Ficha técnica
Fecha de edición: 2008
Edita: Fundación Globalidad y Microeconomía. Editorial Universidad Politécnica de Valencia
Autor: Dr. Justo Nieto Nieto, Fundador y Ex-Presidente del Instituto de Biomecánica de la UPV, Doctor Honoris por el Instituto Superior Politécnica José Antonio Echevarría (La Habana), Universidad Ricardo Palma (Lima, Perú), Universidad Politécnica de Cartagena (España) y Universidad Xalapa (México). Rector de la Universidad Politécnica de Valencia desde 1986 a 2004. Conseller de Empresa, Universidad y Ciencia del Gobierno de la Generalitat Valenciana desde desptiembre de 2004 a 2007. Actualmente es Presidente de la Fundación Globalidad y Microeconomía.
Fecha de edición: 2008
Edita: Fundación Globalidad y Microeconomía. Editorial Universidad Politécnica de Valencia
Autor: Dr. Justo Nieto Nieto, Fundador y Ex-Presidente del Instituto de Biomecánica de la UPV, Doctor Honoris por el Instituto Superior Politécnica José Antonio Echevarría (La Habana), Universidad Ricardo Palma (Lima, Perú), Universidad Politécnica de Cartagena (España) y Universidad Xalapa (México). Rector de la Universidad Politécnica de Valencia desde 1986 a 2004. Conseller de Empresa, Universidad y Ciencia del Gobierno de la Generalitat Valenciana desde desptiembre de 2004 a 2007. Actualmente es Presidente de la Fundación Globalidad y Microeconomía.
Bajo una visión amplia y desprendida de ciertos encorsetamientos académicos, el autor nos presenta una obra que nos permite, como él mismo afirma, “abrir los sentidos” para indagar en los enigmas que encierra la palabra innovación. Un vocablo que, como otros tantos circulantes en nuestro mundo de hoy -globalización, sostenibilidad-, proliferan en los usos y costumbres con significados variopintos. Porque aunque el término goce de un notable efecto mediático, lo cierto es que no llega a entenderse muy bien de qué se trata. En este sentido, uno de los principales méritos del autor está en invitarnos a pasear por distintos escenarios de la innovación, para poder entenderla, diferenciarla y definirla, no necesariamente en este orden.
El viaje es placentero y puede hacerse de un tirón, la lectura es amena y agradable y más de una vez puede sorprendernos con una ocurrencia que nos dibuja una sonrisa a flor de labios. Pero al finalizar, sentimos la necesidad de retroceder página a página para revisar lo que a primera vista nos parecen pequeños matices, sugestivas y hasta osadas categorizaciones, nos vemos impulsados a reflexionar de un modo más profundo cada párrafo, cada frase, cada idea. Como si armando el puzzle del pensamiento subyacente del autor nos bastara para entender qué es la innovación.
Desde lo que califica de definiciones anticipadas de innovación, “conseguir un fin mejor a través del uso del conocimiento”, o su equivalente “es un proceso que se traduce en transformar conocimiento en algún tipo de valor reconocido, trátese de un valor económico, afectivo, de autoestima …” (¡para horror de más de un economista!), Justo Nieto nos provoca con algo que no habíamos pensado.
Desde lo que califica de definiciones anticipadas de innovación, “conseguir un fin mejor a través del uso del conocimiento”, o su equivalente “es un proceso que se traduce en transformar conocimiento en algún tipo de valor reconocido, trátese de un valor económico, afectivo, de autoestima …” (¡para horror de más de un economista!), Justo Nieto nos provoca con algo que no habíamos pensado.
La innovación carece de método
Nos dice, en la página 18: “La innovación es tan real como la vida, porque la vida es el campo de acción de la Innovación; la Innovación puede ser tan doliente, poco platónica y gozosa como el parir, y al igual que ocurre con la vida (donde no existe un libro en el que estén escritos y descritos todos nuestros pasos futuros), la Innovación carece de método para alcanzar un objetivo. Y de la misma manera que el vivir, la Innovación incorpora riesgos para hacer el camino que conduzca al fin deseado.
Sin embargo, hay una diferencia importante entre Innovar y vivir. La Innovación construye caminos que conducen a una meta a través de la gestión del conocimiento, meta a la que a veces se llega. Cuando esto ocurre, deja de ser meta de Innovación, pues sólo existe aquella Innovación en la que el camino aún está por construir. Por el contrario, en la vida, todos los procesos, todos los caminos son, ellos mismos, el fin, acaben donde acaben. La vida da sentido a todos los caminos".
