Reseñas

Filosofía de la religión. Historia, contenidos, perspectivas

Juan Antonio Martínez de la Fe , 14/12/2022

Ficha técnica

Título: Filosofía de la religión. Historia, contenidos, perspectivas
Autor: Manuel Fraijó
Edita: Editorial Trotta, Madrid, 2022
Colección: Estructuras y Procesos
Encuadernación: Tapa dura
Número de páginas: 584
ISBN: 978-84-1364-076-1
Precio: 22,99 euros

¿Es posible hablar de una filosofía de la religión? En otras palabras, ¿filosofía y religión no son términos incompatibles entre sí? El enfrentamiento, quizás innecesariamente fabricado, entre razón y fe no ha dejado de conjugar el presente de indicativo, pese a la cantidad de pretéritos de todo tipo que acumula.

Este libro, este extenso y profundo libro de Manuel Fraijó, trata de ello. La denominación Filosofía de la religión nos resulta novedosa, ciertamente. Pero es que, a lo largo de los siglos ha circulado con apelativos diversos e, incluso, sin un nombre propio con el que poder invocarla.

Según los tiempos que circularan en cada momento de la historia, el peso ha recaído veces en el campo de la religión, veces en el de la razón, hasta alcanzar esa necesaria y fructífera convivencia que nos propone Manuel Fraijó en su libro.

Para él es esta una obra necesaria. Necesitaba escribirla, para fortuna de los que hemos podido acceder a su contenido. Filosofía y religión ocuparon su mente desde sus primeras incursiones estudiantiles en estos temas. Durante tres décadas ha dedicado su docencia a esta materia; es lógico que se preguntara por un texto del que pudieran echar mano sus alumnos como guía y método durante su aprendizaje.

Hace ya varios lustros, cuando inició su camino docente de Filosofía de la religión, ya se preocupó por hallar ese texto básico y fundamental. Se encontró con un campo yermo, al menos en lo que se refería a sus objetivos docentes. Fue así como recurrió a quienes, ya destacados pensadores, fuesen capaces de contribuir con sus aportaciones a la siembra de un primer texto sobre este particular.

Ahora, el autor se lanza a una obra personal, fruto de su larga experiencia, de sus prolongadas indagaciones y reflexiones. Piensa él que, con ello, extingue una deuda de gratitud hacia la universidad y hacia la sociedad, por haberle permitido desarrollar esta actividad suya. Actitud que le honra, desde luego. Pero también los interesados en la Filosofía de la religión quedamos en deuda con él por esta obra. Ha condensado su larga trayectoria y amplios saberes en quinientas páginas que son pura esencia de su pensamiento. Probablemente, se le pueda aplicar la afirmación hegeliana de que los grandes hombres no son solo los grandes inventores, sino aquellos que cobraron conciencia de lo que era necesario.

Se abre el libro con un prólogo de Fraijó en el que expone qué le motivo a escribirlo y qué pretendía al hacerlo: “El principal objetivo es ofrecer información sobre los avatares de esta nueva disciplina […] El libro es, en este sentido, una pormenorizada narración de las peripecias de la reflexión filosófica sobre la religión”.

Seguidamente, en el mismo Prólogo, el autor nos explica sucintamente el contenido de cada capítulo del libro; algo importante ya que, antes de proceder a la lectura de cada uno de ellos, se puede contar con una visión de conjunto sobre sus contenidos. A este le sigue un estudio introductorio, a fin de poder escudriñar los prolegómenos de lo que ha devenido en filosofía de la religión.

Los precursores

Recorre el autor el pensamiento de precursores de la nueva disciplina, justificando la ausencia de varios de ellos: fundamentalmente, porque ya figuran en aquellos lejanos textos de los inicios en la docencia de Fraijó o en alguna de sus obras posteriores, singularmente en Semblanzas de grandes pensadores.

