La crisis económica y social que estamos viviendo ha originado nuevas formas de relación entre el empleado y el empleador, no muy en línea con los principios del Marketing Interno: contratos temporales de duración mínima, outsourcing, fuerte implantación de las empresas de Trabajo Temporal, etc.
Como suele suceder, siempre, en estas situaciones, el problema, al final, se traslada a la base, al trabajador que queda sometido a los EREs, a las reducciones salariales o al temor al despido como elemento de presión. En definitiva, el chantaje es evidente: o asume, a su costa, la nueva situación o se marcha.
Por otro lado, ya no tiene tanto valor ni la experiencia adquirida a lo largo de los años, ni la formación complementaria que enriquece las tareas del puesto, ni la dedicación, más allá del tiempo convenido, a costa de la vida familiar o personal.
¿Podemos, en estas circunstancias, hablar de Marketing Interno?¿Podemos "vender" esta idea de empresa, con estos objetivos, estas estructuras organizativas, estos directivos y estos principios y limitaciones, a unos trabajadores que denominamos, pomposamente, "Clientes - internos", más formados pero, al mismo tiempo, más desmotivados y a los que no nos duelen prendas llamar "Capital Humano"?.
Realmente es difícil, ya que esta situación supera el ámbito estrictamente laboral para incurrir en el personal y familiar.
Ahora, que tanta profusión tienen las estrategias empresariales de Responsabilidad Social, nos encontramos con que una de las más importantes y que mayor repercusión tendría en la Sociedad, la compatibilidad del horario laboral y el familiar, resulta ser la que mayor retraso está teniendo en su implantación, a pesar de los esfuerzos, casi heroicos, de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles, ARHOE, que choca con la apatía administrativa y empresarial de quien tendría que aplicarla.
También se debe esto a que los representantes sindicales no parecen creer en ello y a que pocos trabajadores osan exigir horarios compatibles y racionales por temor a que las consecuencias de tal exigencia sean muy negativas para ellos.
Recientemente se ha celebrado, en la Universidad CEU , el Congreso Internacional Mind the Gap para analizar uno de los pilares, tanto de la gestión de Recursos Humanos como de la RSE, como es el de la necesidad de un sistema productivo que considere la equidad entre hombres y mujeres, y en el que el profesor Juan Pablo Maldonado presentó algunas de sus conclusiones.
Analizando éstas, nos percatamos de que no hemos evolucionado gran cosa en estos años: muchas profesionales se ven obligadas a elegir entre una carrera laboral o ser madres; diferencias salariales notables en un mismo puesto de trabajo en función del sexo del ocupante, etc.
La conclusión principal, en mi opinión, es que la gestión de los Recursos Humanos ha vuelto a su época oscura permaneciendo, una vez más, estática y a la defensiva ante las nuevas realidades sociales y familiares que presionan a la empresa.
En una época en la que, en muchas entidades, incluso con el sello de "socialmente responsable", el simple hecho de quedarse embarazadas o solicitar, acogiéndose a la ley, reducción de jornada, suponga, para la trabajadora que lo requiere, una serie de discriminaciones o, incluso, el despido, parece difícil hablar de Marketing Interno e hipócrita hablar de Responsabilidad Social Empresarial.
Quizá habrá que esperar a que pase esta situación crítica y, entonces, replantearnos, de nuevo, estas estrategias y sus consecuencias sociales.