Por Rocío Cerón
I.
Doblado el brazo, el arma a las espaldas, inseparable de esta casa –que es mi
dolencia- llevo lo que queda / lo que se va / lo que se entume hasta
la alta cima –canícula- donde habitan los violentos.
Durante cierto aroma a ráfaga entreveo la Belleza:
- pólvora sangre hedor de vísceras- Un cuerpo infante / un infante
deshecho de cuerpo
y solo / hechizado / siento palpo la superficie herida.
II.
Mi madre entraba en la cocina, en busca siempre del comino, una pierna de
cerdo esplendía entre el estanque dorado del vinagre, entre comisura y
comisura esta mujer (pecho, amor y leche tierna) susurraba una frase:
- La guerra nace del hambre. No importa de qué. La guerra
nace del hambre. No importa de qué. La guerra.
Mientras yo recorría con la mirada los pliegues de su falda
/ la promesa de sus piernas mundo / el regreso hacia su cuerpo patria
y en las calles dormitaba una ciudad – presagio
de la furia – sumida en el asalto de una líquida modernidad donde todo se
figura y nada toma forma.
Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972) ha publicado los libros de poesía "Estas manos" (Mixcóatl, 1997), "Litoral" (Ediciones filodecaba- llos, 2001), "Basalto" (ESN-CONACULTA, 2002) y "Soma" (Ediciones Eloísa, Buenos Aires, 2003). Es además coautora de "El decir y el vértigo. Panorama reciente de la poesía hispanoamericana (1965-1979)". Obtuvo el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2000, en el género de poesía. Es confundadora de Motín Poeta y editora de Ediciones El billar de Lucrecia. Más información en su blog . Los poemas que aquí reproducimos han sido tomados de "Soda Cáustica, cinco poetas latinoamericanos", cuaderno editado en 2009 por la Fundación Inquietudes y la Asociación Poética Caudal, a partir de un proyecto impulsado por Víktor Gómez, Ana María Espinosa Gutiérrez y Julio Obeso González.
I.
Doblado el brazo, el arma a las espaldas, inseparable de esta casa –que es mi
dolencia- llevo lo que queda / lo que se va / lo que se entume hasta
la alta cima –canícula- donde habitan los violentos.
Durante cierto aroma a ráfaga entreveo la Belleza:
- pólvora sangre hedor de vísceras- Un cuerpo infante / un infante
deshecho de cuerpo
y solo / hechizado / siento palpo la superficie herida.
II.
Mi madre entraba en la cocina, en busca siempre del comino, una pierna de
cerdo esplendía entre el estanque dorado del vinagre, entre comisura y
comisura esta mujer (pecho, amor y leche tierna) susurraba una frase:
- La guerra nace del hambre. No importa de qué. La guerra
nace del hambre. No importa de qué. La guerra.
Mientras yo recorría con la mirada los pliegues de su falda
/ la promesa de sus piernas mundo / el regreso hacia su cuerpo patria
y en las calles dormitaba una ciudad – presagio
de la furia – sumida en el asalto de una líquida modernidad donde todo se
figura y nada toma forma.
Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972) ha publicado los libros de poesía "Estas manos" (Mixcóatl, 1997), "Litoral" (Ediciones filodecaba- llos, 2001), "Basalto" (ESN-CONACULTA, 2002) y "Soma" (Ediciones Eloísa, Buenos Aires, 2003). Es además coautora de "El decir y el vértigo. Panorama reciente de la poesía hispanoamericana (1965-1979)". Obtuvo el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2000, en el género de poesía. Es confundadora de Motín Poeta y editora de Ediciones El billar de Lucrecia. Más información en su blog . Los poemas que aquí reproducimos han sido tomados de "Soda Cáustica, cinco poetas latinoamericanos", cuaderno editado en 2009 por la Fundación Inquietudes y la Asociación Poética Caudal, a partir de un proyecto impulsado por Víktor Gómez, Ana María Espinosa Gutiérrez y Julio Obeso González.