Ficha Técnica
Título: Momentos estelares en el pensamiento cristiano. Escritos sobre religión y filosofía
Autor: Manuel Fraijó Nieto
Edita: Editorial Trotta, Madrid, 2024
Colección: Estructuras y Procesos
Serie: Religión
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 320
ISBN: 978-84-1364-251-2
Precio: 22 euros
Nos encontramos ante un libro pensamos que necesario en la bibliografía de Manuel Fraijó. Un libro que nos permite varias aproximaciones tanto al autor como a su obra y, sobre todo, su pensamiento.
Podríamos abordar este texto partiendo desde una sana curiosidad intelectual. No en vano Fraijó es una firma insoslayable en el panorama de la filosofía y la teología del momento. Si esta fuera la motivación para el acercamiento a estas páginas, no saldríamos defraudados: dentro de su sencillez expositiva, no exenta de elegante redacción, se nos ofrece material de reflexión.
Pero igualmente la aproximación a la obra se podría producir arrancando desde la academia, es decir, sometiendo su lectura al análisis de un texto universitario, pues sus páginas cuentan con abundantes párrafos referidos a la filosofía de la religión y, por ende, de la propia filosofía.
Otro arrimo posible sería la condición de cristiano, abarcando no solo el catolicismo sino también, y ampliamente, a variadas corrientes protestantes. Como religiones que, como tales, pretenden aportar respuestas a las más profundas inquietudes del ser, no pueden ausentarse de un libro en el que filosofía y religión se dan la mano frecuentemente.
Finalmente, podemos buscar en la lectura de este libro una respuesta personal a quien, inquieto por las grandes preguntas del ser, busca un atajo que le conduzca a soluciones que aquieten su desasosiego. Se trata de ahorrar el arduo trabajo de estudio, lectura y reflexión que alguien, con las condiciones y capacidades de Manuel Fraijó ha desarrollado a lo largo de su trayectoria vital, y que ahora nos pone al alcance de la mano exponiendo, de manera concreta y comprimida ese zumo de conocimientos y vivencias que ha exprimido para volcarlo en estas páginas. El autor ofrece, pues, con la modestia y sencillez de que siempre ha dado muestras, los límites que ha logrado tras tantos años de dedicación y reflexión.
Cualquiera de estas aproximaciones obtendrá su recompensa al culminar la lectura. Quizás no encuentre la respuesta que calmaría su sed de saber y comprender; es probable. El resultado que ofrece el autor es el que él ha logrado. Pero es que no hay nada más allá: eso es todo. Es una meta a la que ha llegado la extensa nómina de eximios filósofos y teólogos que aparecen en el texto; todos han arribado a la última frontera, más allá de ella todo son posibilidades, desde la nada más absoluta hasta la culminación de la más luminosa de las esperanzas.
Bloques
Los planteamientos del autor se plasman en cuatro grandes bloques. Uno primero lo constituyen artículos de prensa y conferencias. Son los primeros algo más breves, pero con la ventaja de que desarrollan un asunto en el espacio que permiten los tabloides; las segundas, las conferencias, despliegan igualmente un tema, aunque con una extensión mayor y pensadas para ser pronunciadas de viva voz ante un auditorio que se supone interesado en la materia.
Un segundo bloque lo copan las entrevistas; entrevistas que le realizaron a Fraijó y en las que aborda, a veces, más de un tema o, en su caso, una sola cuestión a la que se añaden otras anexas que colaboran en la comprensión de lo que se expone.
Tercer bloque. Son obituarios de algunos de sus amigos, también filósofos. ¿Tienen sentido dentro de la obra? Se trata de otros intelectuales, no siempre concordantes con los planteamientos del autor, pero sí con su postura de búsqueda, apoyada en el andamiaje de la razón. Ellos, los fallecidos, también habían llegado a la frontera y, además, la han traspasado. No dan la respuesta, pero sí muestran el lado humano de Fraijó cuando se enfrenta a la realidad última.
El último bloque es un apéndice: un epílogo. ¿Hemos llegado al absurdo de la existencia? No; queda la esperanza.
Es evidente la dificultad de reseñar una obra de este tipo con tan variada presentación. Por ello, seleccionaremos un capítulo de cada uno de los bloques descritos y, sobre él, se harán las consideraciones.