"A veces, innovando no se llega a la meta previsto; se intenta, se pone en uso todo el conocimiento posible, y no se llega. Pues… ¡a Innovar de nuevo!, a construir otro camino hecho con conocimiento. Es que… es así. Desde hace tiempo, afortunadamente, el ser humano no tiene el control de todas las cosas. Por esto, precisamente, hay que Innovar. Lo que sí posee la Innovación, si se es capaz de darse cuenta, es una estética admirable: la estética del privilegio de poder realizarla, la estética de lograr una meta haciendo uso del patrimonio de todo el conocimiento acumulado y disponible, la estética del aprender creando”.
Nos dice, en la página 18: “La innovación es tan real como la vida, porque la vida es el campo de acción de la Innovación; la Innovación puede ser tan doliente, poco platónica y gozosa como el parir, y al igual que ocurre con la vida (donde no existe un libro en el que estén escritos y descritos todos nuestros pasos futuros), la Innovación carece de método para alcanzar un objetivo. Y de la misma manera que el vivir, la Innovación incorpora riesgos para hacer el camino que conduzca al fin deseado.
Sin embargo, hay una diferencia importante entre Innovar y vivir. La Innovación construye caminos que conducen a una meta a través de la gestión del conocimiento, meta a la que a veces se llega. Cuando esto ocurre, deja de ser meta de Innovación, pues sólo existe aquella Innovación en la que el camino aún está por construir. Por el contrario, en la vida, todos los procesos, todos los caminos son, ellos mismos, el fin, acaben donde acaben. La vida da sentido a todos los caminos".
"A veces, innovando no se llega a la meta previsto; se intenta, se pone en uso todo el conocimiento posible, y no se llega. Pues… ¡a Innovar de nuevo!, a construir otro camino hecho con conocimiento. Es que… es así. Desde hace tiempo, afortunadamente, el ser humano no tiene el control de todas las cosas. Por esto, precisamente, hay que Innovar. Lo que sí posee la Innovación, si se es capaz de darse cuenta, es una estética admirable: la estética del privilegio de poder realizarla, la estética de lograr una meta haciendo uso del patrimonio de todo el conocimiento acumulado y disponible, la estética del aprender creando”.
La innovación usa todo el conocimiento disponible, no sólo el tecnológico
Una de las ideas más necesarias y por suerte destacadas en este libro, es la desmitificación de la fórmula I+D+I o, peor aún, de la I+D+i, que el autor considera una circunstancia adversa y limitante para la Innovación.
Así, nos expresa que pese a que en el mundo desarrollado preconizamos el living innovation dentro de “esta inevitable globalidad que envuelve, mediatiza, provoca, amenaza y esperanza a todos los seres humanos”, existe una gran desconocimiento y una gran indiferencia hacia la Innovación.
Extraigo unos párrafos de la página 21 y 22 (con autorización de su autor):
“… hay tres circunstancias adicionales, contemporáneas, que han sido verdaderamente nefastas para el uso de la Innovación como ambición legítima y fundamental del desarrollo humano.
La primera ha sido una exuberante puesta en escena sociopolítica del término Innovación, ligado, también, a una exuberante ignorancia de lo que significa dicho término. Me refiero a la confusión existente entre Investigación e Innovación Empresarial. Confusión injustificada, pues es sabido que la Investigación es un proceso que transforma riqueza en conocimiento, mientras que la Innovación Empresarial es un proceso que transforma conocimiento en riqueza. Realmente la Innovación transforma riqueza y conocimiento en más riqueza y otras satisfacciones. La segunda circunstancia ha sido atribuir a la investigación, desarrollo e Innovación, la curación de todos los males de las empresas y de la economía. La tercera circunstancia adversa para la Innovación ha sido limitarla de posibilidades al creer que su campo de actuación estaba ligado al conocimiento de base tecnológica. Esto se ha debido a que se le ha hecho formar parte, y aún se hace, del trinomio I+D+I, investigación, desarrollo tecnológico e Innovación. Sería deseable que esta mala costumbre se desterrara, pues la Innovación usa todo el conocimiento posible, no sólo el tecnológico. Agregando posteriormente que, “la investigación y el desarrollo tecnológico son, como concepto, opuestos a la Innovación, por eso no debería usarse I+D+I, sino ambos conceptos por separado, como ocurre por ejemplo, en EEUU; I+D investigación y desarrollo, en inglés R&D, e Innovación”.
Una de las ideas más necesarias y por suerte destacadas en este libro, es la desmitificación de la fórmula I+D+I o, peor aún, de la I+D+i, que el autor considera una circunstancia adversa y limitante para la Innovación.
Así, nos expresa que pese a que en el mundo desarrollado preconizamos el living innovation dentro de “esta inevitable globalidad que envuelve, mediatiza, provoca, amenaza y esperanza a todos los seres humanos”, existe una gran desconocimiento y una gran indiferencia hacia la Innovación.
