¿Por qué una 'nueva naturaleza' de la innovación?
Tecnología y ciencia siempre han jugado un papel importante en el impulso de la innovación, y seguirán haciéndolo. Pero en el informe se sostiene que para muchas empresas la tecnología está pasando y pasará de ser un motor de la innovación a convertirse en un facilitador o mediador de la innovación. Las sociedades se están transformando y ante estas transformaciones las empresas tendrán que ser más abiertas, estar más próximas a las necesidades de sus clientes, más dispuestas a colaborar con los demás y a asumir una mayor responsabilidad social. Globalización y tecnología están cambiando las reglas del juego y si las empresas no se adaptan, no van a sobrevivir.
Los nuevos impulsores/conductores de la innovación
Se citan explícitamente cuatro nuevos drivers de la innovación, vinculados a esta 'nueva naturaleza' de la innovación' con unas propiedades emergentes que la diferencian de la innovación de la era industrial y que están transformando la forma de innovar en las empresas. Estos son:
- la co-creación o co-generación de valor con los clientes y usuarios
- el acceso al conocimiento global y a las redes de colaboración, innovación a través del networking
- los grandes desafíos globales, que plantean la necesidad urgente de encontrar soluciones, como el cambio climático, la problemática energética, el abastecimiento de agua potable ...
- los problemas relacionados con la pérdida del estado de bienestar, los desequilibrios demográficos y la provisión de servicios públicos
Estos cuatro motores de la innovación ya están manifestandose en nuevas maneras de innovar en las empresas y en el surgimiento de nuevos nichos de mercado, también están cambiando aceleradamente las estrategias y los modelos de negocio. Es también una oportunidad de oro para la emergencia de la asociación entre lo público y lo privado, al crecimiento exponencial de las ONGs se suma con fuerza el impacto de la denominada economía social, las empresas sociales, los emprendedores sociales ...
Una revisión del propio concepto de innovación
En el informe se sostiene que el concepto de innovación está cambiando de un modo radical. Anteriormente, la I + D en las empresas se proyectaba destinando una gran cantidad de recursos en proyectos a largo plazo y con el rol preponderante de los departamentos específicos de I + D. Pero hoy en día la innovación ya no es sólo la tecnología de base y la innovación requiere de una mentalidad diferente, la innovación es abierta (open innovation). Los consumidores exigen cada vez más productos y servicios basados en la experiencia individual. Las empresas deben pensar en nuevas formas de dar respuesta a demandas cada vez más sofisticadas, donde el uso de herramientas de co-creación junto a las tecnologías emergentes han de tener en cuenta las experiencias individuales de un gran número de usuarios.
Las empresas están comenzando a darse cuenta de que los desafíos globales, tales como el cambio climático, el suministro de agua potable, las epidemias, y las necesidades sociales, constituyen enormes posibilidades para abrir nuevos mercados. Mediante la creación de nuevas soluciones y desde una posición socialmente más responsable, las empresas pueden crear nuevas oportunidades de negocio en líneas convergentes con un desarrollo sostenible. 'La innovación social de la empresa' puede ser un área importante de negocio para empresas privadas y un eje central para innovaciones futuras.
La demanda de innovación en los servicios públicos es enorme y presenta importantes dificultades. Los ciudadanos quieren una provisisión de servicios más individualizada y de mayor calidad, pero la cantidad de recursos asignados al sistema de seguridad social están bajo una enorme presión, y la capacidad de dar una respuesta adecuada está siendo cuestionada en muchos países. Estos desafíos proporcionan oportunidades para las empresas privadas para buscar formas de innovar en servicios. En tal dirección, el informe plantea la necesidad para las empresas de aprender a trabajar en asociación con otras empresas y organizaciones, abriendo sus procesos de innovación, por ejemplo, a la participación de los usuarios, socios, proveedores, etc. con el fin de obtener nuevas ideas. Las empresas tendrán que formar redes de colaboración y participar en alianzas de innovación vinculante. No hay empresas - independientemente de su tamaño - que posean todos los conocimientos y los recursos necesarios para innovar por su cuenta. Por lo tanto, las empresas tendrán que acceder y combinar los conocimientos dispersos por el mundo a escalas cada vez mayores.
La innovación fluirá del networking de una diversidad de agentes, incluyendo proveedores y clientes, instituciones de investigación, empresas públicas y privadas, gubernamentales y no gubernamentales. Si bien las empresas transnacionales siempre han de originar conocimiento a nivel mundial, en el futuro incluso las empresas más pequeñas tendrán la oportunidad de generar este conocimiento respondiendo a la dinámica de la competencia global.
Implicaciones de la 'nueva naturaleza' de la innovación en las políticas de ciencia, tecnología e innovación
Los gobiernos se verán obligados a desempeñar nuevas funciones en el futuro. Deben ser sensibles y capaces de comprometerse en las relaciones de interdependencia con las empresas del sector privado y las organizaciones públicas, respondiendo a los movimientos del tercer sector: la sociedad civil. Nuevas alianzas surgirán y serán cruciales para la innovación futura, donde será imprescindible la formación de redes de colaboración entre el gobierno, las instituciones públicas y las empresas. Ello requerirá de un cambio importante de mentalidad y del desarrollo de nuevas competencias. La confianza y los modos de regulación cumplirán un papel importante en estas redes colaborativas y podrían suponer una nueva cultura en el sector público. Se trata de innovar en la intersección de las propias actividades de innovación y de regulación.
Para encontrar el equilibrio adecuado entre la regulación y la innovación se requieren políticas inteligentes del sector público. Los gobiernos deben establecer estándares nuevos y exigentes, pero al mismo tiempo deben asumir las posibilidades tecnológicas. Si las autoridades reguladoras no tienen los conocimientos necesarios para formular una regulación inteligente, será necesaria la colaboración con instituciones de investigación y empresas privadas para ayudar en su diseño e implementación.