Artículos y conferencias
Quizás, por el hilo conductor de la obra, sería más apropiado abordar la conferencia sobre el sufrimiento, que culmina en la muerte. Pese a ello, por lo destacada que es la experiencia personal que se narra en el artículo “¿Solo una hamaca vacía?”, la decisión se decanta por este capítulo.
Un prestigioso teólogo protestante alemán pronunció una conferencia en Madrid sobre la muerte, sin mencionar la pervivencia tras ella que proclaman el cristianismo y otras religiones. Fraijó preguntó insistentemente al conferenciante sobre este particular, aduciendo argumentos bíblicos y de otros importantes doctores en teología. Eludía el interpelado la respuesta hasta que, ante la persistencia para que lo abordara, optó por narrar cómo había perdido a su hijo. Era un joven que sufrió una enfermedad larga y dolorosa, que soportaba en una hamaca en la que se sentaba en su jardín. Una hamaca que permanece vacía.
“Todo ello, su novia, los hijos de su novia, el jardín, la hamaca, ya vacía, y un montón de recuerdos es lo que queda de mi hijo. A esas realidades se reduce su nueva vida, por la que usted al parecer tanto se interesa”. Un hombre enfrentado a la desesperación, a la esperanza o a la resignación. Y discurre Fraijó que nuestro ámbito occidental raramente se ha contentado con el mero recuerdo, mostrándose insumiso ante la muerte.
Reflexiona el autor, con apoyo en la historia, en filósofos, cómo las religiones, en especial las monoteístas, son reacias al relato de la “hamaca vacía”: siempre han ofrecido su palabra de honor de que, tras la muerte, hay más vida. Advirtiendo, eso sí, de que las religiones no informan de lo que saben, sino de lo que creen.
Entrevistas
Del capítulo de las entrevistas, merece especial atención el que titula “Una religión pensada y sentida”. Aunque en ella se abordan diferentes aspectos, quizás uno de los más relevantes es el de su necesidad.
Pero ¿qué religión? Habla de que la religión no debe de hacer ascos a la crítica. Es necesario, dice, que la religión, las religiones, se arrimen a la razón para evitar los timos que ensombrecen su historia. No es bastante una repetición literal del mensaje de sus fundadores y sus documentos originarios; se precisa aplicarles la filosofía: un pensamiento crítico, abierto, no dogmático y rigurosamente argumentativo.
Es preguntado si se puede vivir sin religión. La respuesta la basa en Kant, en sus tres preguntas fundantes; qué podemos saber, es decir, la importancia del conocimiento. Qué tenemos que hacer, que nos lleva al campo de la ética. Y qué nos cabe esperar, dominio de la religión que se abre a la esperanza. Antes, era la ética la que sobrevivía a la sombra de la religión; hoy, las tornas se han cambiado.
¿Y vivir sin Dios? “Es bien ‘normal’ vivir como si Dios no existiera, sin ni siquiera experimentar su ausencia como una herida; pero algunos -nunca sabremos cuántos- vivimos con el anhelo de que exista”.
Son solo dos pinceladas de esta larga entrevista pero que dan idea del pensamiento de Fraijó sobre estos particulares.
Adiós a los amigos
El penúltimo bloque, destinado a los obituarios de amigos muy queridos del autor en su fallecimiento, toma fundamentalmente el estilo epistolar. Dirige sus cartas a Quintín Racionero, Jacinto Rivera de Rosales Chacón y Javier Muguerza; y, en forma de artículo algo más extenso, se refiere a Juan José Sánchez Bernal.
Son textos muy sentidos que dejan entrever el dolor que estas separaciones producen en el autor, unido a la admiración, respeto y afecto que profesa a quienes ya partieron más allá de la última frontera.
Pero tienen un sentido especial. A lo largo de las páginas del libro, como tema recurrente, siempre ha aparecido el sufrimiento, la muerte y la esperanza en un más allá que la religión nos promete. Fraijó se acerca, con todo su bagaje intelectual, cultural, de sabiduría y reflexión a ese borde de la existencia y ya de una forma de alguna manera experimental; no en vano afirma que todos morimos un poco cuando se nos va alguien a quien queremos. “La muerte propia no irrumpe de sopetón, viene largamente preparada por las muertes de los seres queridos que se nos adelantaron”, nos dice.
Nos queda la esperanza
Pero el último capítulo es como una respuesta a todo el planteamiento de la obra; lo dedica a la esperanza. Una esperanza que no es vana, endeble por carecer de un andamiaje sólido. No. Recurre a Jürgen Moltmann, quien tanto reflexionara y cimentara la posibilidad de un “algo” más allá. Para un cristiano, esa esperanza tiene su base en la resurrección de Jesús, resurrección que solo podemos asegurar, gesticular, pero no probar.
