Si hiciésemos un recorrido por el conjunto de actividades que constituyen el Plan de Marketing Interno y analizásemos su factibilidad en estos momentos críticos, quizá, habría que incidir sólo en aquellas tres que, parece, tienen cierta viabilidad:
- El Análisis del Mercado Social Interno
- La Adecuación de la Situación Actual al Entorno
- La Comunicación Interna
1.- El Análisis del Mercado Social Interno:
El análisis de nuestro mercado interno no lo podemos obviar. Si conocemos nuestro entorno, es decir todo aquello que pueda influir en la organización y que permita compararnos con entidades similares, con mayor razón deberemos analizar nuestro interior, por lo menos para poder establecer ratios comparativos de gestión.
Tenemos que conocer a nuestro mercado, a los clientes internos que lo constituyen: sus características, necesidades, deseos, preocupaciones, debilidades, fortalezas y todos aquellos factores que sean necesarios para establecer una estrategia social realista y adecuada a los trabajadores de que disponemos.
Aunque las circunstancias sean malas, este punto es necesario. Los estudios de clima laboral son el termómetro que nos indica hasta dónde está llegando la enfermedad y los que nos van a permitir atajarla con medidas específicas.
Para ello deberemos utilizar metodologías de Investigación Social, tanto de tipo cuantitativo como cualitativo, y de una manera científica ya que los resultados que se obtengan serán la base de las políticas de Marketing Interno, en general, y de la Comunicación Interna, en particular.
Alguien podría pensar que, en esta situación de penuria económica, no merece la pena dedicar recursos a algo cuyos resultados ya conocemos. Sería un craso error porque, aunque conozcamos el global, lo que se nos escapa es la situación específica, el estado de ánimo concreto, que tiene la plantilla en ese momento. Muchas veces nos sorprendemos con lo que se obtiene.
Por otro lado, no hay que pensar siempre en estudios socio-laborales de alto coste. Hay metodologías cualitativas relativamente baratas, que pueden ser realizadas por los propios profesionales de RRHH de la empresa. También algunas cuantitativas son factibles, desde un punto de vista económico, si se aplican sistemas basados en el Marketing on-line.
2.- Adecuación de la Situación Actual al Entorno:
Conocidos el entorno y las circunstancias y opiniones de los trabajadores, es necesario adecuar las características de estos clientes internos a las exigencias del mercado externo. Este es un punto crítico e ineludible ya que si no, todo lo demás se convierte en un ensayo teórico. Y éste es, sin duda alguna, el asunto más difícil de todo el Plan de Marketing Interno.
Este proceso va a requerir esfuerzos en el ámbito formativo y en el de la Comunicación y, en muchos casos, en el de la estructura organizativa ya que, en la mayoría de las empresas junto al cambio estratégico, se impone la necesidad de implantar estructuras más operativas y flexibles.
La formación y, sobre todo, el coach van a ser, están siendo ya, elementos fundamentales en estas circunstancias. Respecto a la primera conviene ir olvidándose de los cursos genéricos, de contenidos filosóficos, para centrarse en aquellas materias cuya operatividad sea aplicable al día siguiente.
En cuanto al Coach, hay que reconocer el desarrollo y efectividad que ha tenido en los últimos años, así como sus resultados altamente beneficiosos para los individuos y para las organizaciones.
En mi opinión, sus ventajas no son sólo para aquel empleado o directivo que va a permanecer en la empresa, sino que, también, se ha constituido en un importante factor de empleabilidad para el que pretenda enfocar su vida laboral hacia otros rumbos. Ahora, que tan de moda se ha puesto todo lo relativo al emprendimiento, parecería lógico que la formación del emprendedor comenzara con sus correspondientes sesiones de coaching.
3.- La Comunicación Interna
Respecto a la Comunicación Interna en ambas direcciones, es decir ascendente y descendente, su importancia es tal que se llega a decir que si éstas no son lo suficientemente abundantes y fluidas, no puede hablarse de Marketing Interno en sentido estricto.
Su rentabilidad para la empresa ha quedado ampliamente demostrada, ya que un trabajador que conoce los objetivos, su tarea, la evolución del sector, la contribución de su empresa a la Sociedad, tiene tendencia a manifestar una actitud mucho más positiva hacia el trabajo y a ser más comprensible ante las circunstancias adversas.
Concluimos estas reflexiones indicando que, aunque pesimistas ante las circunstancias económicas y sociales que nos envuelven, no podemos tirar la toalla y rechazar la ejecución de una adecuada estrategia de Marketing Interno. Quizás no podamos aplicarla en su plenitud, pero sí en aquellas actividades que nos permitan estar preparados ante un futuro que, esperamos, sea más prometedor.