Pero inician su aparición en el texto tres autores que, reiteradamente, podemos encontrar a lo largo de este libro y que suponen tres modelos de filosofía de la religión: Kant, Hegel y Hume. Parte Hegel de lo Absoluto, mientras que Kant lo hace de la finitud humana y Hume muestra cierta conformidad con lo que hay, no está dispuesto a ver nada más que lo que observa.

La filosofía de la religión no hizo su aparición de manera espontánea o abrupta en un momento dado. Más bien surge como resultado del esfuerzo intelectual de muchos pensadores que fueron los precursores e iniciadores de esta disciplina, ya que el contenido de la realidad expresada sí era conocido por los primeros filósofos.

¿Quiénes desfilan por estas páginas en su calidad de precursores? Pues Ramón Sabunde, médico y teólogo catalán gracias a quien la filosofía medieval dejó de ser un todo compacto ya que fue quien primero separó el tratado filosófico de Dios del resto de las disciplinas escolásticas.

No menor importancia reclama Nicolás de Cusa, que plantea el tema de la pluralidad de religiones, colaborando en separar la teología natural de la revelada. Y no se puede desdeñar la obra de Leibniz quien, sin atacar la revelación, buscó compaginar revelación y razón. Más allá de Leibniz llegó su discípulo Christian Wolff que, lejos de conformarse con buscar la concordia entre fe y razón, osó a absolutizar la razón.

Asumen estas tendencias los neólogos protestantes, cuyas innovaciones afectaron a la práctica totalidad del universo cristiano, y los ilustrados alemanes, destacando la figura de Baumgarten, autor de una metafísica apoyada por completo en la filosofía de Wolff y que culmina en la teología natural.

Finalmente, nos encontramos con Lessing, crítico con la teología de su época y a la revelación cristiana, pero sin apartarse de la religión. También incluye esta nómina a Herder, batallador contra los excesos racionalistas como intento para suscitar el sentimiento religioso. Y aparece, finalmente, el creador del término Filosofía de la religión, Von Storchenau, defensor de la teología natural y autor de una ingente obra en doce tomos Die Philosophie der Religion.

A la búsqueda de una definición

¿Qué es, pues, Filosofía de la religión? A esta pregunta pretende dar respuesta el tercer capítulo de la obra, aunque, ya desde su arranque, nos advierte Fraijó de que “no pretendemos la imposible tarea de definir la Filosofía de la religión. Intentaremos, más bien, aproximarnos a ella mencionando acontecimientos y personas que influyeron en su nacimiento”.

Se detiene, seguidamente, en cuatro acontecimientos históricos y culturales de decisiva importancia para el surgir de la nueva disciplina. A cada uno de ellos, dedica merecida atención a lo largo de las varias páginas que ocupan la obra. El primero de ellos es el giro antropológico. De los dos polos de los que consta el universo religioso, Dios y el hombre, era aquel quien ocupaba el centro de la reflexión; pero ahora llega una basculación polar y es el hombre el que se adueña del espacio.

Es el segundo hecho el descubrimiento de otras religiones; la misión de la filosofía pasó a ser la reflexión sobre la inquietante realidad de la pluralidad de religiones. Y el tercer hecho es la quiebra del pensamiento dogmático: con la llegada de la Modernidad, la Biblia deja de ser un conjunto de libros claros y coherentes, quedando atorado el único canal de comunicación con Dios. Por último, el cuarto y trascendental hecho es el debilitamiento de la fe en Dios; Dios era el centro de todo, pero Dios ha muerto; y si los teólogos del siglo pasado reflexionaron ampliamente sobre él, la filosofía enmudeció y dejó de ocuparse del asunto y no parece claro, en opinión del autor, que vuelva a hacerlo en el futuro; máxime si se tiene en cuenta que la barbarie vivida en el siglo XX hace tambalearse la fe en Él.