Y es Aranguren quien pone punto final al libro: “La otra esperanza, la final, la que denominamos ‘resurrección de los muertos’, conviene, si no se posee la fe filial y confiada de Moltmann, dejarla en puntos suspensivos”.
Concluyendo
¿Encontraremos respuestas, en esta obra, a las diferentes aproximaciones que sugeríamos? Esperamos que tanto intelectuales como académicos hallarán en estas páginas suficientes argumentaciones históricas, filosóficas religiosas, esgrimidas por prominentes figuras del pensamiento humano a lo largo de la historia para, cuando menos, poder aceptar que quienes defienden posturas no materialista ni cientificistas, no carecen de un racional y razonable fundamento para su creencia.
Por su parte, los cristianos y quienes se hallan en búsqueda de un sentido final a su existir, no hallarán una respuesta apodíctica; no existe un argumento absoluto que proporcione seguridad total; no. Encontrarán la humilde confesión de quien ha llegado lo más lejos que es posible y que hace suyo el pensamiento de Pascal ante el sufrimiento humano: no es posible que Dios exista; es imposible que Dios no exista. Dios guarda silencio ante el dolor humano, pero la humanidad no puede soportar que las injusticias y barbaries que sufren sus más débiles hijos quede impune. Se puede aplicar a Fraijó lo que decía el cardenal Newman: “la fe es la capacidad de soportar dudas”.
Por todo lo demás, este libro no requiere de una lectura lineal; el lector puede acceder a aquellos apartados que considere más de su interés; en cada uno de ellos encontrará una reflexión que, con toda probabilidad, le satisfará.
No es obra de difícil comprensión. Manuel Fraijó utiliza un lenguaje muy asequible a la par que elegante, que atrapa al lector de manera que le cueste abandonar la lectura.
Índice
Introducción
ARTÍCULOS Y CONFERENCIAS
Carboneros ilustrados
Retorno a Wittenberg
¿Adiós al alma?
La invitación de Martín Lutero
Otra vez es noviembre
¿Por qué no lo hablamos?
¿Solo una hamaca vacía?
La mirada crítica y necesaria de Hans Küng
Judíos y conversos en la España cristiana
La Iglesia cristiana de los concilios de Nicea y Constantinopla
Estoicismo
Epicureísmo y escepticismo
Jansenio y el jansenismo
El catolicismo en la segunda mitad del siglo XIX
El protestantismo en la segunda mitad del siglo XIX
El concilio Vaticano II
El amor y sus concreciones
Ersnt Bloch, retrato breve
Cómo interpretar la Palabra de Dios ante el sufrimiento actual
Javier Muguerza ante la Filosofía de la religión
ENTREVISTAS
¿Posibles escenarios más allá de la muerte?
En la muerte de Hans Küng
Víctimas y verdugos
Una religión pensada y sentida
EN RECUERDO DE LOS AMIGOS
Quintín Racionero
Jacinto Rivera de Rosales Chacón
Javier Muguerza
Juan José Sánchez Bernal
EPÍLOGO
Jürgen Moltmann: elogio de la esperanza
Índice de nombres
Índice general
Título: Momentos estelares en el pensamiento cristiano. Escritos sobre religión y filosofía
Autor: Manuel Fraijó Nieto
Edita: Editorial Trotta, Madrid, 2024
Colección: Estructuras y Procesos
Serie: Religión
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 320
ISBN: 978-84-1364-251-2
Precio: 22 euros
Nos encontramos ante un libro pensamos que necesario en la bibliografía de Manuel Fraijó. Un libro que nos permite varias aproximaciones tanto al autor como a su obra y, sobre todo, su pensamiento.
Podríamos abordar este texto partiendo desde una sana curiosidad intelectual. No en vano Fraijó es una firma insoslayable en el panorama de la filosofía y la teología del momento. Si esta fuera la motivación para el acercamiento a estas páginas, no saldríamos defraudados: dentro de su sencillez expositiva, no exenta de elegante redacción, se nos ofrece material de reflexión.
Pero igualmente la aproximación a la obra se podría producir arrancando desde la academia, es decir, sometiendo su lectura al análisis de un texto universitario, pues sus páginas cuentan con abundantes párrafos referidos a la filosofía de la religión y, por ende, de la propia filosofía.
