Antes de proceder a la descripción de lo que es un programa de este tipo, debo indicar que he tenido la oportunidad de diseñar, implantar y dirigir el primer Programa de Voluntariado Empresarial que se inició en España en los albores del año 2.000.
Lo hicimos, desde su Fundación, para la primera multinacional española en el sector de las Telecomunicaciones y se desarrolló a nivel mundial, tanto en nuestro país como en las naciones de América Latina en donde operaba, comenzando por Argentina, pionera en esta actividad como en tantas otras en el ámbito de la gestión empresarial, y posteriormente Chile.
Como en todo programa que se inicia, se suceden los errores, las incomprensiones y los desánimos, ya que los comienzos suelen ser difíciles, aunque se aprenda mucho equivocándose. Sin embargo, y con la perspectiva del tiempo transcurrido, se observa con cierto orgullo cómo aquella utopía se ha convertido en una realidad, en una auténtica Red Solidaria, en la que están participando varias decenas de miles de trabajadores voluntarios y favoreciendo a millones de ciudadanos necesitados.
En la actualidad, los Programas de Voluntariado Empresarial empiezan a tener un lugar privilegiado en las estrategias sociales de las compañías y una muestra de ello es la celebración en Madrid y Valencia, el sábado 25 de octubre de este año, de la segunda edición del Día Solidario de las Empresas, en el que están involucradas más de cuarenta organizaciones que aportan unos trescientos trabajadores voluntarios.
Colaboran en este evento cerca de veinte Entidades No Lucrativas y, en esta ocasión, las actuaciones solidarias están orientadas a los colectivos infantiles más necesitados. De ahí que el lema escogido para esta edición haya sido “Un futuro para los niños”.
En los Estudios de Clima Laboral que realizan las empresas, además de los factores habituales que corresponden a temas como la Promoción, la Formación, la Política Salarial o las Funciones, suelen analizarse, también, aspectos relacionados con las actividades que efectúan los trabajadores en su tiempo de ocio.
Resulta interesante constatar que, además del tiempo dedicado a estar con la familia, a practicar algún tipo de deporte o a realizar cualquiera de las múltiples posibilidades de diversión que ofrece la actual Sociedad de Consumo, un porcentaje significativo se dedica a colaborar, a título personal, con ONGs u otras entidades solidarias.
Estos trabajadores activos, prejubilados o ya totalmente jubilados, suelen realizar en estas instituciones actividades que, en muchas ocasiones, no están relacionadas ni con su formación ni con su experiencia profesional, por lo que su potencialidad como voluntario no está aprovechada al máximo.
Desde hace unos años, las empresas empiezan a ser conscientes de que esta corriente de solidaridad que fluye por sus estructuras podría ser aprovechada y canalizada para ofrecer a las ENL un auténtico voluntariado profesional, más efectivo y eficiente y, a la vez, integrado en las propias estrategias sociales de las compañías.
Este voluntariado, que denominamos empresarial, es una actividad corporativa a través de la cual la empresa promueve y facilita el que sus trabajadores, activos o pasivos, y sus familiares si lo desean, realicen labores solidarias de voluntariado con el objeto de mejorar las condiciones sociales de las comunidades en donde desarrollan su actividad.
Implican una participación directa y proactiva de los empleados y un apoyo expreso y concreto de la empresa a través de las aportaciones bien de recursos económicos, de materiales o de sus propios productos o servicios, bien estructurando una organización dedicada al efecto o, en ciertas ocasiones, permitiendo una cierta disponibilidad de tiempo para las labores de voluntariado.
Esta contribución de recursos, de tiempo y de esfuerzo personal puede ser organizada de tal manera que reporte beneficios a todas las partes implicadas en el proceso: Empresa, Trabajadores y Sociedad en general.
Si hiciéramos un resumen de algunos de estos beneficios que proporcionan los Programas de Voluntariado Empresarial, podríamos destacar los siguientes:
Desde el Ámbito de los Recursos Humanos
- Estos programas permiten incrementar la motivación del empleado, ya que éste se siente colaborador activo de determinados proyectos solidarios propuestos por la empresa, que le van a permitir satisfacer su doble condición de ciudadano y de trabajador.
- A su vez, constituyen un importante elemento de integración en la empresa y de fomento del trabajo en equipo ya que facilita el conocimiento y la relación, en plan de igualdad, de personas que pertenecen a diferentes niveles jerárquicos y a grupos laborales distintos pero que colaboran en el mismo proyecto.
Esto supone, en muchas ocasiones, la constatación de unas realidades que, normalmente, no suelen apreciarse en la actividad laboral cotidiana.
- Está comprobado, de forma objetiva, que la participación de los trabajadores en proyectos de Voluntariado Empresarial contribuye a mejorar la imagen que tienen de la compañía, acentuando, como consecuencia, su orgullo de pertenencia a la misma ya que les permite sentirse protagonistas de su Estrategia Social.
Este compromiso con la visión solidaria de la organización logra que las acciones de RSC o de Marketing Social Corporativo dejen de verse como algo que afecta, exclusivamente, a la Dirección y, por lo tanto, lejano al trabajador.
- Con frecuencia, en este tipo de proyectos, el empleado voluntario descubre y desarrolla nuevas competencias personales y profesionales, ignoradas hasta entonces, pudiendo enriquecer su actividad con tareas diferentes.
Estas percepciones le van a dotar de una perspectiva más amplia y enriquecedora, con mayores niveles de conocimiento y una mejor información, lo que va a repercutir positivamente en sus actuaciones en el entorno laboral
Podemos afirmar que los Programas de Voluntariado Empresarial mejoran la empleabilidad de los participantes.
Desde el Ámbito de la Comunicación
- Este tipo de Programas constituyen, en sí mismos, un hecho diferencial desde el punto de vista comunicativo, ya que son diferentes a las clásicas campañas de Comunicación Externa.
Por ello permiten el lanzamiento de nuevos mensajes, más sutiles, y consiguen llegar a grupos sociales distintos a los que resultaría difícil convencer de hacerlo a través de los Medios de Comunicación habituales.
- En cuanto a los efectos en la Comunicación Interna, resulta ser un elemento que la fomenta y la refuerza pues permite que se establezcan unas vías de Comunicación más efectivas y fluidas entre las diferentes categorías laborales y unidades organizativas. La participación conjunta en actividades solidarias, en donde las jerarquías desaparecen, crea unas relaciones personales permanentes que se proyectan a todos los ámbitos empresariales.
Desde la perspectiva de la Reputación Corporativa
- Los Programas de Voluntariado Empresarial son los que mejor transmiten, a los Grupos de Interés de la empresa, la imagen de organización solidaria, comprometida de forma colectiva con la sociedad y, en consecuencia, integrada.
- Son los proyectos, dentro del ámbito de la RSC, mejor valorados por los stakeholders y, desde una óptica de Marketing, permiten a la compañía diferenciarse de otras similares del mercado que no los ponen en práctica. Son, por lo tanto, un elemento de competitividad empresarial.
Desde el Ámbito de la Sociedad
- Por último, la gran beneficiada de estos programas es la propia Sociedad a cuyo desarrollo contribuyen conjuntamente las empresas y sus trabajadores.
La empresa, a través de esta colaboración, se hace más cercana a las comunidades en donde ejerce su actividad constituyéndose en una especie de “ciudadano corporativo” que se implica en sus problemas y preocupaciones, para intentar paliarlos.
Es una forma, también, de participar en los proyectos sociales que desarrollan las organizaciones de la Sociedad Civil enlazándolos, al mismo tiempo, con los intereses solidarios que tiene el mercado.