¿Cómo puedo desarrollar 'mi propia' creatividad?, es la pregunta que surge una y otra vez. Resulta curioso que los participantes del curso (dentro del Master en Gestión de la Ciencia y la Innovación insistan aún después de valorar una diversidad de técnicas de creatividad que van desde las clásicas brainstorming, Ide-Art, los mapas mentales de Tony Buzan al análisis morfológico o TRIZ. Una y otra vez parece repetirse el mismo dilema que planteó Michael Michalko en ThinkerToys: cómo dejar de ser gatitos para convertirnos en monos.
Me explico: para este autor se trata de dos actitudes básicas 'ante los negocios' y la manera en que afrontamos el cambio. Uno puede ser un gatito que se siente confuso y en peligro y maúlla buscando que su madre lo lleve a un lugar seguro, o un monito que ante el peligro salta y se aferra por sí mismo a la espalda de su madre. Esa actitud, en su opinión, basta para iniciar el camino de la búsqueda y el propio aprendizaje.
Mejor mono que gato. Aunque... ¡todo depende del desafío que cada persona se haga! El deseo de 'aprender' a ser más creativo trasciende el ámbito de los negocios, tiene que ver directamente con una actitud ante la vida y la manera en que afrontamos el cambio. Para profundizar un poco el debate que se había iniciado en un foro on-line, les invité a leer un artículo sobre siete estrategias zen para desarrollar la creatividad, escrito por Franc Ponti y Xavier Ferrà (también desarrolladas en su libro Pasión por innovar).
Diagrama de las 7 estrategias creativas (adaptado de Pasión por innovar, p. 79)
De modo muy resumido estas estrategias nos invitan a poner en práctica estrategias para cambiar nuestras creencias mentales y dejar fluir nuestra capacidad creativa. El zen representa esa búsqueda de la sabiduría y el conocimiento como experiencia vital, más allá del discurso racional. Esta experiencia se logra con la práctica de la meditación, de allí el origen de la palabra.
Zen es la pronunciación en japonés de la palabra china chan (禪), que a su vez deriva de la palabra sánscrita dhiana, que significa ‘meditación’. El think Zen ayuda a encontrar un equilibrio entre el pensar rápido y el pensar despacio en donde cada ser humano puede encontrar su propia voz. Ponti y Ferrà sostienen en su libro que think Zen tiene que ver con encontrar el camino personal hacia la creatividad, ser capaces de utilizar de un modo equilibrado nuestra mente 'racional', pensamiento convergente y divergente, y nuestras intuiciones. 'Consiste en adquirir la paz y la tranquilidad de mente y de espíritu suficiente para poder dedicarse a las tareas creativas sin embotamientos tóxicos y sin percepciones negativas' (pág. 78). Las prácticas de meditación permiten vencer el miedo, que es el principal obstáculo que alimenta los modos 'negativos' de pensar y las creencias que nos limitan.
Partiendo de esta estrategia central, los autores proponen ejercitar otras seis:
Think Po (Pensar Po): razonar provocativamente, pensar alternativa, utópicamente, dejar fluir ideas disruptivas.
Think Open (abrir la mente): observar otras realidades, mirar holísticamente, saber escuchar, dar y recibir.
Think Flow (pensar con fluidez): ampliar los registros mentales, cambiar de perspectiva, hallar caminos y soluciones diversificados.
Think & draw (pensar y dibujar): la definen también como 'Get emotional', hacer visibles las ideas, las imágenes y las sensaciones, tangibilizar lo intangible.
Think Happy (alegrar la mente): incorporar elementos de motivación y pasión, despertar todos los sentidos,
Las estrategias parecen muy simples, pero pensemos por ejemplo en la primera vez que se planteó la idea de que la Tierra gira alrededor del sol. Un 'think Po' que constituyó una larga y dolorosa experiencia de aprendizaje para la humanidad.
Barreras al think Zen
La lectura del artículo suscitó interesantes apreciaciones sobre las posibilidades e imposibilidades de llevar a la práctica estas siete estrategias. Isabel Irurzun Lobato, una participante del curso, destacó cómo se está sacando gran partido a las estrategias 'get emotional' and 'think happy' en el mercado. 'Get emotional' aplicado a la publicidad para vender productos y servicios como 'creadores de experiencias emocionales' y 'think happy', enfocando los productos innovadores como generadores de felicidad y motores de vitalidad y optimismo. No obstante, desde un punto de vista personal, considera que se presentan dilemas para armonizar las estrategias zen. Con su permiso, transcribo uno de sus comentarios en el foro:
'la vida moderna y tecnológica 2.0. pone barreras a las estrategias 'think zen' y 'think team'. Me explico: nuestra vida actual se caracteriza por la posibilidad de realizar varias tareas simultáneas y en cualquier lugar (hablar por teléfono mientras cocinas, enviar un mensaje desde un barco, contestar a un email de un cliente desde tu casa mientras ves la tele, etc.) lo que nos hace evitar estar sin hacer nada en ningún momento y ser más impacientes (ej. ¿cuánta tiempo podéis estar esperando a un bus sin hacer nada más (sin mirar el móvil, sin leer un libro..)?, por lo que 'think zen' es más difícil que antes'. En su opinión la tecnología puede llegar a constituir también un obstáculo para el 'think team', dado que las personas cada vez están más absortas en el uso de sus móviles y ya no se comunican ni dialogan con sus compañeros ni siquiera cuando hacen una pausa para el café.