Otro arrimo posible sería la condición de cristiano, abarcando no solo el catolicismo sino también, y ampliamente, a variadas corrientes protestantes. Como religiones que, como tales, pretenden aportar respuestas a las más profundas inquietudes del ser, no pueden ausentarse de un libro en el que filosofía y religión se dan la mano frecuentemente.
Finalmente, podemos buscar en la lectura de este libro una respuesta personal a quien, inquieto por las grandes preguntas del ser, busca un atajo que le conduzca a soluciones que aquieten su desasosiego. Se trata de ahorrar el arduo trabajo de estudio, lectura y reflexión que alguien, con las condiciones y capacidades de Manuel Fraijó ha desarrollado a lo largo de su trayectoria vital, y que ahora nos pone al alcance de la mano exponiendo, de manera concreta y comprimida ese zumo de conocimientos y vivencias que ha exprimido para volcarlo en estas páginas. El autor ofrece, pues, con la modestia y sencillez de que siempre ha dado muestras, los límites que ha logrado tras tantos años de dedicación y reflexión.
Cualquiera de estas aproximaciones obtendrá su recompensa al culminar la lectura. Quizás no encuentre la respuesta que calmaría su sed de saber y comprender; es probable. El resultado que ofrece el autor es el que él ha logrado. Pero es que no hay nada más allá: eso es todo. Es una meta a la que ha llegado la extensa nómina de eximios filósofos y teólogos que aparecen en el texto; todos han arribado a la última frontera, más allá de ella todo son posibilidades, desde la nada más absoluta hasta la culminación de la más luminosa de las esperanzas.
Bloques
Los planteamientos del autor se plasman en cuatro grandes bloques. Uno primero lo constituyen artículos de prensa y conferencias. Son los primeros algo más breves, pero con la ventaja de que desarrollan un asunto en el espacio que permiten los tabloides; las segundas, las conferencias, despliegan igualmente un tema, aunque con una extensión mayor y pensadas para ser pronunciadas de viva voz ante un auditorio que se supone interesado en la materia.
Un segundo bloque lo copan las entrevistas; entrevistas que le realizaron a Fraijó y en las que aborda, a veces, más de un tema o, en su caso, una sola cuestión a la que se añaden otras anexas que colaboran en la comprensión de lo que se expone.
Tercer bloque. Son obituarios de algunos de sus amigos, también filósofos. ¿Tienen sentido dentro de la obra? Se trata de otros intelectuales, no siempre concordantes con los planteamientos del autor, pero sí con su postura de búsqueda, apoyada en el andamiaje de la razón. Ellos, los fallecidos, también habían llegado a la frontera y, además, la han traspasado. No dan la respuesta, pero sí muestran el lado humano de Fraijó cuando se enfrenta a la realidad última.
El último bloque es un apéndice: un epílogo. ¿Hemos llegado al absurdo de la existencia? No; queda la esperanza.
Es evidente la dificultad de reseñar una obra de este tipo con tan variada presentación. Por ello, seleccionaremos un capítulo de cada uno de los bloques descritos y, sobre él, se harán las consideraciones.
Artículos y conferencias
Quizás, por el hilo conductor de la obra, sería más apropiado abordar la conferencia sobre el sufrimiento, que culmina en la muerte. Pese a ello, por lo destacada que es la experiencia personal que se narra en el artículo “¿Solo una hamaca vacía?”, la decisión se decanta por este capítulo.
Un prestigioso teólogo protestante alemán pronunció una conferencia en Madrid sobre la muerte, sin mencionar la pervivencia tras ella que proclaman el cristianismo y otras religiones. Fraijó preguntó insistentemente al conferenciante sobre este particular, aduciendo argumentos bíblicos y de otros importantes doctores en teología. Eludía el interpelado la respuesta hasta que, ante la persistencia para que lo abordara, optó por narrar cómo había perdido a su hijo. Era un joven que sufrió una enfermedad larga y dolorosa, que soportaba en una hamaca en la que se sentaba en su jardín. Una hamaca que permanece vacía.
“Todo ello, su novia, los hijos de su novia, el jardín, la hamaca, ya vacía, y un montón de recuerdos es lo que queda de mi hijo. A esas realidades se reduce su nueva vida, por la que usted al parecer tanto se interesa”. Un hombre enfrentado a la desesperación, a la esperanza o a la resignación. Y discurre Fraijó que nuestro ámbito occidental raramente se ha contentado con el mero recuerdo, mostrándose insumiso ante la muerte.