Extraigo unos párrafos de la página 21 y 22 (con autorización de su autor):
“… hay tres circunstancias adicionales, contemporáneas, que han sido verdaderamente nefastas para el uso de la Innovación como ambición legítima y fundamental del desarrollo humano.
La primera ha sido una exuberante puesta en escena sociopolítica del término Innovación, ligado, también, a una exuberante ignorancia de lo que significa dicho término. Me refiero a la confusión existente entre Investigación e Innovación Empresarial. Confusión injustificada, pues es sabido que la Investigación es un proceso que transforma riqueza en conocimiento, mientras que la Innovación Empresarial es un proceso que transforma conocimiento en riqueza. Realmente la Innovación transforma riqueza y conocimiento en más riqueza y otras satisfacciones. La segunda circunstancia ha sido atribuir a la investigación, desarrollo e Innovación, la curación de todos los males de las empresas y de la economía. La tercera circunstancia adversa para la Innovación ha sido limitarla de posibilidades al creer que su campo de actuación estaba ligado al conocimiento de base tecnológica. Esto se ha debido a que se le ha hecho formar parte, y aún se hace, del trinomio I+D+I, investigación, desarrollo tecnológico e Innovación. Sería deseable que esta mala costumbre se desterrara, pues la Innovación usa todo el conocimiento posible, no sólo el tecnológico. Agregando posteriormente que, “la investigación y el desarrollo tecnológico son, como concepto, opuestos a la Innovación, por eso no debería usarse I+D+I, sino ambos conceptos por separado, como ocurre por ejemplo, en EEUU; I+D investigación y desarrollo, en inglés R&D, e Innovación”.
Justo Nieto asocia la innovación a la convicción, a la actitud, al riesgo, al vaivén entre el éxito y el fracaso, a la oportunidad de cambio y a la posibilidad de mejorar, desde una ambición de progreso con un sentido profundamente humano.
“INNOVAR es una oportunidad de cambio a mejor y la Innovación es su proceso” (p. 31).
“Cada geografía, cada sociedad, cada cultura, cada espacio socioeconómico, tiene sus propios sistemas de conocimiento y de oportunidades posibles y, como la Innovación depende de ellos, se puede decir que hay infinidad de manifestaciones de la Innovación”.
Hasta aquí, los comentarios sobre una de las partes de este libro breve pero sumamente interesante, de la que una tercera parte se dedica a explorar la innovación desde un punto de vista general. En las dos partes que completan su trabajo, nos habla de la innovación empresarial… pero esto ya formará parte de otros comentarios, con clusters incluidos.
Por el momento algunas cuestiones quedan dando vuelta en mi cabeza …
- ¿carece la innovación de método?
- ¿ayudaría la división del I+D+I a mejorar las políticas, tratando de alcanzar la gobernabilidad de la I+D y junta, aunque no revuelta, la de la innovación?
Por último, me ha parecido de interés transcribir un párrafo, a propósito de la crisis económica …
“La globalidad, que es inevitable, tiene ventajas obvias, pero también tiene sus peligros específicos, uno de los cuales es la coexistencia necesaria entre ‘reglas de juego’ diferentes o asimétricas, que desequilibran el mercado, con tal magnitud y de manera tan imprevista y repentina, que pueden poner en jaque no sólo determinadas empresas, sino sectores productivos enteros, incluso el propio concepto de libre mercado” (p. 46).
“INNOVAR es una oportunidad de cambio a mejor y la Innovación es su proceso” (p. 31).
“Cada geografía, cada sociedad, cada cultura, cada espacio socioeconómico, tiene sus propios sistemas de conocimiento y de oportunidades posibles y, como la Innovación depende de ellos, se puede decir que hay infinidad de manifestaciones de la Innovación”.
Hasta aquí, los comentarios sobre una de las partes de este libro breve pero sumamente interesante, de la que una tercera parte se dedica a explorar la innovación desde un punto de vista general. En las dos partes que completan su trabajo, nos habla de la innovación empresarial… pero esto ya formará parte de otros comentarios, con clusters incluidos.
Por el momento algunas cuestiones quedan dando vuelta en mi cabeza …
- ¿carece la innovación de método?
- ¿ayudaría la división del I+D+I a mejorar las políticas, tratando de alcanzar la gobernabilidad de la I+D y junta, aunque no revuelta, la de la innovación?
Por último, me ha parecido de interés transcribir un párrafo, a propósito de la crisis económica …
“La globalidad, que es inevitable, tiene ventajas obvias, pero también tiene sus peligros específicos, uno de los cuales es la coexistencia necesaria entre ‘reglas de juego’ diferentes o asimétricas, que desequilibran el mercado, con tal magnitud y de manera tan imprevista y repentina, que pueden poner en jaque no sólo determinadas empresas, sino sectores productivos enteros, incluso el propio concepto de libre mercado” (p. 46).