Ficha Técnica
Título: “Autobiografía de un espantapájaros"
Autor: Boris Cyrulnik
Edita: Gedisa Editorial. Barcelona, 2009
Dice Boris Cyrulnik que la resilencia “es la historia de la lucha de un niño empujado hacia la muerte que inventa una estrategia para retornar a la vida”. Para esa estrategia necesita la presencia del Otro que le salva del aislamiento sensorial y con ello propicia el reconocimiento de sus propias emociones.
La huella del Otro en la memoria biológica y a lo largo de la vida permite el desarrollo de la empatía. La inseguridad, el abandono, la miseria, las enfermedades, las guerras, las catástrofes naturales, el tedio, la abundancia sustitutoria de la cercanía afectiva, la soledad, el aislamiento, pueden ser las causas de la destrucción del yo, pero “cuando el que vuelve a la vida está rodeado de un nuevo entorno afectivo y de nuevos relatos culturales, progresivamente logra retomar un nuevo desarrollo resiliente”
El autor plantea la necesidad de una actuación social competente para la recuperación sana de los que han estado sometidos por un gran sufrimiento. Esta actuación incluye arropar, sostener y cuidar de los traumatizados, apoyar su reconstrucción sobre el dolor nombrándolo, permitir el relato que el protagonista hace de él, desde sí mismo, y participar en ese relato.
Es necesario construir sentido a partir del dolor y el horror sin ocultar su existencia, porque “la búsqueda de sentido es una señal del despertar de la vida psíquica” (…) “Encontrarse con las señales del propio pasado es una manera de volver a pegar los fragmentos del yo hecho pedazos”, dice el autor.
¿Cómo hacerlo si el ambiente ha quedado destruido y los que le rodean le imponen el silencio sobre lo que vivió?. El instinto para sobrevivir es poderoso pero no todas las fórmulas para la superación del dolor son convenientes, la implicación social, la solidaridad y la reflexión pueden evitar la aparición de los síndromes traumáticos. Por el contrario, la falta de sentido y de esperanza pueden llevar a conductas perversas o agresivas. “Hacer algo con ese sufrimiento, utilizar la necesidad de comprender para trascenderlo y convertirlo en un proyecto social o cultural constituyen actitudes que impulsan a la resilencia", concluye Cyrulnik.
Notas sobre el autor
Boris Cyrulnik es neurólogo, psiquiatra y psicoanalista y uno de los fundadores de la etología humana. Es profesor de la Universidad de Var, en Francia, y responsable del equipo de investigación en etología clínica del hospital de Toulon. Desde 1998 es también presidente del Centre Nacional de Création et de Difusión Culturelles de Châteauvallon y miembro directivo de la oficina en Francia coordinadora del Programa Decenio de Naciones Unidas.
Entre sus obras publicadas se encuentran: “De cuerpo y alma”, “El amor que nos cura”, “Bajo el signo del vínculo”, “Del gesto a la palabra”, “El realismo de la esperanza”, “El murmullo de los fantasmas”, “El encantamiento del mundo” y “Los patitos feos”.
Título: “Autobiografía de un espantapájaros"
Autor: Boris Cyrulnik
Edita: Gedisa Editorial. Barcelona, 2009
Dice Boris Cyrulnik que la resilencia “es la historia de la lucha de un niño empujado hacia la muerte que inventa una estrategia para retornar a la vida”. Para esa estrategia necesita la presencia del Otro que le salva del aislamiento sensorial y con ello propicia el reconocimiento de sus propias emociones.
La huella del Otro en la memoria biológica y a lo largo de la vida permite el desarrollo de la empatía. La inseguridad, el abandono, la miseria, las enfermedades, las guerras, las catástrofes naturales, el tedio, la abundancia sustitutoria de la cercanía afectiva, la soledad, el aislamiento, pueden ser las causas de la destrucción del yo, pero “cuando el que vuelve a la vida está rodeado de un nuevo entorno afectivo y de nuevos relatos culturales, progresivamente logra retomar un nuevo desarrollo resiliente”
El autor plantea la necesidad de una actuación social competente para la recuperación sana de los que han estado sometidos por un gran sufrimiento. Esta actuación incluye arropar, sostener y cuidar de los traumatizados, apoyar su reconstrucción sobre el dolor nombrándolo, permitir el relato que el protagonista hace de él, desde sí mismo, y participar en ese relato.
Es necesario construir sentido a partir del dolor y el horror sin ocultar su existencia, porque “la búsqueda de sentido es una señal del despertar de la vida psíquica” (…) “Encontrarse con las señales del propio pasado es una manera de volver a pegar los fragmentos del yo hecho pedazos”, dice el autor.
¿Cómo hacerlo si el ambiente ha quedado destruido y los que le rodean le imponen el silencio sobre lo que vivió?. El instinto para sobrevivir es poderoso pero no todas las fórmulas para la superación del dolor son convenientes, la implicación social, la solidaridad y la reflexión pueden evitar la aparición de los síndromes traumáticos. Por el contrario, la falta de sentido y de esperanza pueden llevar a conductas perversas o agresivas. “Hacer algo con ese sufrimiento, utilizar la necesidad de comprender para trascenderlo y convertirlo en un proyecto social o cultural constituyen actitudes que impulsan a la resilencia", concluye Cyrulnik.
Notas sobre el autor
Boris Cyrulnik es neurólogo, psiquiatra y psicoanalista y uno de los fundadores de la etología humana. Es profesor de la Universidad de Var, en Francia, y responsable del equipo de investigación en etología clínica del hospital de Toulon. Desde 1998 es también presidente del Centre Nacional de Création et de Difusión Culturelles de Châteauvallon y miembro directivo de la oficina en Francia coordinadora del Programa Decenio de Naciones Unidas.
Entre sus obras publicadas se encuentran: “De cuerpo y alma”, “El amor que nos cura”, “Bajo el signo del vínculo”, “Del gesto a la palabra”, “El realismo de la esperanza”, “El murmullo de los fantasmas”, “El encantamiento del mundo” y “Los patitos feos”.