¿Cómo definir, pues, la filosofía de la religión, emanada de las circunstancias históricas y culturales examinadas? Hay que echar mano de otras ramas del saber y, por supuesto, de grandes pensadores: Kant, Kolakowski, Rahner, Bloch… Todo ello para concluir que no es un gran temario lo que define a la filosofía de la religión, sino, más bien, un estilo, una manera de aproximarse al tema religión: libre, crítico, abierto, riguroso, sin ninguna atadura dogmática a ninguna religión revelada. Y se le asigna la tarea de la respuesta a las grandes preguntas, especialmente el sentido último de la vida y de la muerte.

Y, aunque todo lo expuesto no es reducible a una definición de la Filosofía de la religión, ensaya Fraijó la siguiente: “es una reflexión crítica, libre, abierta, rigurosa y no confesional sobre los temas relacionados con la religión”.

El hecho religioso

Entramos así en un capítulo, el cuarto, de no fácil elaboración: Estudio positivo del hecho religioso. Un estudio que es el que llevan a cabo las ciencias de las religiones. Se trata de indagar en el dónde, el cuándo y el cómo del fenómeno religioso. En otras palabras, las ciencias de las religiones estudian ordenada y sistemáticamente el hecho religioso en su propia estructura, aislándolo de cualquier otro fenómeno humano. Como se puede apreciar, se abarca una gran variedad de terminología y se sitúa a las ciencias de las religiones en la confluencia de varias disciplinas.

De ahí que el autor nos ofrezca, primeramente, una visión panorámica a través de la historia, incidiendo en las primeras elaboraciones para alcanzar las tendencias actuales que, siguiendo a Duch, sitúa en tres líneas, la fenomenológica, la estructurológica y la historiológica. Y termina diciendo que “se puede concluir que no existe [en el estudio de la ciencia de las religiones] una metodología uniforme; lo que puede lograrse, ateniéndose a los distintos presupuestos metodológicos, es una cierta sistematización que permita determinar el ámbito de la ciencia de las religiones como base para una ulterior Filosofía de la religión”.

Historia de las religiones

Discurre luego la obra por los avatares históricos, es decir, la historia de las religiones como el devenir del hecho religioso a través de los tiempos. Se detiene así en los inicios de la moderna historia de las religiones, a las que divide en místicas, proféticas y sapienciales, tras haber soslayado aquella tipología de religiones nacionales y mundiales o universales.

Echando mano a otras ciencias que colaboran en la comprensión del tema, Fraijó se detiene en la mirada sociológica y la mirada psicológica, incidiendo en las figuras de Freud, Jung, Adler y Fromm.

Además de estas miradas, aborda, en el capítulo quinto una Aproximación fenomenológica al hecho religioso. Se pretende analizar el hecho religioso desde dentro, descubriendo las situaciones humanas en que se manifiesta; es lo que se ha dado en llamar hierofanías o manifestaciones de lo sagrado, dado que tienen un indudable interés antropológico.

Por supuesto que el autor se detiene a esbozar algunas de tales manifestaciones, tal y como se nos presentan, por ejemplo, en la sexualidad, el nacimiento, las comidas, la comunidad y la soledad, la muerte, la felicidad, la violencia, los vínculos sociales, la naturaleza, lo gratuito, el lenguaje o lo simbólico.

Fenomenología. Otras religiones

Este capítulo quinto encuentra su continuación lógica en el sexto, donde se aborda la fenomenología aplicada. Es decir: se pasa de las situaciones religiosas a las personas que las encarnaron, sus testigos y estudiosos.

Estas personas aquí analizadas son William James (Variedades de la experiencia religiosa), Rudolf Otto (Lo Santo), el Maestro Eckhart (Mística especulativa), Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. De cada uno de ellos, podemos encontrar algunos apuntes biográficos y un amplio resumen de sus fundamentales postulados, que evidencia en profundo conocimiento del autor de la obra de cada uno de ellos.

Es evidente que la mística no es patrimonio exclusivo del cristianismo, ni tan siquiera de Occidente. Es un fenómeno también localizado en Oriente, donde hay otras religiones místicas además de las sapienciales. Se trata de religiones sin afán de proselitismo, de procurar la conversión a ellas de los cristianos; su objetivo principal es compartir sus vidas y ayudar a salvar sus religiones de la amenaza del secularismo que recorre imparable el mundo occidental.

