En una reciente entrevista Henry Chesbrough afirmaba que a menudo los mismos directivos que siempre hablan de innovación suelen ser los primeros en castigar el fracaso. Innovación es sinónimo de ÉXITO, y se pone como ejemplo a creativos como Steve Jobs, de Apple, y Jeff Bezos, de Amazon. Estos nombres parecen sonar muy lejos de palabras como riesgo y equivocación. No obstante, eso forma parte de la "historia oculta" de la innovación ya que, como sostiene el profesor en la Haas School of Business de la Universidad de California, Berkeley (EE UU), "sin fracaso no existe innovación".
Para Henry Chesbrough hay que diferenciar entre fracaso y error. El fracaso es una consecuencia natural de experimentar, ayuda a aprender. Un error es repetir algo que ya se ha hecho antes y de lo que no se ha aprendido. En su opinión, para que los directivos abracen la innovación debemos castigar los errores y considerar la equivocación y el fracaso como parte del propio proceso de aprendizaje.
Esto me hizo recordar unas frases de un autor anónimo que leí hace tiempo:
Fracaso no significa
que somos unos fracasados
Significa que todavía
no hemos tenido buen éxito.
Fracaso no significa
que no hemos logrado nada
Significa que
hemos aprendido algo.
Fracaso no significa
que hemos actuado como necios
Significa que
hemos tenido mucha fé.
Fracaso no significa
que hemos sufrido el descredito
Significa que estuvimos
dispuestos a probar.
Fracaso no significa
falta de la capacidad
Significa que debemos
hacer las cosas de distinta manera.
Fracaso no significa
que somos inferiores
Significa que
no somos perfectos.
Fracaso no significa
que hemos perdido nuestra vida
Significa que tenemos
buenas razones para empezar de nuevo.
Fracaso no significa
que debemos echarnos atrás
Significa que tenemos
que luchar con mayor ahínco.
Fracaso no significa
que jamás lograremos nuestras metas
Significa que tardaremos
un poco más en alcanzarlas.