Por Jesús Ge
A
sentada en el vallado
maizal de noche
-cigarros, esputos-
termina la jornada
se olvida de llorar
no recuerda ya la herida
.
Abre todas las ventanas.
Que se derramen sobre tu pelo
los claros del mediodía
de piedra
que se vuelen
que corran ya los gestos
las torceduras
aúllan aún en las esquinas
que se incendien a la vez
los pozos y la congoja
el cristal cristal y los quebrantos
que gobierne el tornado
pausado
de la voz de una madre
que salgan ya a la plaza
Que jueguen los niños
en el agujerito
de un desierto en el mapa.
VIENTO
Levanta
selvas revueltas
de arena, nubes violentas.
Mueve las ramas
como si quisiera
desquiciar la savia y los floemas.
Los oídos de la princesa
zumban como el pordiosero.
No se calma la locura
dentro del hueco de las cabezas.
Agita el bosque.
Viento de la derrota.
De "Pero no el camino"
Se escapa
de los bolsillos
de la urgencia
________________ la risa
Les sorprende
inesperada
cuando se apaga la hoguera.
Jesús Ge (Madrid, 1972), es maestro de escuela y poeta. Ha publicado en diversas revistas y pertenece a la Asociación Poética Caudal, que coordina el ciclo Poéticas en Fuga (Valencia) y al Consejo Editorial de la revista Bostezo. Recientemente ha publicado “Crónica del Incendio. Antihaikus.” y “Poetas y náufragos. Pliego desde El Dorado” en los Manuales de Instrucciones para abrir una caja fuerte, de la Fundación Inquietudes. Practica una poesía poliédrica con marcado carácter comprometido. Su blog personal es El Grito Capicúa.
A
sentada en el vallado
maizal de noche
-cigarros, esputos-
termina la jornada
se olvida de llorar
no recuerda ya la herida
.
Abre todas las ventanas.
Que se derramen sobre tu pelo
los claros del mediodía
de piedra
que se vuelen
que corran ya los gestos
las torceduras
aúllan aún en las esquinas
que se incendien a la vez
los pozos y la congoja
el cristal cristal y los quebrantos
que gobierne el tornado
pausado
de la voz de una madre
que salgan ya a la plaza
Que jueguen los niños
en el agujerito
de un desierto en el mapa.
VIENTO
Levanta
selvas revueltas
de arena, nubes violentas.
Mueve las ramas
como si quisiera
desquiciar la savia y los floemas.
Los oídos de la princesa
zumban como el pordiosero.
No se calma la locura
dentro del hueco de las cabezas.
Agita el bosque.
Viento de la derrota.
De "Pero no el camino"
Se escapa
de los bolsillos
de la urgencia
________________ la risa
Les sorprende
inesperada
cuando se apaga la hoguera.
Jesús Ge (Madrid, 1972), es maestro de escuela y poeta. Ha publicado en diversas revistas y pertenece a la Asociación Poética Caudal, que coordina el ciclo Poéticas en Fuga (Valencia) y al Consejo Editorial de la revista Bostezo. Recientemente ha publicado “Crónica del Incendio. Antihaikus.” y “Poetas y náufragos. Pliego desde El Dorado” en los Manuales de Instrucciones para abrir una caja fuerte, de la Fundación Inquietudes. Practica una poesía poliédrica con marcado carácter comprometido. Su blog personal es El Grito Capicúa.