Ficha Técnica
Título: El otro Dios. La queja, la amenaza y la gracia
Autora: Marion Muller-Colard
Edita: Fragmenta Editorial, Barcelona, 2020
Colección: Fragmentos
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 128
ISBN: 978-84-17796-36-5
Precio: 12,90 euros
Este libro es una auténtica joyita. No solo por su contenido, profundo, sino por el estilo tan poético, a la par que cercano, que utiliza la autora. Se puede leer de corrido; no es muy extenso, aunque no le falta ni le sobra nada; pero su mayor virtud es la capacidad de hacernos reflexionar y meditar su propuesta.
Es otra manera de plantear el ya veterano problema del mal, un problema que ha sido abordado por filósofos y teólogos desde diferentes puntos de vista, pues no en vano ha sido piedra de toque para muchos; ante él, los caminos que se abren son pocos. Muchos se quedan en el cruce, otros se refugian en la religión y algunos más se aventuran por la senda del existencialismo o el nihilismo; pocos son los que lo orillan ignorando su interpelación.
La autora habla en primera persona. Su ensayo tiene su génesis en una dolorosa experiencia personal; su manera de afrontarla, su inicial rebeldía, su posterior comprensión y la serenidad hallada al final de su recorrido es lo que nos plantea en las páginas de su libro.
Su trayectoria encontró un paralelismo bíblico en la figura de Job y su traumática relación con Dios. Hombre devoto y cargado de bienes, tropezó con Satanás, que acudió al Señor para que le permitiera someterlo a durísimas pruebas: pérdida de su riqueza, pérdida de su salud y pérdida de sus amigos; y todo ello para comprobar si, aun en esas problemáticas circunstancias, su piedad y su fe permanecerían incólumes.
Se trata, pues, de un planteamiento cuasi contable, una manera de entender la relación con Dios que constituyera un cuidadoso detalle de lo que se da y se recibe. Como si hubiese un pacto, por el que el Señor concede bienes a quienes se portan bien con Él, siguiendo su senda y fiel cumplimiento de sus mandamientos. Y este estrecho punto de vista es el que pretende rebatir Marion Muller-Colard, con esta obra.
La Queja
En ese paralelismo entre experiencia personal y el relato de Job, la autora trata de explorar la Queja, con mayúscula, para diferenciarla de las quejas que nos pueden surgir con frecuencia. Job no se queja por la pérdida de sus bienes, ni por el sufrimiento físico, ni tan siquiera por la enfermedad. La Queja se produce ante el silencio de Dios, un dios del que se espera un comportamiento justo, que retorne en bienes la fidelidad a sus mandatos. Y sobre ese dios, Muller-Colard se declara agnóstica: “Porque creo en Dios, pero cada día exploro un poco más hasta qué punto no tengo conocimiento de ese Dios en el que creo”.
¿Qué perdió, pues, Job? Lo esencial. Pensaba estar rodeado de un cercado inexpugnable que le ofrecía seguridad. Y la Queja dibuja las barreras arrancadas. Perdida la seguridad, se logra ver la amenaza. Job perdió la confianza en ese Dios contractual que protegía su vida; ya no puede contar con ese Dios guardián que se había construido más o menos conscientemente.
La amenaza
La piedad que mostraba a ese Dios no le protegió de nada. Hoy, cuando el hombre descubre esa realidad, puede caer en la tentación de consagrar su vida a otros dioses que lo puedan cuidar. Y el miedo que esto le provoca contribuye a hacer de él un fanático del orden establecido. Aún no se ha encontrado nada que ayude a soportar la amenaza; una amenaza de falta de seguridad que nos lleva, indefectiblemente, a la Queja.
Una Queja que es “el despojamiento de cualquier arma mitológica frente a la Amenaza”. ¿Existe, pues, una justicia capaz de dominar la desgracia. Humildemente, Marion Muller-Colard reconoce que no cree “en una justicia inmanente. La piadosa máxima según la cual los caminos del Señor son inescrutables no basta, desde luego, para convencerme de lo contrario”.
Pero, a ese Dios que nos ha arrastrado fuera del cercado de todas nuestras garantías tenemos que dirigirle la palabra, plantearle preguntas insistentes, y hemos de arder en deseos de oír cada palabra de su boca. Porque en la alternativa de un Dios juez y un Dios sádico que permite nuestro mal cimentando su propia paradoja, comienza a dejarse entrever otro Dios: “Perdiste a un Dios funcional que demostró, con creces, no funcionar bien. Has encontrado a un Dios vivo que se te escapa y que persigues […] Entonces podemos empezar otra historia. Una historia de amor y de gracia: una historia gratuita sin sistema ni comercio”.
