Reseñas

Historia de los papas

Juan Antonio Martínez de la Fe , 31/10/2022

Ficha Técnica

Título: Historia de los Papas
Autor: Diego Sola García
Edita: Fragmenta Editorial, Barcelona, 2022
Colección: Fragmentos
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 232
ISBN: 978-84-17796-54-9
Precio: 18,50 euros

La bibliografía sobre los Papas de Roma es amplia, por lo que una nueva obra que trate el tema puede despertar suspicacias en cuanto a su valor. Pese a ello, este libro que comentamos, de Diego Sola, se hace un hueco con todos los honores en ese extenso campo.

Y lo hace de una manera sumamente atractiva. Trata, fundamentalmente, de la influencia del papado en la cultura y la civilización occidental, destacando el papel desempeñado por muchos sumos pontífices a lo largo de los siglos, ofreciendo, además, el marco histórico, político y social en el que desarrollaron su pontificado.

Por otro lado, se vale de un estilo narrativo que engancha al lector desde las primeras líneas, haciendo costoso el tener que interrumpir la lectura. Y todo ello en un número de páginas que parecerían insuficientes para desarrollar el tema con la amplitud buscada y que merece. No recorre el autor vías secundarias, ni se distrae en circunstancias paralelas y probablemente curiosas: va a la esencia de su mensaje, con lo que consigue una obra bien estructurada y condensada.

Junto a la casa imperial japonesa, el papado es, quizás, la institución vigente más antigua del mundo, una institución humana con una finalidad trascendente.

Los inicios

Tras las persecuciones a que se vio sometido el cristianismo, pasó a ser una pieza clave en la estructura sociopolítica del imperio romano, lo que lleva al papado a ostentar un poder temporal que no siempre se conciliará bien con el poder espiritual. El responsable principal de tal relevancia social y política fue el emperador Constantino I, quien supo leer el momento histórico y “renovó la auctoritas imperial vinculándola al influyente papel del cristianismo”.

Sigue un proceso progresivo de afirmación de la primacía de los papas sobre otros líderes cristianos que miraban a Roma con recelos a veces o como una guía por la que discurrir aquellos tiempos de incertidumbre doctrinal. Un proceso en el que jugó un importante papel un falso documento , La donación de Constantino, en el que se refería el supuesto testamento imperial que hacía heredero al obispo de Roma de la ciudad, la provincia entera de Italia y las provincias occidentales del Imperio.

Basándose en ese documento, los obispos de Roma ejercerán un papel tutelar sobre las monarquías de Europa Occidental, que culminó en su conversión como autoridad indiscutible ante los débiles príncipes incapaces de contener a los países germánicos. Así las cosas, fue León I el primer obispo de Roma que firmaba como papa.

En sus primeros tiempos, los papas tuvieron que enfrentarse a dos cuestiones primordiales: la convivencia con los monarcas de origen germánico y la defensa de su primacía frente a Constantinopla.

Esta convivencia con los monarcas germánicos no fue siempre fácil, ya que estos pretendieron arrogarse la potestad de designar a los nuevos pontífices e, incluso, a los obispos de las diócesis nacionales, lo que dio origen a la conocida como querella de las investiduras.

Situación que desembocó en la reforma gregoriana, emprendida por Gregorio VII, quien emitió el documento conocido como Dictatus Papae, fundamento de la doctrina del papado hasta la Edad Moderna. En ese documento, se fijaba el origen divino de la autoridad y misión del papa y la infalibilidad del magisterio de la Iglesia: “que todos los príncipes tienen que besar los pies del Papa”, a quien “le es lícito deponer a los emperadores”; o “que la Iglesia romana no ha errado y no errará nunca”.

Poder terrenal

Supo el papado aprovechar las debilidades en el afianzamiento de los poderes políticos europeos, para asegurar su supremacía, pues era él, el vicario de Cristo, quien los legitimaba en sus aspiraciones.

Pero las naciones no siempre aceptaban de buen grado esa supremacía papal y no cejaron en su empeño de sacudirse ese dominio por diferentes vías; una de ellas fue la intervención en los cónclaves, de manera que el sumo pontífice que saliera elegio fuera proclive a los deseos de sus comendadores. Lo que derivó en el traslado de la sede petrina de Roma a Avignon; una crisis que emprendió una senda de empeoramiento hasta desembocar en la existencia simultánea de tres papas que se proclamaban, no sin razones, ser el auténtico sucesor de Pedro. Pero aun así, entre ellos no existían diferencias doctrinales, como sí sucedería con el paso del tiempo.

Llega así la época del Renacimiento y de la Ilustración. Pese a la decadencia moral por la que atravesaba la Iglesia, aún se le concedía al Papado el privilegio de una especie de arbitraje entre los países que pudieran estar en conflicto.

Sin embargo, esta situación de degradación promueve los movimientos reformistas en su seno, que culminan con las propuestas de Martín Lutero, que revientan con la polémica venta de las indulgencias.

