En la mayoría de las ocasiones, el gestor emprendedor evita este tipo de análisis argumentando que el equipo es pequeño, que todos son amigos y que, en definitiva, no es necesario modificar nada.
Craso error. La problemática de personal suele surgir desde el inicio del proyecto; está larvada, enquistada y si no se establecen las bases desde el principio, los problemas llegarán a ser irresolubles.
Cuando se comienza un proceso de mentorización, una de las quejas que los emprendedores exponen con más frecuencia es la relativa a la motivación de su equipo, a la falta de motivación de sus componentes. Insisten en que no es como la suya, como la de los generadores del proyecto. Aducen que dedican el tiempo acordado y poco más.
Lo inmediato es preguntarles: "¿y esto os extraña?". Y lo siguiente: "¿Qué hacéis para que se impliquen en vuestro proyecto?". Las respuestas son muy diversas: "les pagamos muy bien", "soy colega de ellos", etc.
Sin embargo, cuando un emprendedor se pone el gorro de empresario, estas respuestas no son completamente válidas. La camaradería está muy bien, pero no elimina barreras; pagarles adecuadamente es lo mínimo, sobre todo si son puestos de expertos en materias concretas.
El emprendedor debe pensar, desde el principio de su andadura, que, al igual que la gran y la mediana empresas, y haciendo sólo salvedad en la diferencia de tamaño, debería aplicar otras técnicas que permitan un incremento significativo de la motivación del equipo.
Y me estoy refiriendo, con ello, a lo que se denomina Marketing Interno, es decir a una combinación o mezcla de técnicas que ayudan a "vender" su proyecto emprendedor, su idea de empresa, sus objetivos, sus estrategias, etc. a un mercado que, en esta ocasión, está formado por los propios trabajadores que la constituyen.
Es una filosofía de gestión que permite ver al empleado como un cliente "interno", al que se le mima, se le atiende, se intenta conocer todos sus deseos y necesidades, con el objetivo último de incrementar su motivación, siendo conscientes de que ésta influye en su productividad.
Con la evolución, más que exponencial, de las nuevas tecnologías, TICs, que está afectando a todos los sistemas de la empresa, la productividad individual ha perdido gran parte de su importancia pasada, dando lugar a un nuevo concepto de productividad colectiva, grupal, que, en el caso de los emprendedores, afecta a todo el equipo.
Este nuevo factor es el que hay que correlacionar con la riqueza creada por el proyecto emprendedor o con el valor añadido del mismo.
Esta filosofía actual implica que los métodos de gestión, en uso, de los recursos humanos incidan en aquellos aspectos que permitan incrementar ese factor, concretamente, la integración de los componentes del equipo en el objetivo común de la empresa y la mayor motivación individual y colectiva.
En el próximo artículo veremos la descripción de las etapas que componen el Plan de Marketing Interno del emprendedor.