La gracia
La gracia. Si no una respuesta, sí es una invitación a tomar una posición frente al problema del mal: la importancia de ser, de existir, de vivir. Una invitación a repasar, junto con el Creador, los fundamentos inamovibles de la Creación: la gratuidad absoluta y sin concesiones que nos trajo al mundo, que nos hace ser, que nos hace vida en contraposición necesaria al caos. Dar las gracias por lo que fue, ya que todo lo que fue es lo opuesto al no-ser. La respuesta de Dios no tiene desperdicio: no ser una esperanza escatológica, sino un brote de vida ya cumplida. Es ese Dios que no se convierte en garante de mi seguridad, sino de la combatividad de lo vivo, de la que me invita a participar.
Las palabras de la autora al final de su libro resumen su postura: “Me pase lo que me pase es justo y bueno que el mundo sea, es justo y bueno que yo participe, aunque sea de manera efímera, en algo más grande que yo”. Sabias palabras.
Índice
Prólogo
La Queja
La Amenaza
La Gracia
Epílogo
Título: El otro Dios. La queja, la amenaza y la gracia
Autora: Marion Muller-Colard
Edita: Fragmenta Editorial, Barcelona, 2020
Colección: Fragmentos
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 128
ISBN: 978-84-17796-36-5
Precio: 12,90 euros
Este libro es una auténtica joyita. No solo por su contenido, profundo, sino por el estilo tan poético, a la par que cercano, que utiliza la autora. Se puede leer de corrido; no es muy extenso, aunque no le falta ni le sobra nada; pero su mayor virtud es la capacidad de hacernos reflexionar y meditar su propuesta.
Es otra manera de plantear el ya veterano problema del mal, un problema que ha sido abordado por filósofos y teólogos desde diferentes puntos de vista, pues no en vano ha sido piedra de toque para muchos; ante él, los caminos que se abren son pocos. Muchos se quedan en el cruce, otros se refugian en la religión y algunos más se aventuran por la senda del existencialismo o el nihilismo; pocos son los que lo orillan ignorando su interpelación.
La autora habla en primera persona. Su ensayo tiene su génesis en una dolorosa experiencia personal; su manera de afrontarla, su inicial rebeldía, su posterior comprensión y la serenidad hallada al final de su recorrido es lo que nos plantea en las páginas de su libro.
Su trayectoria encontró un paralelismo bíblico en la figura de Job y su traumática relación con Dios. Hombre devoto y cargado de bienes, tropezó con Satanás, que acudió al Señor para que le permitiera someterlo a durísimas pruebas: pérdida de su riqueza, pérdida de su salud y pérdida de sus amigos; y todo ello para comprobar si, aun en esas problemáticas circunstancias, su piedad y su fe permanecerían incólumes.
Se trata, pues, de un planteamiento cuasi contable, una manera de entender la relación con Dios que constituyera un cuidadoso detalle de lo que se da y se recibe. Como si hubiese un pacto, por el que el Señor concede bienes a quienes se portan bien con Él, siguiendo su senda y fiel cumplimiento de sus mandamientos. Y este estrecho punto de vista es el que pretende rebatir Marion Muller-Colard, con esta obra.
La Queja
En ese paralelismo entre experiencia personal y el relato de Job, la autora trata de explorar la Queja, con mayúscula, para diferenciarla de las quejas que nos pueden surgir con frecuencia. Job no se queja por la pérdida de sus bienes, ni por el sufrimiento físico, ni tan siquiera por la enfermedad. La Queja se produce ante el silencio de Dios, un dios del que se espera un comportamiento justo, que retorne en bienes la fidelidad a sus mandatos. Y sobre ese dios, Muller-Colard se declara agnóstica: “Porque creo en Dios, pero cada día exploro un poco más hasta qué punto no tengo conocimiento de ese Dios en el que creo”.
¿Qué perdió, pues, Job? Lo esencial. Pensaba estar rodeado de un cercado inexpugnable que le ofrecía seguridad. Y la Queja dibuja las barreras arrancadas. Perdida la seguridad, se logra ver la amenaza. Job perdió la confianza en ese Dios contractual que protegía su vida; ya no puede contar con ese Dios guardián que se había construido más o menos conscientemente.
