviera la plaza por lo que idearon un plan contra ella: colocación de folios en las paredes de las oficinas mofándose de la situación, cortes en su teléfono o boicot de la información necesaria para su trabajo.

La empleada acosada se lo comunicó al Departamento de Personal del Ayuntamiento y, una vez más, el área de RRHH se inhibió de actuar para solucionar el problema.

Público fue, por sus tremendas consecuencias, el caso de un Teniente Coronel de la Guardia Civil de Albacete que, alterado por el estrés provocado por su situación laboral, mató a dos sargentos del mismo cuerpo armado. El oficial había sido víctima de un complot de sus compañeros por denunciar una serie de irregularidades y privilegios en el cobro abusivo de las primas de productividad.

Para evitar, en lo posible, estos casos es fundamental establecer en la empresa un protocolo de actuaciones que permitan prevenir estas nefastas situaciones.

Desde la formación, a los mandos, en detección y solución de este tipo de conflictos para poder percibirlos con anticipación y resolverlos, hasta el desarrollo de programas que fomenten las buenas relaciones interpersonales de los propios trabajadores.

CONCLUSIONES

El Marketing Interno y la RSE aplicada al ámbito de los RRHH son complementarios y, en muchas ocasiones, coincidentes. No puede existir uno sin la otra y, cuando se llega al culmen de su aplicación en una empresa, cualquiera de ellos puede ceder su prevalencia al otro.

La RSI, al incidir sobre un stakeholder tan importante como es la plantilla de la entidad, facilita que la gestión de los RRHH sea más responsable, es decir: más ética, más solidaria y más sostenible en el tiempo

El desarrollo de ésta fomentará una adecuada calidad de vida laboral, lo que repercutirá, principalmente, en el cliente externo y en los demás grupos de interés, por lo que, lógicamente, hará incrementar la productividad de la organización, objetivos perseguidos por una correcta estrategia de Marketing Interno.

Por otro lado, tanto en el uno como en la otra, convendrá profundizar; no quedarse, exclusivamente, en la parte externa de la situación, sino acceder al núcleo central de la misma, puesto que no son acciones de aplicación parcial o con la mera finalidad de mejorar la Imagen Corporativa, ya que de ser así se pueden volver, cual boomerang, contra los propios objetivos perseguidos.

Martes, 10 de Enero 2012 | Javier Barranco Saiz
| Redactado por Javier Barranco Saiz el Martes, 10 de Enero 2012 a las 08:58