Se trata de un proyecto surgido en la zona de Cachí (Cartago) en medio de la exhuberancia y el aroma de los cafetales, pero curiosamente ligado a una planta que ayuda a descontaminar las aguas: el lirio. Al recorrer la zona del embalse de Cachí con una extensión de 300 hectáreas, puede observarse la proliferación de esta planta en forma de un lustroso manto verde cuya imagen hizo brotar en mi memoria las pinceladas luminosas de los cuadros de Van Gogh.
El lirio de agua es un descontaminante natural utilizado en diversos lugares, entre ellos en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales ubicada en el Campus Central del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). Desde hace una década, los investigadores Gabriel Castillo y Juan Córdoba del ITCR comenzaron a desarrollar un estudio sobre cómo aprovechar los desechos de este descontaminante, una vez cumplida su misión.
El principal objetivo de su investigación ha sido reducir la gran cantidad de biomasa vegetal existente en los embalses y aprovecharla para elaborar pulpa, papel y cartón. Con ello se contribuye a disminuir la pérdida de profundidad de los embalses y mantener su vida útil a la vez que se equilibra una creciente demanda de madera como materia prima para la fabricación de pulpa, papel y cartón (Costa Rica anualmente importa grandes remesas el exterior).
El principal objetivo de su investigación ha sido reducir la gran cantidad de biomasa vegetal existente en los embalses y aprovecharla para elaborar pulpa, papel y cartón. Con ello se contribuye a disminuir la pérdida de profundidad de los embalses y mantener su vida útil a la vez que se equilibra una creciente demanda de madera como materia prima para la fabricación de pulpa, papel y cartón (Costa Rica anualmente importa grandes remesas el exterior).
Con fecha 11 de Diciembre de 1998 los investigadores inscribieron en el Ministerio de Justicia y Gracia por medio del Registro de la Propiedad Intelectual y obtuvieron el certificado de Marca de Fábrica y de Comercio FIBRA LIRIO para distinguir productos derivados de papel de lirio acuático, logrando un préstamo de un terreno para la construcción de una planta por un período de treinta años de parte del Instituto Costarricense de Electricidad al Instituto Tecnológico de Costa Rica. Hasta allí parecería la historia de un emprendimiento interesante surgido en el seno de la universidad, una empresa para comercializar papel y cartón derivados del lirio, tal como se hace con otros desechos, como por ejemplo los de plátano y café.
Pero lo más interesante del proyecto es que se generaron Cooperativas Autogestionarias compuestas por un grupo de mujeres cabezas de familia de las comunidades de Cachí-Paraíso. Se capacitaron a hombres, mujeres y estudiantes de las comunidades en temas de Contabilidad, Servicio al Cliente, Mercadeo, Planeación Estratégica y Trabajo en Equipo. Toda la comunidad, a través de sus líderes y con especial participación de las mujeres se movilizó en torno a esta potente y hermosa iniciativa.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha mostrado gran interés en apoyar económicamente la continuidad de este proyecto, que podría ser útil para dar empleo a personas refugiadas (en Costa Rica hay aproximadamente 11 mil refugiados colombianos, 4000 de Republica Dominicana y 2000 Haitianos). En la actualidad esta empresa necesita aportes económicos para optimizar el funcionamiento de la planta de producción, ojalá esto sea una realidad en el corto plazo para fortalecer y multiplicar las semillas de esta verdadera innovación social.