La amenaza
La piedad que mostraba a ese Dios no le protegió de nada. Hoy, cuando el hombre descubre esa realidad, puede caer en la tentación de consagrar su vida a otros dioses que lo puedan cuidar. Y el miedo que esto le provoca contribuye a hacer de él un fanático del orden establecido. Aún no se ha encontrado nada que ayude a soportar la amenaza; una amenaza de falta de seguridad que nos lleva, indefectiblemente, a la Queja.
Una Queja que es “el despojamiento de cualquier arma mitológica frente a la Amenaza”. ¿Existe, pues, una justicia capaz de dominar la desgracia. Humildemente, Marion Muller-Colard reconoce que no cree “en una justicia inmanente. La piadosa máxima según la cual los caminos del Señor son inescrutables no basta, desde luego, para convencerme de lo contrario”.
Pero, a ese Dios que nos ha arrastrado fuera del cercado de todas nuestras garantías tenemos que dirigirle la palabra, plantearle preguntas insistentes, y hemos de arder en deseos de oír cada palabra de su boca. Porque en la alternativa de un Dios juez y un Dios sádico que permite nuestro mal cimentando su propia paradoja, comienza a dejarse entrever otro Dios: “Perdiste a un Dios funcional que demostró, con creces, no funcionar bien. Has encontrado a un Dios vivo que se te escapa y que persigues […] Entonces podemos empezar otra historia. Una historia de amor y de gracia: una historia gratuita sin sistema ni comercio”.
La gracia
La gracia. Si no una respuesta, sí es una invitación a tomar una posición frente al problema del mal: la importancia de ser, de existir, de vivir. Una invitación a repasar, junto con el Creador, los fundamentos inamovibles de la Creación: la gratuidad absoluta y sin concesiones que nos trajo al mundo, que nos hace ser, que nos hace vida en contraposición necesaria al caos. Dar las gracias por lo que fue, ya que todo lo que fue es lo opuesto al no-ser. La respuesta de Dios no tiene desperdicio: no ser una esperanza escatológica, sino un brote de vida ya cumplida. Es ese Dios que no se convierte en garante de mi seguridad, sino de la combatividad de lo vivo, de la que me invita a participar.
Las palabras de la autora al final de su libro resumen su postura: “Me pase lo que me pase es justo y bueno que el mundo sea, es justo y bueno que yo participe, aunque sea de manera efímera, en algo más grande que yo”. Sabias palabras.
Índice
Prólogo
La Queja
La Amenaza
La Gracia
Epílogo
Notas sobre la autora
Marion Muller-Colard (Marsella, 1978). Escritora y teóloga protestante, es doctora en teología por la Facultad de Teología de Estrasburgo. Después de un año de especialización de estudios judíos en Jerusalén, consagró sus años de investigación a un estudio del Libro de Job. Se ha dedicado a la mediación penal y actualmente es miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética para las Ciencias de la Vida y de la Salud (2017).
Como escritora es autora de las obras de ensayo L'autre Dieu. La plainte, la menace et la grâce (2014, Premio Spiritualités d'Aujourd'hui y Premio Écritures & Spiritualités), que ha publicado Fragmenta en castellano con el título El otro Dios, Détails d'Évangile (2012), Le complexe d'Élie (2016) y Éclats d'Évangile (2017), entre otras. Ha cultivado también el género de la novela, la narrativa juvenil y la poesía. La intranquilidad (Premio de Espiritualidad Panorama-La Procure) es su primera obra traducida al castellano, también en Fragmenta.
Marion Muller-Colard (Marsella, 1978). Escritora y teóloga protestante, es doctora en teología por la Facultad de Teología de Estrasburgo. Después de un año de especialización de estudios judíos en Jerusalén, consagró sus años de investigación a un estudio del Libro de Job. Se ha dedicado a la mediación penal y actualmente es miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética para las Ciencias de la Vida y de la Salud (2017).
Como escritora es autora de las obras de ensayo L'autre Dieu. La plainte, la menace et la grâce (2014, Premio Spiritualités d'Aujourd'hui y Premio Écritures & Spiritualités), que ha publicado Fragmenta en castellano con el título El otro Dios, Détails d'Évangile (2012), Le complexe d'Élie (2016) y Éclats d'Évangile (2017), entre otras. Ha cultivado también el género de la novela, la narrativa juvenil y la poesía. La intranquilidad (Premio de Espiritualidad Panorama-La Procure) es su primera obra traducida al castellano, también en Fragmenta.