La investigación hace muchos esfuerzos por 'definir' y poder 'medir' la creatividad, la innovación y el emprendimiento. La diferencia entre las tres palabras está resultando cada vez menos problemática, pese a que en los tres casos se trata de conceptos que continúan evolucionando y que son difíciles de capturar en definiciones que nos dejen satisfechos.
Desde el punto de vista educativo formar en competencias significa ayudar en el camino de desarrollo de los propios talentos y capacidades aportando ambientes que hagan posible experiencias de aprendizaje, motivadores, agradables, abiertos a un diálogo permanente con el conocimiento y la experimentación. ¡Estudiantes de secundaria en algunos países han creado sus propias empresas! ... y aunque no se trata de considerar que esto sea la norma, merece la pena preguntarse: ¿por qué no?, o ¿por qué inhibir y generar barreras en lugar de ser flexibles respecto al verdadero significado del aprendizaje, y aproximarlo a lo que llamamos estudiar y enseñar?
Soy consciente de las dificultades que hay en la práctica, pareciera que las 'competencias' identifican un lenguaje de moda que impregna los programas, aunque la selección y clasificación que se hace de las llamadas competencias básicas, por ejemplo, sea bastante cuestionable y muy difícil de conciliar con asignaturas parceladas y unos planes de lo que significa estudiar (¿planes de estudio?) imposibles de digerir.
Pero también creo que siempre existe la posibilidad de abrir espacios educativos a visiones menos rígidas y encorsetadas. A veces sólo basta con no ser un obstáculo y 'escuchar' a los alumn@s. Como ejemplo, aquí una pequeña carta que escribió mi hijo cuando tenía diez años. Me hablaba de 'su idea' de hacer 'un negocio'. Escuché con mucha atención sus ideas y le sugerí que le escribiera a su tío para que le ayudara en su 'emprendimiento'. Pasados los años, los dos nos reímos de aquel 'primer' ejercicio, Sobre todo por su intención maravillosa de 'divertir a la gente'.
Veamos algo más sobre las diferencias entre crear, innovar y emprender. Sobre todo en el caso de los emprendedores, la palabra a veces se confunde con la de empresario o la idea de que emprender es sólo generar negocios o empresas. En este caso se piensa que hay empresas que se crean imitando ideas/productos ya existentes. ¿Qué hay de creativo en esto o en negocios como una franquicia? ¿Se trata de excepciones de emprendedores no creativos y/o no innovadores?
Creatividad: generación de ideas para cambiar (algo)
En líneas generales y simplificando en extremo, puede decirse que la creatividad comprende la generación de ideas procedentes de la recombinación de ideas y conocimientos pre-existentes. Esas ideas, comentadas en otro post, para algunos autores tienen que ser útiles, y para otros simplemente 'son' manifestación de un modo de pensar 'creativo' donde el pensamiento convergente y divergente confluyen y se complementan. En esto tampoco hay un acuerdo, algunos autores ponen énfasis en el desarrollo del pensamiento divergente o en desarrollar técnicas que favorezcan la intuición, y la manifestación de las inteligencias 'múltiples' sin poner barreras. Otros consideran que la creatividad involucra perspectivas más amplias, abarcando de un modo integral el desarrollo de las personas, hasta desde el punto de vista espiritual. Las técnicas de relajación y prácticas de meditación, como por ejemplo prácticas zen (ejemplo: 7 técnicas de creatividad, propuestas por Franc Ponti) pueden ayudarnos a vencer el miedo, relajar y tranquilizar la mente para que nuestros 'insights' -razonamientos e intuiciones- puedan fluir con mayor facilidad.
La historia muestra manifestaciones creativas que en su momento se consideraron un juego sin ninguna utilidad práctica que dieron origen a inventos e innovaciones que cambiaron el mundo. Quizás si Gottfried Wilhelm Leibniz no se hubiera puesto a 'jugar' allá por el 1679 con su numeración diádica (el sistema binario de codificación en 0 y 1 en que se puede transformar cualquier número) ... no podría estar escribiendo en este blog.
Y aquí una pequeña 'disgresión' en relación a la creatividad de Leibniz: según consta en algunas investigaciones recientes parece ser que no fue él quien inventó este sistema. Ya existían comentarios respecto a que el célebre matemático alemán se había 'inspirado' (unido sus ideas a ideas pre-existentes) en los hexagramas del I-Ching, de casi 3.000 años de antigüedad. Pero los investigadores Andrea Bender y Sieghard Beller, del departamento de ciencia psicosocial de la Universidad de Bergen (Noruega) al analizar el lenguaje de Mangareva —uno de los cientos de idiomas de la familia austronesia habladas en las islas del Pacífico— hallaron que utilizaron un sistema binario para contar pescados, frutas, cocos, pulpos y otros bienes de diferente valor en sus transacciones comerciales.
