Por Laura Crespillo
“Ser o no ser honesto, eso es lo virtuoso”
Entrar en el juego de la comedia inglesa es lo que hace que el espectador disfrute de la obra "La importancia de llamarse Ernesto" (actualmente en cartelera en el Teatro La Latina de Madrid), desde el principio hasta el final.
Esta adaptación de la obra de Óscar Wilde consigue actualizar la comedia para hacerla mucho más cercana, sin dejar de tener ese “toque de humor inglés” del que hablamos desde el principio.
Los juegos de palabras, las entradas y salidas de personajes, el equívoco continuo de los susodichos debido al cambio de nombres por el de Ernesto (queriendo así conseguir el “amor” de las damiselas)… nos llevan de la ciudad al campo con pequeñas transiciones y una sencillez de escenografías que bien merece un aplauso.
Todos los actores están bien en su papel, pero me gustaría hacer una mención especial a Lady Bracknell, interpretado por Yolanda Ulloa: cada vez que entraba ella en escena se revolucionaba el escenario y el patio de butacas. La energía que transmite esta mujer es indescriptible, quizá sobra algún movimiento soez que hace en escena para intentar sacar ese “chiste fácil de referencia cinematográfica” (Instinto básico), cuando la elegancia que debe mantener un personaje así se torna casi necesaria.
Sobre las tablas tenemos una Gwendolen, interpretada por Ana Ruiz, a lo Alicia en el país de las maravillas, loca, imaginativa, fuera de sí. Su “ser o no ser” va más allá de su cuerpo pero está dentro del personaje que representa.
Su contrapunto, Cecilia, que está interpretada por Ana Cerdeiriña, guardando “en teoría” las composturas, arreglada siempre, con sus buenas formas, sumamente educada… en el fondo una Gwendolen atrapada en un corsé que no puede resistir la llamada de Ernesto.
Y los dos varones, con sus dobles vidas, el mundo de las apariencias llevado al extremo, al principio nos parece que la ciudad es el mundo real y luego nos lo parece el campo, nada parece lo que es… Se habla continuamente de qué es lo virtuoso, ¿ser honesto es virtuoso? ¿Llamándose uno Ernesto lo es? El azar querrá que años de mentiras aparenten ser verdad. ¿Es eso lo virtuoso?
Daniel Muriel (Jack) y Fran Nortes (Algernoon) son los dos protagonistas que albergan dentro de su corazón el nombre de Ernesto, los tres papeles: Jack, Algernoon y Ernesto están bien interpretados, destacando el de Ernesto, cada uno lo lleva a su manera y se retroalimentan para enriquecer este personaje tan utilizado a lo largo de la comedia.
Con esta obra, su director, Gabriel Olivares ha hecho un buen trabajo, al igual que sus adaptadores, Daniel Pérez y Eduardo Galán, consiguiendo un trabajo de calidad a la vez que cercano para el gran público. Hoy en día resulta curioso conseguir un éxito como éste sin que sea un gran espectáculo musical recargado con una escenografía magna. ¡Enhorabuena!
FICHA DE LA OBRA
Título: La importancia de llamarse Ernesto
Autor: Oscar Wilde.
Dirección: Gabriel Olivares.
Adaptación: Daniel Pérez y Eduardo Galán.
Escenografía: Anna Tussel.
Vestuario: Vicente Soler.
Iluminación: Alfonso Postigo.
Interpretación: Yolanda Ulloa, Ana Cerdeiriña, Daniel Muriel, Ana Ruiz y Fran Nortes.
Producción: Secuencia 3, El Reló producciones y Última fila.
Página web: www.laimportanciadellamarseernesto.com
Laura Crespillo es escritora, autora de numerosas obras y adaptaciones de obras teatrales para niños. Su página web es: crespilloescritora.blogspot.com/
“Ser o no ser honesto, eso es lo virtuoso”
Entrar en el juego de la comedia inglesa es lo que hace que el espectador disfrute de la obra "La importancia de llamarse Ernesto" (actualmente en cartelera en el Teatro La Latina de Madrid), desde el principio hasta el final.
Esta adaptación de la obra de Óscar Wilde consigue actualizar la comedia para hacerla mucho más cercana, sin dejar de tener ese “toque de humor inglés” del que hablamos desde el principio.
Los juegos de palabras, las entradas y salidas de personajes, el equívoco continuo de los susodichos debido al cambio de nombres por el de Ernesto (queriendo así conseguir el “amor” de las damiselas)… nos llevan de la ciudad al campo con pequeñas transiciones y una sencillez de escenografías que bien merece un aplauso.
Todos los actores están bien en su papel, pero me gustaría hacer una mención especial a Lady Bracknell, interpretado por Yolanda Ulloa: cada vez que entraba ella en escena se revolucionaba el escenario y el patio de butacas. La energía que transmite esta mujer es indescriptible, quizá sobra algún movimiento soez que hace en escena para intentar sacar ese “chiste fácil de referencia cinematográfica” (Instinto básico), cuando la elegancia que debe mantener un personaje así se torna casi necesaria.
Sobre las tablas tenemos una Gwendolen, interpretada por Ana Ruiz, a lo Alicia en el país de las maravillas, loca, imaginativa, fuera de sí. Su “ser o no ser” va más allá de su cuerpo pero está dentro del personaje que representa.
Su contrapunto, Cecilia, que está interpretada por Ana Cerdeiriña, guardando “en teoría” las composturas, arreglada siempre, con sus buenas formas, sumamente educada… en el fondo una Gwendolen atrapada en un corsé que no puede resistir la llamada de Ernesto.
Y los dos varones, con sus dobles vidas, el mundo de las apariencias llevado al extremo, al principio nos parece que la ciudad es el mundo real y luego nos lo parece el campo, nada parece lo que es… Se habla continuamente de qué es lo virtuoso, ¿ser honesto es virtuoso? ¿Llamándose uno Ernesto lo es? El azar querrá que años de mentiras aparenten ser verdad. ¿Es eso lo virtuoso?
Daniel Muriel (Jack) y Fran Nortes (Algernoon) son los dos protagonistas que albergan dentro de su corazón el nombre de Ernesto, los tres papeles: Jack, Algernoon y Ernesto están bien interpretados, destacando el de Ernesto, cada uno lo lleva a su manera y se retroalimentan para enriquecer este personaje tan utilizado a lo largo de la comedia.
Con esta obra, su director, Gabriel Olivares ha hecho un buen trabajo, al igual que sus adaptadores, Daniel Pérez y Eduardo Galán, consiguiendo un trabajo de calidad a la vez que cercano para el gran público. Hoy en día resulta curioso conseguir un éxito como éste sin que sea un gran espectáculo musical recargado con una escenografía magna. ¡Enhorabuena!
FICHA DE LA OBRA
Título: La importancia de llamarse Ernesto
Autor: Oscar Wilde.
Dirección: Gabriel Olivares.
Adaptación: Daniel Pérez y Eduardo Galán.
Escenografía: Anna Tussel.
Vestuario: Vicente Soler.
Iluminación: Alfonso Postigo.
Interpretación: Yolanda Ulloa, Ana Cerdeiriña, Daniel Muriel, Ana Ruiz y Fran Nortes.
Producción: Secuencia 3, El Reló producciones y Última fila.
Página web: www.laimportanciadellamarseernesto.com
Laura Crespillo es escritora, autora de numerosas obras y adaptaciones de obras teatrales para niños. Su página web es: crespilloescritora.blogspot.com/