2.- CONCILIACIÓN
Uno de los aspectos más significativos en el ámbito de lo que venimos denominando Responsabilidad Social Interna, RSI, tanto por la atracción que genera como por ser objeto de múltiples ensayos y artículos en los medios de comunicación, es la conciliación de los escenarios profesional y familiar.
En este tema hay que destacar la encomiable labor que está realizando en España, desde hace ya varios años, la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, ARHOE, que preside el académico Ignacio Buqueras.
El principal objetivo de esta Comisión es sensibilizar a la Sociedad acerca de la necesidad y de las ventajas que implican unos horarios más racionales de los que, actualmente, están en vigor en la mayoría de las organizaciones.
Aboga por la conciliación de la vida personal, familiar y laboral a través de la implantación de unas jornadas de trabajo más adecuadas y de la promoción de otras formas de organización del trabajo que hagan posible dicha conciliación.
Simplificándolo al máximo, dentro de este concepto se considerarían todas aquellas medidas o prácticas que permitan al trabajador tener una cierta flexibilidad, temporal principalmente, en cuanto al desarrollo de su propia actividad laboral.
Además de éstas, hay otras que suponen una cierta reducción de la jornada y que suelen estar relacionadas con las obligaciones del empleado con sus ascendentes o descendentes: permisos por maternidad o paternidad, períodos de lactancia, reducción de horarios por hijos menores de ocho años, etc. La mayoría de estas modalidades, por no decir la totalidad de ellas, están establecidas, en casi todos los países, por Ley.
Sin embargo, la Conciliación, contemplada desde la óptica de la RSE, debe ir más allá y basarse en la voluntariedad de las medidas propuestas, ya que la auténtica responsabilidad tiene como punto de partida el cumplimiento de la legalidad vigente, mejorando sus límites gracias a la voluntad del empresario.
El abanico de medidas que permiten esta flexibilidad laboral es muy amplio y va desde el establecimiento de horarios de entrada y salida con un margen de adaptabilidad previamente acordado, las jornadas intensivas en los meses de verano o las vacaciones repartidas en varios períodos de tiempo a lo largo del año, hasta las que resultan más novedosas y, a veces, difíciles de implantar.
Entre estas últimas podemos destacar tres, principalmente:
- El Teletrabajo
- Los Días de Libre Disposición
- El Cumplimiento estricto del Horario Laboral.
2.1.- El Teletrabajo
Esta modalidad es relativamente reciente ya que se inició en EEUU hacia 1.994 en la ATT, en un proyecto piloto en el que participaron cerca de treinta mil trabajadores. Hoy en día realizan teletrabajo un 17 por ciento de los empleados de los países nórdicos, un 15 por ciento en USA y, aproximadamente, un 8 por ciento en España. En nuestro país hay casos de éxito y ejemplarizantes como el Programa de Teletrabajo del grupo Telefónica en el que están implicados varios miles de empleados.
El tele trabajador, por su parte, debe auto programarse y planificarse en sus actividades y tiempos y, como parece bastante lógico, emplear exhaustivamente las Tecnologías de la Información, las TICs.
Según estudios realizados recientemente, el Teletrabajo incide de una forma muy positiva en la eficiencia y en la retención del talento, ya que los empleados que tienen esta posibilidad se sienten más motivados e integrados en la compañía.
Los expertos en Teletrabajo aconsejan que se aplique esta modalidad un máximo de tres días a la semana para que el empleado no se desvincule, totalmente, del entorno laboral y para evitar su aislamiento psico-sociológico.
Muchos tele trabajadores denuncian la existencia de un factor negativo, el denominado efecto “out of side, out of mind”, que viene a indicar que si un empleado no es visto en su puesto y no se relaciona con sus jefes, puede quedar marginado y fuera de la línea de promoción simplemente por el hecho de que éstos se olviden de él a la hora de cubrir una posición de promoción.
Los estudios nos indican que, en general, los directivos son partidarios de que los miembros de sus equipos realicen Teletrabajo, aunque la realidad nos muestra que ni ellos ni la mayoría de sus empleados lo practican.
Por otro lado, y es importante su consideración desde la óptica global de la RSE, modalidades como ésta contribuyen a una mejor conservación de Medio Ambiente, ya que permiten disminuir la emisiones de Anhídrido Carbónico como consecuencia de la reducción del transporte, así como el ahorro energético que se deriva del cierre o disminución de centros de trabajo con la consiguiente reducción de consumo eléctrico.
Sin embargo, no todas las empresas pueden aplicar esta forma de trabajo, ya que su implantación implica unas inversiones previas en equipamiento informático y de comunicación: redes, ordenadores, teléfonos móviles, etc. que muchas no disponen, como puede ocurrir, actualmente, con algunas PYMES