Sin pretender abordar el tema de la verdad en otras religiones, el autor se detiene a explicar su historia y características, teniendo en cuenta que es lógico que todas y cada una defienda ser verdadera y tener validez universal; el problema surge si alguna de ellas pretende tener la única validez.

Desde aquí, Fraijó distingue tres grandes grupos o familias de religiones: las proféticas (cristianismo, judaísmo e islam), las místicas (hinduismo y budismo) y las sapienciales (confucianismo y taoísmo), aunque, por su importancia, dedica un especial apartado al zoroastrismo.

A cada una de estas religiones ofrece Fraijó unos extensos y profundos resúmenes, pese a su modesto reconocimiento de no ser un especialista en ellas. Las religiones místicas y sapienciales ocupan el capítulo séptimo mientras que el octavo es exclusivo de las proféticas y monoteístas, es decir, islam y judaísmo y cristianismo, estas dos últimas analizadas conjuntamente dadas sus evidentes vínculos.

Grandes filósofos de la religión

En el capítulo nueve se produce el reencuentro con los tres grandes filósofos de la religión que ya nos habían aparecido en momentos iniciales del libro. Se trata de Kant, Hegel y Hume. Efectivamente, aquellas primeras páginas a ellos dedicadas solo eran un anticipo de lo que aquí nos ofrece Fraijó. Kant ya fue objeto de estudio en otra de sus obras a la que ya se ha aludido, las Semblanzas de grandes pensadores, no así Hegel y Hume que encuentran ahora su momento. Además del perfil biográfico de cada uno de ellos, Fraijó nos brinda una extraordinaria síntesis de su pensamiento, pese a la dificultad que entraña reducir a unas pocas páginas la importante obra de estos filósofos.

Y, como continuación y extensión de estos tres pilares básicos, sale a nuestro encuentro una selección de otros filósofos de la religión: Karl Jaspers (La fe filosófica), Miguel de Unamuno (tensión y duda ante lo religioso), José Ortega y Gasset (Filosofía y creencias), Xavier Zubiri (Religión y filosofía), María Zambrano (la razón poética), Leszer Kolakowski (Si Dios no existe), Ernst Bloch (Religión y esperanza) y José Gómez Caffarena (de la metafísica a la filosofía de la religión).

Qué duda cabe de que una ayuda fundamental para reflexionar sobre el hecho religioso la constituyen quienes lo critican. Y, entre ellos, prácticamente todos se alinean en sus objeciones en torno al cristianismo. Fueron estos unos interlocutores de lujo, como los califica Fraijó.

Entre ellos, figura Karl Marx, a quien no le interesaba qué es la religión, sino para qué servía, cómo actuaba sobre los individuos y la sociedad. Por su parte Feuerbah plantea una crítica radical a la religión, trasladando la centralidad de Dios hacia el hombre: que sea este su propio Dios. A ellos, tanto la teología como la filosofía han ensayado lo que se pudiera considerar una adecuada respuesta. Y concluye el autor que “resultaría arriesgado aventurar si Dios volverá a tener en Occidente oportunidades filosóficas como las que le brindaron sus grandes críticos”. Otros pensadores, también críticos, como es el caso de Nietzsche o Freud no concurren en este capítulo, por haber sido considerados en otro lugar.

Fundamentalismos

Sin cambiar de registro, se llega al duodécimo capítulo que, a modo de epílogo, se expresa contra los fundamentalismos. En breve, de lo que trata es de la alianza que ha existido entre la religión y el fundamentalismo, considerando aquella gozar de la necesaria universalidad y patrimonio de la verdad absoluta. A desactivar esta vinculación contribuye, sin duda, la filosofía de la religión. “Su defensa de una religión pensada, aunque sin marginación de la religión sentida, es un gran desaire a la tentación fundamentalista”.