Crisis doctrinal

Si hasta ahora el dominio temporal del Papa era el que se encontraba en declive, con los reformistas se precipita el cisma doctrinal y las guerras de religión. Por otro lado, el surgimiento del pensamiento humanista inspiró anhelos de libertad, que fueron creciendo pese a los esfuerzos por ahogarlos.

La reacción pontificia fue la de impulsar un absolutismo doctrinal, ante su pérdida de influencia global y el creciente menoscabo de su autoridad dentro de las iglesias nacionales. “En el siglo XVIII, el papado, consolidado como institución absoluta, tuvo que hacer frente a nuevos desafíos que ya no solo provenían del poder monárquico de los estados europeos católicos, sino también del ámbito de las ideas”.

Es la Ilustración la que, con su racionalismo y principios secularizadores, la que provoca un cuestionamiento interno, desde la propia sociedad civil católica e, incluso, posteriormente, de la propia religión. La Iglesia reacciona con su lucha contra el liberalismo y, posteriormente, el modernismo.

Así las cosas, al final de la Edad Moderna, el concepto de soberanía era claramente discutido y es un hecho la desacralización de la política. Ante el derrumbe de su poder terrenal, culminado con la pérdida de los Estados Vaticanos, en el mundo contemporáneo los papas centran sus esfuerzos en la misión religiosa.

Ello no implica una renuncia a exponer su doctrina en asuntos sociales que considera que deben de ser considerados a la luz de su propia visión. Una actitud que se manifiesta especialmente en tres fenómenos de la época: el liberalismo, la revolución industrial y los nacionalismos. Unos fenómenos que marcarán un nuevo papel del papado en el mundo, especialmente en lo que afecta a su doctrina social.

Finalmente, la constitución del Estado Vaticano dentro de Italia, culmina todo un largo proceso en el que el Papa mantiene su independencia de los poderes nacionales a la vez que conserva su supremacía en el campo que podríamos denominar espiritual.

Concluyendo

De manera magistral, Diego Sola recoge en esta obra la ascensión del papado desde los modestos orígenes de un cristianismo primitivo a un dominio en el mundo de la política internacional y de la pureza doctrinal, para comenzar un declive, primero en su poderío terrenal, para llegar a la actual situación de un debilitamiento de sus postulados tanto doctrinales como del propio hecho religioso.

El autor va describiendo, con el detalle necesario, cada uno de los pasos recorridos por el pontificado a lo largo de los siglos, significando aquellos papas que protagonizaron las diferentes etapas históricas. Luchas, injerencias, manipulaciones, desfilan por estas páginas, magníficamente entrelazadas y narradas con un estilo que atrapa al lector.

Dos apéndices cierran el texto, ambos del mayor interés. Uno es el listado de los obispos de Roma hasta la actualidad, con detalle de su nombre antes de asumir su importante misión. El segundo refiere, de forma cronológica, el papel jugado por diferentes sumos pontífices en los principales acontecimientos históricos. Todo ello hace de este libro un excelente manual al que acudir para contextualizar la presencia papal a lo largo de veinte siglos de historia.

Índice

Prefacio. Crisis

I. DE LOS ORÍGENES AL AUGE Y LA CRISIS MEDIEVAL
Origen de la primacía papal
El primitivo papado medieval
Primera gran crisis: los siglos IX y X
La reforma gregoriana
“Dios lo quiere”: hacia el dominio de la política europea
Los papas de Aviñón y la segunda gran crisis

II. DEL RENACIMIENTO A LOS TIEMPOS DE LA ILUSTRACIÓN
La crisis moral y espiritual de la Iglesia
El papado y el inicio de la Reforma
La respuesta de Roma
Los tiempos barrocos
La Ilustración
Revolución y persecución

III. EL PAPADO EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
El rehén de Napoleón
Pío IX: ¿de papa “bueno” a papa reaccionario?
La doctrina de la infalibilidad papal
León XIII y la doctrina social. Diálogo con la Modernidad
Las dos guerras mundiales y la recuperación de la independencia papal
Juan XXIII y la necesidad de aggiornamento
El papado durante y después del Concilio Vaticano II

Epílogo. Sin problemas no hay historia, no hay historia sin crisis

Anexos
Obispos de Roma y pontificados
Tabla cronológica: el papado en la historia






Notas sobre el autor

Diego Sola (Granollers, 1988) es doctor en historia moderna con premio extraordinario por la Universidad de Barcelona, donde actualmente es profesor lector y director del máster en Historia e Identidades en el Mediterráneo Occidental (siglos XV-XIX).

Sus principales intereses son el estudio de la espiritualidad y la cultura religiosa en época moderna, las mediaciones culturales en la monarquía hispánica y la historia de los misioneros ibéricos en Asia. Su tesis doctoral,  El cronista de China. Juan González de Mendoza, entre la misión, el imperio y la historia (Publicacions de la Universitat de Barcelona e Institut Confuci de Barcelona, 2018), ya trataba estas cuestiones.

La Historia de los papas que Fragmenta edita ahora no es la primera incursión de Sola en el campo de la divulgación de la historia de las religiones. En 2017 ya publicó Europa se desangra. Las guerras de religión (Bonalletra Alcompás-EMSE).



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