Por Miguel Suárez
LO BLANCO
Temporal de nieve como harina esparcida
de un saco.
Me seduce para el maquillaje de la edad,
me muestra limpias sus vísceras.
Ésta es la visión: pétalos arrancados por una mano
de goma.
Regalos ingenuos quedaron tras el recodo secreto,
botas amarillas a la intemperie.
Aún mis labios buscan indecisos y húmedos,
aún giran los radios de una bicicleta, aún
la fuga de un niño.
Canción, canción que besas con mejilla de grasa,
días venturosos como copos de nieve.
*
El lugar de la celebración es el aseo de la tierra. Hom-
bre, hombros, mulo. Saco de aceitunas.
Sube con la última luz a los bancales. Fructificar es
atravesar el origen. Rayo y agua. Apura sus cigarrillos,
respira junto a esa promesa.
*
He dormido demasiado este invierno
-se dice ese hombre-.
No pisé la nieve.
No llamé a puerta alguna.
El hombre de los sueños
no se acostó en mi lecho.
*
RELÁMPAGO EN LA TORMENTA
Bulevar de agosto, bullicio, tormenta. Le avisaron.
"Tíralo, la brasa llama al rayo". Iba, en la hora más dulce,
a su cita.
Oyó palabras que no pueden existir. Una joroba creció
en lo oscuro. Las palomas del miedo se alineaban en sus
ojos.
Cuesta empedrada, vértebras. Un cielo abierto: léido
así: dolor. El otro anciano, desde la penumbra, arrojó pan
mojado en vino. "Pájaros sólo son pájaros, buenos barren-
deros".
¿Regresó? Recogió la flor del suelo, toda miel. Abrió
las ventanas. Sol en la alcoba. Alisó la manta: él con un
laúd, ella arrobada.
Miguel Suárez (Navarra, 1952) ha publicado los libros "De entrada" (Barrio de Maravillas, 1986), "Luz de cruce" (premio Leonor, Diputación de Soria, 1995) o "Nombrando el porvenir. Poesía 1970-1977), entre otros. Toda su obra poética ha sido recientemente recogida en el libro "La voz del cuidado. 1970-1995)", publicado por la Editorial Dilema en su colección Ocnos Alas. Ha aparecido recientemente una reseña sobre este libro en la revista 7 de 7.net.
LO BLANCO
Temporal de nieve como harina esparcida
de un saco.
Me seduce para el maquillaje de la edad,
me muestra limpias sus vísceras.
Ésta es la visión: pétalos arrancados por una mano
de goma.
Regalos ingenuos quedaron tras el recodo secreto,
botas amarillas a la intemperie.
Aún mis labios buscan indecisos y húmedos,
aún giran los radios de una bicicleta, aún
la fuga de un niño.
Canción, canción que besas con mejilla de grasa,
días venturosos como copos de nieve.
*
El lugar de la celebración es el aseo de la tierra. Hom-
bre, hombros, mulo. Saco de aceitunas.
Sube con la última luz a los bancales. Fructificar es
atravesar el origen. Rayo y agua. Apura sus cigarrillos,
respira junto a esa promesa.
*
He dormido demasiado este invierno
-se dice ese hombre-.
No pisé la nieve.
No llamé a puerta alguna.
El hombre de los sueños
no se acostó en mi lecho.
*
RELÁMPAGO EN LA TORMENTA
Bulevar de agosto, bullicio, tormenta. Le avisaron.
"Tíralo, la brasa llama al rayo". Iba, en la hora más dulce,
a su cita.
Oyó palabras que no pueden existir. Una joroba creció
en lo oscuro. Las palomas del miedo se alineaban en sus
ojos.
Cuesta empedrada, vértebras. Un cielo abierto: léido
así: dolor. El otro anciano, desde la penumbra, arrojó pan
mojado en vino. "Pájaros sólo son pájaros, buenos barren-
deros".
¿Regresó? Recogió la flor del suelo, toda miel. Abrió
las ventanas. Sol en la alcoba. Alisó la manta: él con un
laúd, ella arrobada.
Miguel Suárez (Navarra, 1952) ha publicado los libros "De entrada" (Barrio de Maravillas, 1986), "Luz de cruce" (premio Leonor, Diputación de Soria, 1995) o "Nombrando el porvenir. Poesía 1970-1977), entre otros. Toda su obra poética ha sido recientemente recogida en el libro "La voz del cuidado. 1970-1995)", publicado por la Editorial Dilema en su colección Ocnos Alas. Ha aparecido recientemente una reseña sobre este libro en la revista 7 de 7.net.