Por Juan Hermoso Durán
hubo aquella mañana,
era pronto, cuando el tábano y la luz asustada en las camisas
que habías roto a fuerza de lavarlas
—dejan tersas las piedras como una quemadura fría,
agua sucia e insomne en los remansos de la córnea—
era pronto,
fue la mañana de la pesadilla,
cuando es siempre pronto aunque los pájaros te aniden el vientre
era aquella mañana,
alguien dijo: la dolorosa visibilidad de los cuerpos,
la dolorosa
visibilidad
de los cuerpos
—tal vez nadie lo dijo;
estas palabras estaban en tus párpados—
hubo aquel vacío entonces,
aquella supuración tibia y callada,
hubo el olor a pan,
el olor a vinagre y a pan de la locura.
Juan Hermoso Durán Juan Hermoso Durán (Madrid, 1973) es profesor de Filosofía de la Psicología e Historia de la Psicología en el Colegio Universitario Cardenal Cisneros, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. El poema reproducido es parte de su libro Asilo para orates, que permanece inédito.
hubo aquella mañana,
era pronto, cuando el tábano y la luz asustada en las camisas
que habías roto a fuerza de lavarlas
—dejan tersas las piedras como una quemadura fría,
agua sucia e insomne en los remansos de la córnea—
era pronto,
fue la mañana de la pesadilla,
cuando es siempre pronto aunque los pájaros te aniden el vientre
era aquella mañana,
alguien dijo: la dolorosa visibilidad de los cuerpos,
la dolorosa
visibilidad
de los cuerpos
—tal vez nadie lo dijo;
estas palabras estaban en tus párpados—
hubo aquel vacío entonces,
aquella supuración tibia y callada,
hubo el olor a pan,
el olor a vinagre y a pan de la locura.
Juan Hermoso Durán Juan Hermoso Durán (Madrid, 1973) es profesor de Filosofía de la Psicología e Historia de la Psicología en el Colegio Universitario Cardenal Cisneros, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. El poema reproducido es parte de su libro Asilo para orates, que permanece inédito.