Ficha técnica
Título: Elogio del futuro. Manifiesto por una conciencia crítica de la especie.
Autor: Eudald Carbonell
Editorial: Arpa y Alfil Ediciones.
ISBN: 978-84-16601-69-1
128 págs.
El libro Elogio del futuro , del arqueólogo y paleontólogo Eudald Carbonell, constituye un relato de lo que ha sido, es y puede ser la humanidad en su largo recorrido evolutivo. Me recuerda a dos libros anteriores que realizan un ejercicio similar: el que publicó hace 37 años Aurelio Peccei (Testimonio sobre el futuro, Taurus 1981) y el de Edgar Morin, Pour sortir du XXe Siècle, publicado el mismo año (Seuil).
El nuevo relato sobre el significado y el alcance de la experiencia humana, denominado también Manifiesto por una conciencia crítica de especie, actualiza ambas reflexiones y va mucho más lejos al incorporar elementos nuevos que han cambiado la naturaleza de la civilización.
Estos nuevos elementos son lo que Carbonell llama la singularidad evolutiva (la conciencia de nuestra propia humanidad), el avance científico-técnico, que nos ha llevado a acumular conocimientos inconmensurables que no sabemos cómo utilizar, el Antropoceno (que según el autor debería pasar a la historia como el periodo de nuestra reconciliación con la naturaleza) y el hecho de que el Homo Sapiens ya puede ser el protagonista de su propia historia (dejemos de responsabilizar a los dioses o a la selección natural de todo lo que sucede, escribe Carbonell).
Lo que propone es lo que denomina evolución responsable, lo que significa tomar decisiones a partir de postulados basados en incrementar nuestra sociabilidad y en repartir recursos de un modo equitativo, sin alterar por ello el equilibrio del ecosistema planetario.
Para ello propone trascender nuestra propia naturaleza animal, sin abandonarla, e incorporar a nuestro conocimiento una forma de pensar de lo que hasta ahora consideramos inconmensurable.
Señala que el futuro de la especie pasa por aprender de la diversidad cultural y de nuestra capacidad de adaptarnos a los sistemas de organización social que estamos experimentando, asumiendo las contradicciones que generan.
Conciencia crítica de la especie
Para avanzar propone desarrollar lo que llama la conciencia operativa (comprender lo que hacemos), la conciencia crítica de la especie (humanizar el planeta en beneficio de todos), la evolución responsable (basada en el conocimiento crítico), el progreso consciente (pasar del crecimiento ilimitado al progreso humano), el incremento de la sociabilidad (relaciones fraternales entre humanos) y la gestión tecno-humana (gestión inteligente de los bienes). Con una apostilla: la lucha por la desaparición de las clases sociales debe constituir el eje de los procesos de humanización.
Al respecto, señala que este cambio debe conseguirse mediante la conciencia crítica de la especie y que la lucha de clases debe destruirse en el marco de la conciencia de especie. Y concluye: sólo la socialización de la tecnología, junto con la conciencia crítica de la especie, nos permitirán construir el futuro humano.
Sobre el horizonte tecnológico, Carbonell sugiere cosas interesantes: la posibilidad de generar nuevas especies sobre la Tierra y en otros planetas, o lo que promete la estampación 5D, que añadirá a la impresión 3D que hoy conocemos la cuarta dimensión, la de la vida, y la quinta dimensión, la de la consciencia.
Su relato sobre lo que es y debe ser la humanidad concluye advirtiendo de los grandes cambios que se avecinan y de que el Homo Sapiens dejará atrás el género Homo para alcanzar el punto óptimo de su evolución (una alusión que me recuerda al Punto Omega evocado por Teilhard de Chardin).
Si en la obra anteriormente señalada, Edgar Morin planteaba la necesidad de sobrepasar la complejidad de los problemas políticos para responder a las exigencias de la especie (un propósito que hoy tiene mucha más vigencia que entonces), y Aurelio Peccei enfatizaba que la humanidad puede construir el futuro que desee, Carbonell reitera estos mensajes, a los que añade nuevos conocimientos e ideas que pueden guiar nuestros pasos para superar el complejo y difícil momento que atravesamos como especie, muy lejano de lo que Morin y Peccei esbozaron hace casi 40 años.