A propósito de este dilema y las prácticas zen me vinieron a la cabeza (y de modo casi simultáneo, porque así de raro es nuestro cerebro) dos libros: uno que es considerado un clásico: Zen (en el arte del tiro con arco) escrito por Eugen Herrigel en el año 2005 y otro, menos conocido, pero realmente precioso: Desde la nada, un ensayo sobre la creatividad y la naturaleza del ser humano, escrito en 1996 por el premio Nobel Gerd Binnig
La lectura del artículo suscitó interesantes apreciaciones sobre las posibilidades e imposibilidades de llevar a la práctica estas siete estrategias. Isabel Irurzun Lobato, una participante del curso, destacó cómo se está sacando gran partido a las estrategias 'get emotional' and 'think happy' en el mercado. 'Get emotional' aplicado a la publicidad para vender productos y servicios como 'creadores de experiencias emocionales' y 'think happy', enfocando los productos innovadores como generadores de felicidad y motores de vitalidad y optimismo. No obstante, desde un punto de vista personal, considera que se presentan dilemas para armonizar las estrategias zen. Con su permiso, transcribo uno de sus comentarios en el foro:
'la vida moderna y tecnológica 2.0. pone barreras a las estrategias 'think zen' y 'think team'. Me explico: nuestra vida actual se caracteriza por la posibilidad de realizar varias tareas simultáneas y en cualquier lugar (hablar por teléfono mientras cocinas, enviar un mensaje desde un barco, contestar a un email de un cliente desde tu casa mientras ves la tele, etc.) lo que nos hace evitar estar sin hacer nada en ningún momento y ser más impacientes (ej. ¿cuánta tiempo podéis estar esperando a un bus sin hacer nada más (sin mirar el móvil, sin leer un libro..)?, por lo que 'think zen' es más difícil que antes'. En su opinión la tecnología puede llegar a constituir también un obstáculo para el 'think team', dado que las personas cada vez están más absortas en el uso de sus móviles y ya no se comunican ni dialogan con sus compañeros ni siquiera cuando hacen una pausa para el café.
A propósito de este dilema y las prácticas zen me vinieron a la cabeza (y de modo casi simultáneo, porque así de raro es nuestro cerebro) dos libros: uno que es considerado un clásico: Zen (en el arte del tiro con arco) escrito por Eugen Herrigel en el año 2005 y otro, menos conocido, pero realmente precioso: Desde la nada, un ensayo sobre la creatividad y la naturaleza del ser humano, escrito en 1996 por el premio Nobel Gerd Binnig
El primero porque permite una aproximación más profunda para entender el significado de Zen y poder apreciar el thinkzen sin caer en una banalización del término. El segundo, porque plantea una concepción novedosa de la creatividad como unidades de acción que emergen a modo de fractales, donde el desarrollo de la creatividad individual y colectiva no sólo son indisolubles sino que representan el complejo movimiento de la evolución (de la humanidad y la naturaleza).
En El arte del tiro con arco Eugen Herrigel nos habla acerca de las limitaciones para dejar fluir el pensamiento creativo, del camino para armonizar lo consciente con lo inconsciente. El tiro de arco no se realiza tan solo para acertar el blanco como el danzarín no baila únicamente con el fin de ejecutar movimientos rítmicos. Para un maestro de tiro al arco arquero y blanco dejan de ser dos objetos opuestos y se transmutan en realidad única. El tiro de arco es una analogía que no se refiere al intento de lograr algo exteriormente, con arco y flecha, sino interiormente, con el propio yo. Arco y flecha son pretexto de algo que podría darse también sin ellos: el camino hacia una meta.
La importancia de elegir
Como comentó otra de las asistentes al curso, Martha Rosalba Moreno Ortega, lo importante es aprender a elegir.
'Elegir la sabiduría sobre la erudición, elegir intentarlo y aunque te equivoques aprender de ello y salir adelante, elegir usar la tecnología para el logro de metas, no que la tecnología me ocupe a mi. Pensar crítico, pensar diferente. Conocernos, ver que valores y talentos hay en nosotros para ponerlos en práctica. Participar con otro y lo que nos puede aportar a partir de sus éxitos pero también de sus fracasos y de esta forma sumar en conjunto experiencias'.
El Zen es 'la conciencia cotidiana' que pone en práctica la intuición como satori, una 'sabiduría trascendental' que capta simultáneamente la totalidad e individualidad de todas las cosas. Zen identifica el camino para el auto-conocimiento y abre las puertas para fomentar nuestra creatividad a nivel personal y colectivo, de donde emerge la maravillosa trama de la vida.