En la vida hay mucho teatro y muchas maneras de hacer teatro. Hay teatro cómico, trágico, infantil, de marionetas, griego, romano, medieval, clásico, renacentista, popular, político, improvisado, interactivo... Hay teatro que se usa para hacer pedagogía o dar voz al oprimido, teatro dialéctico al puro estilo de Bertolt Brecht y como terapia a distintas enfermedades. Una de las formas más recientes e innovadoras es el llamado teatro inclusivo, hecho con el objetivo de vivenciar y liberar las capacidades especiales y diferentes, compartirlas y aprender de ellas para construir una sociedad más incluyente. Usando el arte como un canal de interacción para favorecer el intercambio de lo diferente en lo semejante.
Las diversas experiencias de teatro inclusivo pueden tener distinta procedencia y objetivos, a menudo surgen de asociaciones establecidas por familiares de niños y jóvenes con discapacidad, centros terapéuticos y ocupacionales, organizaciones proveedoras de servicios sociales, personas comprometidas que ven una oportunidad de establecer un negocio que produzca impacto social, etc., etc.
El hecho distintivo de la Asociación Cultural Lo Mès Baix es que el corazón de la propuesta de hacer teatro nació de David Torres y su necesidad de expresarse, de sentirse incluido e incluir a los demás en su 'mundo' de persona que padece una displacia renal. Un teatro originado de su vocación artística pero fundamentalmente de su iusión por vivir, de trascender las barreras de la diálisis y los ataques que le llevan a apreciar como nadie la oportunidad de cada minuto, cada segundo de tiempo. Las puestas en escena en su caso dependen de cuánta fuerza le queda para levantarse de su silla de ruedas y mantenerse sobre sus piernas dobladas.
Las diversas experiencias de teatro inclusivo pueden tener distinta procedencia y objetivos, a menudo surgen de asociaciones establecidas por familiares de niños y jóvenes con discapacidad, centros terapéuticos y ocupacionales, organizaciones proveedoras de servicios sociales, personas comprometidas que ven una oportunidad de establecer un negocio que produzca impacto social, etc., etc.
El hecho distintivo de la Asociación Cultural Lo Mès Baix es que el corazón de la propuesta de hacer teatro nació de David Torres y su necesidad de expresarse, de sentirse incluido e incluir a los demás en su 'mundo' de persona que padece una displacia renal. Un teatro originado de su vocación artística pero fundamentalmente de su iusión por vivir, de trascender las barreras de la diálisis y los ataques que le llevan a apreciar como nadie la oportunidad de cada minuto, cada segundo de tiempo. Las puestas en escena en su caso dependen de cuánta fuerza le queda para levantarse de su silla de ruedas y mantenerse sobre sus piernas dobladas.
Mundólogos. El regreso de Lucy
La obra se llama 'Mundólogos. El regreso de Lucy', y ya lleva su segundo reestreno. En ella una cucaracha galáctica nos invita a disfrutar de cuatro momentos teatrales diferentes: David con su monólogo improvisado 'Hospitalidades', brindando una mirada irónica y divertida de sus experiencias (renales) y vitales, Vicent Gimeno con su 'Diari de un cooperante', abrazando una mirada a la diversidad en tierras guatemaltecas, Antonio Torres y su monólogo dramático 'Vida perra' y Carmela Gimeno, recreando una fábula de Las Mil y Una Noches alimentada con el calor de tres pueblos, el hindú, el persa y el árabe.
Un espectáculo divertido a la vez que un ejemplo de superación ante la adversidad de una familia, que a través de su afición por el teatro nos hace reflexionar y nos contagia las ganas de vivir. Apoyando a David y dejando atrás el recuerdo doloroso de otras pérdidas, desde la asociación nos invitan a participar de su ilusión y sumarnos a esta y otras actividades, como su programa de Píldoras con videos breves sobre teatro, solidaridad y hasta alguna píldora de cocina.
En mí queda la imagen de David (hasta la próxima obra) comparando sus habilidades con la de Lobezno y otros mutantes que luchan por la integración, aunque desde el valiente y precario equilibrio de sus piernas cruzadas él prefiere ser reconocido como lo que es: X-man.
La obra se llama 'Mundólogos. El regreso de Lucy', y ya lleva su segundo reestreno. En ella una cucaracha galáctica nos invita a disfrutar de cuatro momentos teatrales diferentes: David con su monólogo improvisado 'Hospitalidades', brindando una mirada irónica y divertida de sus experiencias (renales) y vitales, Vicent Gimeno con su 'Diari de un cooperante', abrazando una mirada a la diversidad en tierras guatemaltecas, Antonio Torres y su monólogo dramático 'Vida perra' y Carmela Gimeno, recreando una fábula de Las Mil y Una Noches alimentada con el calor de tres pueblos, el hindú, el persa y el árabe.
Un espectáculo divertido a la vez que un ejemplo de superación ante la adversidad de una familia, que a través de su afición por el teatro nos hace reflexionar y nos contagia las ganas de vivir. Apoyando a David y dejando atrás el recuerdo doloroso de otras pérdidas, desde la asociación nos invitan a participar de su ilusión y sumarnos a esta y otras actividades, como su programa de Píldoras con videos breves sobre teatro, solidaridad y hasta alguna píldora de cocina.
En mí queda la imagen de David (hasta la próxima obra) comparando sus habilidades con la de Lobezno y otros mutantes que luchan por la integración, aunque desde el valiente y precario equilibrio de sus piernas cruzadas él prefiere ser reconocido como lo que es: X-man.