Título: Elogio del futuro. Manifiesto por una conciencia crítica de la especie.
Autor: Eudald Carbonell
Editorial: Arpa y Alfil Ediciones.
ISBN: 978-84-16601-69-1
128 págs.
El libro Elogio del futuro , del arqueólogo y paleontólogo Eudald Carbonell, constituye un relato de lo que ha sido, es y puede ser la humanidad en su largo recorrido evolutivo. Me recuerda a dos libros anteriores que realizan un ejercicio similar: el que publicó hace 37 años Aurelio Peccei (Testimonio sobre el futuro, Taurus 1981) y el de Edgar Morin, Pour sortir du XXe Siècle, publicado el mismo año (Seuil).
El nuevo relato sobre el significado y el alcance de la experiencia humana, denominado también Manifiesto por una conciencia crítica de especie, actualiza ambas reflexiones y va mucho más lejos al incorporar elementos nuevos que han cambiado la naturaleza de la civilización.
Estos nuevos elementos son lo que Carbonell llama la singularidad evolutiva (la conciencia de nuestra propia humanidad), el avance científico-técnico, que nos ha llevado a acumular conocimientos inconmensurables que no sabemos cómo utilizar, el Antropoceno (que según el autor debería pasar a la historia como el periodo de nuestra reconciliación con la naturaleza) y el hecho de que el Homo Sapiens ya puede ser el protagonista de su propia historia (dejemos de responsabilizar a los dioses o a la selección natural de todo lo que sucede, escribe Carbonell).
Lo que propone es lo que denomina evolución responsable, lo que significa tomar decisiones a partir de postulados basados en incrementar nuestra sociabilidad y en repartir recursos de un modo equitativo, sin alterar por ello el equilibrio del ecosistema planetario.
Para ello propone trascender nuestra propia naturaleza animal, sin abandonarla, e incorporar a nuestro conocimiento una forma de pensar de lo que hasta ahora consideramos inconmensurable.
Señala que el futuro de la especie pasa por aprender de la diversidad cultural y de nuestra capacidad de adaptarnos a los sistemas de organización social que estamos experimentando, asumiendo las contradicciones que generan.
Conciencia crítica de la especie
Para avanzar propone desarrollar lo que llama la conciencia operativa (comprender lo que hacemos), la conciencia crítica de la especie (humanizar el planeta en beneficio de todos), la evolución responsable (basada en el conocimiento crítico), el progreso consciente (pasar del crecimiento ilimitado al progreso humano), el incremento de la sociabilidad (relaciones fraternales entre humanos) y la gestión tecno-humana (gestión inteligente de los bienes). Con una apostilla: la lucha por la desaparición de las clases sociales debe constituir el eje de los procesos de humanización.
Al respecto, señala que este cambio debe conseguirse mediante la conciencia crítica de la especie y que la lucha de clases debe destruirse en el marco de la conciencia de especie. Y concluye: sólo la socialización de la tecnología, junto con la conciencia crítica de la especie, nos permitirán construir el futuro humano.
Sobre el horizonte tecnológico, Carbonell sugiere cosas interesantes: la posibilidad de generar nuevas especies sobre la Tierra y en otros planetas, o lo que promete la estampación 5D, que añadirá a la impresión 3D que hoy conocemos la cuarta dimensión, la de la vida, y la quinta dimensión, la de la consciencia.
Su relato sobre lo que es y debe ser la humanidad concluye advirtiendo de los grandes cambios que se avecinan y de que el Homo Sapiens dejará atrás el género Homo para alcanzar el punto óptimo de su evolución (una alusión que me recuerda al Punto Omega evocado por Teilhard de Chardin).
Si en la obra anteriormente señalada, Edgar Morin planteaba la necesidad de sobrepasar la complejidad de los problemas políticos para responder a las exigencias de la especie (un propósito que hoy tiene mucha más vigencia que entonces), y Aurelio Peccei enfatizaba que la humanidad puede construir el futuro que desee, Carbonell reitera estos mensajes, a los que añade nuevos conocimientos e ideas que pueden guiar nuestros pasos para superar el complejo y difícil momento que atravesamos como especie, muy lejano de lo que Morin y Peccei esbozaron hace casi 40 años.