Reflexiona el autor, con apoyo en la historia, en filósofos, cómo las religiones, en especial las monoteístas, son reacias al relato de la “hamaca vacía”: siempre han ofrecido su palabra de honor de que, tras la muerte, hay más vida. Advirtiendo, eso sí, de que las religiones no informan de lo que saben, sino de lo que creen.
Entrevistas
Del capítulo de las entrevistas, merece especial atención el que titula “Una religión pensada y sentida”. Aunque en ella se abordan diferentes aspectos, quizás uno de los más relevantes es el de su necesidad.
Pero ¿qué religión? Habla de que la religión no debe de hacer ascos a la crítica. Es necesario, dice, que la religión, las religiones, se arrimen a la razón para evitar los timos que ensombrecen su historia. No es bastante una repetición literal del mensaje de sus fundadores y sus documentos originarios; se precisa aplicarles la filosofía: un pensamiento crítico, abierto, no dogmático y rigurosamente argumentativo.
Es preguntado si se puede vivir sin religión. La respuesta la basa en Kant, en sus tres preguntas fundantes; qué podemos saber, es decir, la importancia del conocimiento. Qué tenemos que hacer, que nos lleva al campo de la ética. Y qué nos cabe esperar, dominio de la religión que se abre a la esperanza. Antes, era la ética la que sobrevivía a la sombra de la religión; hoy, las tornas se han cambiado.
¿Y vivir sin Dios? “Es bien ‘normal’ vivir como si Dios no existiera, sin ni siquiera experimentar su ausencia como una herida; pero algunos -nunca sabremos cuántos- vivimos con el anhelo de que exista”.
Son solo dos pinceladas de esta larga entrevista pero que dan idea del pensamiento de Fraijó sobre estos particulares.
Adiós a los amigos
El penúltimo bloque, destinado a los obituarios de amigos muy queridos del autor en su fallecimiento, toma fundamentalmente el estilo epistolar. Dirige sus cartas a Quintín Racionero, Jacinto Rivera de Rosales Chacón y Javier Muguerza; y, en forma de artículo algo más extenso, se refiere a Juan José Sánchez Bernal.
Son textos muy sentidos que dejan entrever el dolor que estas separaciones producen en el autor, unido a la admiración, respeto y afecto que profesa a quienes ya partieron más allá de la última frontera.
Pero tienen un sentido especial. A lo largo de las páginas del libro, como tema recurrente, siempre ha aparecido el sufrimiento, la muerte y la esperanza en un más allá que la religión nos promete. Fraijó se acerca, con todo su bagaje intelectual, cultural, de sabiduría y reflexión a ese borde de la existencia y ya de una forma de alguna manera experimental; no en vano afirma que todos morimos un poco cuando se nos va alguien a quien queremos. “La muerte propia no irrumpe de sopetón, viene largamente preparada por las muertes de los seres queridos que se nos adelantaron”, nos dice.
Nos queda la esperanza
Pero el último capítulo es como una respuesta a todo el planteamiento de la obra; lo dedica a la esperanza. Una esperanza que no es vana, endeble por carecer de un andamiaje sólido. No. Recurre a Jürgen Moltmann, quien tanto reflexionara y cimentara la posibilidad de un “algo” más allá. Para un cristiano, esa esperanza tiene su base en la resurrección de Jesús, resurrección que solo podemos asegurar, gesticular, pero no probar.
Y es Aranguren quien pone punto final al libro: “La otra esperanza, la final, la que denominamos ‘resurrección de los muertos’, conviene, si no se posee la fe filial y confiada de Moltmann, dejarla en puntos suspensivos”.
Concluyendo
¿Encontraremos respuestas, en esta obra, a las diferentes aproximaciones que sugeríamos? Esperamos que tanto intelectuales como académicos hallarán en estas páginas suficientes argumentaciones históricas, filosóficas religiosas, esgrimidas por prominentes figuras del pensamiento humano a lo largo de la historia para, cuando menos, poder aceptar que quienes defienden posturas no materialista ni cientificistas, no carecen de un racional y razonable fundamento para su creencia.