Se cierra el libro con un Apéndice, dedicado a la Filosofía de la religión en España. Ya reconoce Fraijó que no cubre todo el amplio espectro, por lo que quedarán fuera del texto nombres que con toda justicia podían figurar aquí. De manera más detenida, analiza el impacto de tres libros en la sociedad: Catolicismo y protestantismo como formas de existencia, de José Luis L. Aranguren; Sobre la religión. Descripción y teoría, de Alfredo Fierro; y, por último, El animal divino. Ensayo de una filosofía materialista de la religión, de Gustavo Bueno.

Y se añaden algunas reflexiones acerca de otros cultivadores actuales de la Filosofía de la religión: Reyes Mate, Javier Sádaba, AndrésTorres Queiruga y Juan Antonio Estrada.

Concluyendo

Nos encontramos ante una obra importante. Bien concebida, bien planificada y bien desarrollada, haciendo honor al subtítulo que la encabeza: historia, contenidos, perspectivas.

Cuenta Fraijó con la ventaja, casi condición, si no imprescindible, sí bastante necesaria, de haber pasado por las aulas de la teología para conseguir una panorámica fiable de la filosofía de la religión.

Tiene varios alicientes. Entre ellos, las excelentes síntesis del pensamiento y la obra de los pensadores que aparecen en sus páginas. Ello hace de este libro una herramienta muy útil para quien desee acercarse a cualquiera de estos personajes buscando una guía para acometer lecturas más profundas.

Otro aliciente es el de poder acceder a lo que se puede considerar la esencia de la larga docencia de Manuel Fraijó en el campo de la Filosofía de la religión. Ha realizado un ejemplar esfuerzo para condensar en quinientas páginas el fruto de muchos años de reflexión, muchas horas de lecturas, y muchos días de diálogos con figuras destacadas del mundo de la filosofía y la teología. El selecto aparato crítico y la escogida bibliografía dan fe de lo titánico de ese esfuerzo.

Y no menos importante es el lenguaje del autor. Más que una lección magistral, más bien parece que el lector entabla un diálogo con Fraijó, quien le va desentrañando de manera asequible y cuasi amena los entresijos de algo tan denso como es el tema abordado.

Todo ello hace que Filosofía de la religión, de Manuel Fraijó, sea un muy recomendable libro.

Índice

Contenido
Prólogo

1. Estudio introductorio
2. Precursores e iniciadores de la Filosofía de la religión
3. A la búsqueda de una definición
4. Estudio positivo del hecho religioso
5. Aproximación fenomenológica al hecho religioso
6. Fenomenología aplicada
7. Religiones místicas y sapienciales
8. Religiones monoteístas
9. Los tres grandes filósofos de la religión
10. Otros filósofos de la religión (selección)
11. La religión ante sus críticos. Reflexión de conjunto
12. A modo de epílogo: contra los fundamentalismos
Apéndice. La Filosofía de la religión en España

Índice de nombres
Índice de materias
Índice general



Notas sobre el autor

Manuel Fraijó es catedrático emérito de Filosofía de la religión en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Es doctor en Filosofía y Teología y miembro de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones. Ha desarrollado una notable actividad como conferenciante en el ámbito de la Historia de la filosofía, de la Teología y de la Filosofía de la religión. También ha impartido cursos y conferencias en diversas universidades de América Latina. Su reflexión gira en torno al hecho religioso en general, con particular atención al cristianismo y a su figura central, Jesús de Nazaret. Especial interés ha dedicado a la relación entre fe y razón. Ha sido decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Es autor, en esta misma Editorial, de Filosofía de la religión. Estudios y textos (abril de 2013), Dios, el mal y otros ensayos (febrero de 2015), Avatares de la creencia en Dios (2016), El cristianismo. Una aproximación (marzo de 2019), Semblanzas de grandes pensadores (2020) y Filosofía de la religión. Historia, contenidos, perspectivas (mayo de 2022), así como del estudio introductorio a Variedades de la experiencia religiosa, de W. James (2017).




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