Hay quienes ven la creatividad humana como una manera de 'imitar' la creatividad que exhibe la naturaleza, en el sentido en que se resuelven los problemas vitales (y en el caso de la naturaleza la utilidad parece incuestionable). A veces fenómenos naturales tardan años en ser comprendidos, interpretados y utilizados por el ser humano. Un ejemplo lo tenemos en una reciente investigación publicada en el journal Biology Letters donde investigadores de la Universidad de Oxford interpretan la capacidad que tienen ciertas arañas de jardín de tejer sus redes con nano-filamentos, técnica que podría ser de mucha utilidad para fabricar nuevos productos a nano-escala.
En síntesis, la creatividad reside en esta capacidad de generar ideas novedosas y con cierto grado de originalidad, tanto útiles como in-útiles. Estas ideas están orientadas, la mayoría de las veces, a resolver un problema. Aunque también pueden responder a un problema que nos imaginamos o a la simple necesidad de cambiar. De hecho, la noción de cambio está implícita en ese juego de viejas y nuevas ideas... y también a la de resistencia al cambio. Cuando Picasso pintó Las señoritas de Avignon, en el que se refleja la influencia del arte africano e íbero considerados bárbaros en relación al arte clásico precedente, la ruptura con las ideas artísticas de la época sobre perspectiva, color, composición y técnica supuso una verdadera conmoción. El cuadro se gestó en el verano de 1907, cuando Picasso era un joven y prometedor pintor de veintinco años que empezaba a llamar la atención de algunos críticos de arte. El rechazo fue tal que pasó casi una década hasta su exposición en una galería de París. ¿Qué hubiera sucedido si Picasso, acusado de haberse vuelto loco, no hubiera seguido investigando por ese camino?
Innovación: proceso por el cual las ideas creativas son evaluadas y transformadas para su uso/aplicación en el mercado y la sociedad
Hablamos de innovación cuando esas ideas creativas se hacen tangibles, ya sea en la forma de un producto, un proceso, un modelo organizativo, la invención de un nuevo tipo de materia prima ... los típicos elementos dados en la definición normativa del Manual de Oslo, pero también en otros como normas y reglas (que dan origen a innovaciones sociales). Pero con una condición: tienen que ser puestos en el mercado y la sociedad, 'difundirse' generando valores. Desde la visión tradicional de la innovación donde prima la generación de conocimiento científico y tecnológico se habla de la valorización económica, tienen que ser vendidos y crear valor económico. Una visión más real sobre los procesos de innovación, que son siempre de naturaleza social y cultural, hace ver que las innovaciones también generan 'otro tipo' de valores, incluidos la solidaridad, la justicia y la cohesión social.
Y en el camino de este proceso... muchas ideas creativas mutan en innovaciones en curso o incluso son ignoradas o mueren. Basta pensar en cuántos son los inventos que llegan a comercializarse o nunca llegan siquiera a ser conocidos por la gente.
Emprendimiento: poniendo en marcha el motor del cambio (tecnológico y social)
Numerosos cursos empresariales todavía siguen la definición clásica de emprendedor dada por autores como Shane y Venkataraman (2000) centrada en el papel que tienen los individuos en generar procesos para descubrir, evaluar y aprovechar oportunidades de negocios, incluyendo la creación de nuevas organizaciones. Actualmente a esto le agregamos otros ingredientes: esos negocios pueden estar orientados con fines de lucro pero también ser sin fines de lucro o una combinación de ambos, como en el caso de emprendedores y emprendimientos sociales.
La Unión Europea considera al 'espíritu empresarial' una competencia clave, definida como la capacidad de la persona para transformar las ideas en acciones. Esta amplia visión incluye tener la mente abierta para percibir oportunidades, poniendo en práctica la creatividad, la innovación y también asumir riesgos.
Las personas, como emprendedores, pueden actuar de modo independiente o como miembro en una organización, es decir puede emprender siendo empleado de una gran corporación, una empresa familiar, una ONG u otro tipo de asociación. Es a partir de su conducta, del modo en que manifiestan sus competencias, que se genera valor económico,social y cultural, los valores que alimentan la sociedad. Una sociedad, en mi opinión, se diferencia en su grado de creatividad, innovación y emprendimiento por su mayor o menor flexibilidad ante los procesos de cambio, por sus ganas de aprender participando en los inevitables procesos de cambio. ¿Cómo los sistemas educativos no han de tener en cuenta como una prioridad el desarrollo integrado de estas tres competencias?