Por su parte, los cristianos y quienes se hallan en búsqueda de un sentido final a su existir, no hallarán una respuesta apodíctica; no existe un argumento absoluto que proporcione seguridad total; no. Encontrarán la humilde confesión de quien ha llegado lo más lejos que es posible y que hace suyo el pensamiento de Pascal ante el sufrimiento humano: no es posible que Dios exista; es imposible que Dios no exista. Dios guarda silencio ante el dolor humano, pero la humanidad no puede soportar que las injusticias y barbaries que sufren sus más débiles hijos quede impune. Se puede aplicar a Fraijó lo que decía el cardenal Newman: “la fe es la capacidad de soportar dudas”.
Por todo lo demás, este libro no requiere de una lectura lineal; el lector puede acceder a aquellos apartados que considere más de su interés; en cada uno de ellos encontrará una reflexión que, con toda probabilidad, le satisfará.
No es obra de difícil comprensión. Manuel Fraijó utiliza un lenguaje muy asequible a la par que elegante, que atrapa al lector de manera que le cueste abandonar la lectura.
Índice
Introducción
ARTÍCULOS Y CONFERENCIAS
Carboneros ilustrados
Retorno a Wittenberg
¿Adiós al alma?
La invitación de Martín Lutero
Otra vez es noviembre
¿Por qué no lo hablamos?
¿Solo una hamaca vacía?
La mirada crítica y necesaria de Hans Küng
Judíos y conversos en la España cristiana
La Iglesia cristiana de los concilios de Nicea y Constantinopla
Estoicismo
Epicureísmo y escepticismo
Jansenio y el jansenismo
El catolicismo en la segunda mitad del siglo XIX
El protestantismo en la segunda mitad del siglo XIX
El concilio Vaticano II
El amor y sus concreciones
Ersnt Bloch, retrato breve
Cómo interpretar la Palabra de Dios ante el sufrimiento actual
Javier Muguerza ante la Filosofía de la religión
ENTREVISTAS
¿Posibles escenarios más allá de la muerte?
En la muerte de Hans Küng
Víctimas y verdugos
Una religión pensada y sentida
EN RECUERDO DE LOS AMIGOS
Quintín Racionero
Jacinto Rivera de Rosales Chacón
Javier Muguerza
Juan José Sánchez Bernal
EPÍLOGO
Jürgen Moltmann: elogio de la esperanza
Índice de nombres
Índice general
Notas sobre el autor
Manuel Fraijó Nieto nació en Guadalcázar, Córdoba, en 1941. Es catedrático emérito de Filosofía de la religión en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Es doctor en Filosofía y Teología y miembro de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones. Ha desarrollado una notable actividad como conferenciante en el ámbito de la Historia de la filosofía, de la Teología y de la Filosofía de la religión. También ha impartido cursos y conferencias en diversas universidades de América Latina. Su reflexión gira en torno al hecho religioso en general, con particular atención al cristianismo y a su figura central, Jesús de Nazaret. Especial interés ha dedicado a la relación entre fe y razón. Ha sido decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Es autor, en esta misma Editorial, de Filosofía de la religión. Estudios y textos (abril de 2013), Dios, el mal y otros ensayos (febrero de 2015), Avatares de la creencia en Dios (2016), El cristianismo. Una aproximación (marzo de 2019), Semblanzas de grandes pensadores (2020) y Filosofía de la religión. Historia, contenidos, perspectivas (mayo de 2022), así como del estudio introductorio a Variedades de la experiencia religiosa, de W. James (2017).
Manuel Fraijó Nieto nació en Guadalcázar, Córdoba, en 1941. Es catedrático emérito de Filosofía de la religión en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Es doctor en Filosofía y Teología y miembro de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones. Ha desarrollado una notable actividad como conferenciante en el ámbito de la Historia de la filosofía, de la Teología y de la Filosofía de la religión. También ha impartido cursos y conferencias en diversas universidades de América Latina. Su reflexión gira en torno al hecho religioso en general, con particular atención al cristianismo y a su figura central, Jesús de Nazaret. Especial interés ha dedicado a la relación entre fe y razón. Ha sido decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Es autor, en esta misma Editorial, de Filosofía de la religión. Estudios y textos (abril de 2013), Dios, el mal y otros ensayos (febrero de 2015), Avatares de la creencia en Dios (2016), El cristianismo. Una aproximación (marzo de 2019), Semblanzas de grandes pensadores (2020) y Filosofía de la religión. Historia, contenidos, perspectivas (mayo de 2022), así como del estudio introductorio a Variedades de la experiencia religiosa, de W. James (2017).